El papa Francisco, as bajo la manga en conversaciones con el ELN
La visita del sumo pontífice, prevista para el 6, 7 y 8 de septiembre, le imprimiría un nuevo impulso a las conversaciones de paz que mantienen en Ecuador el Gobierno y el ELN, ante un posible cese bilateral e indefinido de hostilidades.
Pese a que se ha venido negociando en medio de la confrontación armada, esta posibilidad haría que el proceso tomara un rumbo decisivo hacia la solución del conflicto con esta organización subversiva.
Al respecto, el profesor Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), afirma que “aunque la estrategia del Gobierno habría sido la de esperar a que una iniciativa en tal sentido partiera del propio ELN –tal como sucediera hace unos años con las Farc–, dos hechos precipitarían una declaratoria conjunta en ese sentido.
“La visita del papa Francisco, y la carta enviada por los jerarcas de la Iglesia pidiéndole al Gobierno y al ELN hacer un esfuerzo para llegar al cese bilateral, la cual tuvo una respuesta positiva de las dos partes: Juan Camilo Restrepo por el Gobierno, y Nicolás Rodríguez y Pablo Beltrán por la contraparte”, explica el académico.
Con una gran influencia del catolicismo, no es de extrañar que este grupo armado ilegal tenga una gran sintonía con la Iglesia, y en particular con su máximo jerarca, por lo que su visita será determinante en el avance de los acuerdos. Este vínculo surge en especial de la Teología de la Liberación y del ideal del compromiso con los pobres, encarnado en la figura del sacerdote Camilo Torres Restrepo y el Grupo Golconda, muchos de cuyos miembros terminaron vinculados al ELN.
“Aunque no se ha contemplado que el papa tenga un papel directo, el hecho de que cuando se encuentre en territorio colombiano salude la decisión de un eventual cese al fuego, o que incluso llegue a designar a un representante como monseñor Darío Monsalve, le daría un gran impulso a la mesa de negociación que se desarrolla en Quito”, subraya el profesor Vargas.
Puesto que el cese de hostilidades deberá considerar aspectos relacionados con secuestros, extorsiones, voladuras de oleoductos y atentados contra la infraestructura del país, además de los denominados paros armados, se esperaría que una mesa técnica ya estuviera avanzando en estos puntos y en la forma en que deberán ser verificados.
Tal escenario plantea una situación en la que la visita del papa podría ser un gran catalizador que le dé celeridad a un proceso en el que los frentes de guerra “Nororiental” y “Occidental” están comprometidos, y que según el profesor Vargas deberá tener un carácter permanente, en procura de evitar repetir experiencias similares que ya demostraron su ineficacia en el pasado.
“Considero que el acuerdo alcanzado en Quito sea la cuota inicial de un cese definitivo del fuego y de las hostilidades para darle un empujón a las conversaciones, porque eso conllevaría a que se destrabara el primer punto de la agenda sobre la participación de la sociedad”, explica el profesor Vargas, para quien una de las aspiraciones del ELN es la de desarrollar el punto de participación de la sociedad.
Un sistema de verificación creíble y transparente, que podría estar a cargo de la ONU, sería crucial, ya que evitaría cualquier tipo de suspicacia con respecto a que el cese del fuego y de las hostilidades pudiera ser empleado para el fortalecimiento del ELN, puntualiza el experto.
Si bien es cierto que la dinámica de las negociaciones tiene sus propias temporalidades, de llegarse a un acuerdo en lo que respecta al cese del fuego y las hostilidades, es de prever que el proceso avance en forma significativa, y aunque no llegara a sellarse de forma definitiva antes del término del actual periodo presidencial, tal hecho no supondría que hubiera que comenzar de cero una vez posesionado el nuevo mandatario.