La columna de Alfredo

¡Cuidado con los Tratados Comerciales y los Transgénicos!

Se denomina “Transgénicos” u  OGM (–organismo genéticamente modificado-), al producto resultante de una alteración, por biotecnología, de una especie existente (especialmente vegetal), con material genético de otro organismo, para crear una variedad del existente. Es un “corte y pega”, para potenciar características que le permitan a esa nueva especie, superar carencias. Diferenciando los modificados, que podrán ser para consumo humano o  animal. Hay transgénicos de: soja, maíz, trigo, etc.

Los productores usarán las semillas de la transformada en función de que es mejor para: sus campos, la demanda del mercado o cualquier otra razón. Lo que les permitirá reducir las pérdidas en la producción o los daños a los cultivos, causadas por: malezas, enfermedades e insectos, así como los debidos a condiciones climáticas extremas, como las sequías. Se trataría de una “agricultura industrial” o sea que se centra en la producción masiva de productos. Necesita una alta inversión de capital, energía y otros recursos, requiriendo ayuda de especialistas.

Alfredo Oliveros. Egresado como Contador Público de: Universidad de la Rep. del Uruguay y Universidad de Buenos Aires (Argentina). Master en Economía Internacional de la Universidad de Belgrano (Argentina). Docente en Economía en distintas Universidades de América Latina. Contratado como asesor por distintos Gobiernos de América y asesor de distintos programas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo)

 Sin embargo hay una corriente de opinión que considera que esos cultivos transgénicos pueden generar problemas de salud a los humanos y que no aportan mucho a la natural evolución de los cultivos originales existentes. Estos llevan siglos subsistiendo y evolucionando frente a infinidad de problemas. Es más, hay ciertos lugares en los que la aplicación de los OGM , traería alteraciones del medio ambiente (ISAAA-Aplicaciones de Agrobiotecnología). Podría, además, generarse una pérdida del trabajo  de pequeños agricultores, que no podrían continuar con su actividad, por falta de recursos para adquirir esas nuevas semillas y aplicar las técnicas en su manejo.

 Los que se ven altamente beneficiados, son un reducido grupo de empresas transnacionales que controlan, hasta ahora, la elaboración de la mayoría de semillas transgénicas a nivel global y la investigación. Ellas son: Monsanto, Syngenta, Du Pont, Bayer, etc  Las que han contado con el beneplácito de algunos gobiernos que lo han impuesto a sus propios productores, como es el caso de Estados Unidos y Canadá,  Está en expansión el uso de los OGM. La superficie de los cultivos transgénicos en todo el mundo pasó de 1,7 millones de hectáreas en 1996 a 179,7 millones en 2015. Además China ha decidido participar en el controvertido mundo de las OGM. Estuvo haciendo gestiones la ChemChina, para adquirir Syngenta.

 En el Tratado CETA de intercambio comercial entre Canadá y la Unión Europea, aparece el problema. Las ONG alertan sobre la liberalización de los productos agrícolas, porque Ottawa no cumple los estándares medioambientales de la UE, incluyendo la falta de uso de etiquetas en productos que contengan insumos transgénicos. La Comisión Europea considera infundadas esas críticas, porque “el CETA no cambiará la forma en que la UE regula la seguridad alimentaria, incluidos los transgénicos” y “todas las importaciones desde Canadá tendrán que cumplir las normas europeas” en este ámbito.  ¡Se deberá estar alerta!

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