La ineptitud de Duque que produce mercados imperfectos, pobreza y la política fiscal no convencional
Hace más de un mes el DANE entregó los datos de la pobreza monetaria en Colombia para el año 2019 con una nueva metodología, corrigiendo los errores de la metodología anterior utilizada desde el año 2011. Los datos revelados por el DANE muestran la fragilidad macroeconómica de ese crecimiento económico que ha tenido Colombia en los últimos años y que ha sido conseguido con base a un endeudamiento excesivo externo, lo que permitió un aumento del consumo de bienes importados, causando un desequilibrio tanto externo como interno.
Este desequilibrio externo está representado en un déficit en cuenta corriente insostenible, así como la deuda externa. El monto de la deuda externa colombiana ascendió a US$150.505 millones al cierre de agosto, lo que representa el 53,6% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con el Banco de la República.
El desequilibrio interno está asociado al consumo interno artificial, creado por este alto endeudamiento externo de Colombia, de los hogares colombianos y la informalidad laboral con la que se sustenta el supuesto crecimiento económico milagroso del año pasado en Colombia, que fue de 3.4% y que se evidencia en una diferencia entre el Producto Nacional y el gasto ocasionado por el bajo ahorro.
Y esto se ve en las cifras de la pobreza del año pasado en Colombia. La pobreza subió de 34,7% a 35,7%. En términos absolutos, ello significa que el número de personas pobres pasó de 16,8 millones a 17,4 millones. Es decir, en el 2019, ya habían 662.000 nuevos pobres. En cuanto a la situación de Pobreza Monetaria Extrema, este indicador se incrementó de 8,2% en 2018 a 9,6% en 2019, lo que significó que 728.955 de personas más ingresaron a esta situación. El año pasado, en el total nacional, 4.689.000 de personas se encontraban en situación de Pobreza Monetaria Extrema.
La desigualdad también se observa en la variación del ingreso real per cápita. Entre 2018 y 2019, el quintil 1 tuvo una caída del ingreso de -6,5%. Y, mientras tanto, el quintil 5 (el más rico) lo aumentó 1,4%. Las circunstancias difíciles de la economía afectaron a los más vulnerables. En estas condiciones apenas es lógico que el Gini que mide la concentración de la riqueza haya aumentado, pasando de 0,517 a 0,526, internacionalmente figura Colombia como uno de los países más desiguales del mundo.
Demostrando que el crecimiento económico por sí solo no genera desarrollo económico y que el crecimiento económico de Colombia en los últimos años no es sustentable, recordemos que crecimiento económico lo hemos definido anteriormente en esta columna, como el aumento porcentual del Producto Interno Bruto (PIB) de un periodo a otro periodo de tiempo.
El Producto Interno Bruto (PIB) no es más que es el valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos en una economía durante un periodo de tiempo. Es decir, crecimiento económico es simplemente producir bienes y servicios, es la generación del ingreso de una economía. Es lo que está pasando en la economía colombiana y sustentado más que todo en servicios financieros y especulación financiera, lo que está bien alejado de la economía real y que destruye esta a través de las importaciones de bienes con valor agregado, que acaban con el trabajo y este es un problema estructural, por esto la tasa desempleo antes de la pandemia está por encima del 10% y está en 15,6% actualmente.
La foto instantánea nacional de la pobreza nos muestra que el gran triunfo de la economía colombiana en estos últimos 15 años fue el aumento de la clase vulnerable (los sándwich) al 30,4%, esto se debe a los altos niveles de informalidad, desprotección social y laboral, como se comentó en párrafos anteriores, dentro de la cual también vive el 50% de la clase media.
Un buen número de hogares de clase media en el país está conformado por trabajadores informales, que son: independientes, por cuenta propia, pequeños y microempresarios, empleados de estas MiPymes formales e informales.
Se debe tener en cuenta que los vulnerables son aquellos que no tienen pobreza monetaria, pero que sus ingresos no son suficientes para enfrentar choques como la muerte de un miembro de la familia, una enfermedad o impactos económicos como quedar en bancarrota o perder el empleo, entre otros. Eso quiere decir, que, aunque la clase media estaba supuestamente en una situación mejor, el Sars-coV-2 los hizo más débiles. Uno de los principales riesgos de que se reduzca la clase media es que tendremos también una recuperación lenta e inequitativa en forma de K, pues, a través de este grupo se reactiva también el consumo, que a su vez, reactiva la demanda agregada del país.
En cambio, el desarrollo económico lo podemos definir como el mejoramiento sostenible del nivel de vida de la población, el cual se da en el consumo de bienes, servicios, educación, salud y protección al medio ambiente.
Y este desarrollo económico en un país se da cuando la población devenga los ingresos suficientes para tener el poder adquisitivo necesario para satisfacer sus necesidades básicas. Esto sólo se logra cuando se genere empleo formal, que produce casi en 70% el sector industrial en Colombia y en una proporción similar en el resto de mundo. También se logra cuando se ofrezca la cobertura suficiente y de calidad en los diferentes niveles educativos (básica, media y superior) para que las personas puedan acceder a la educación, del mismo modo con la salud y sin olvidar que para lograr el desarrollo económico no podemos sacrificar los recursos de las nuevas generaciones, lo que llamamos desarrollo sostenible.
En un horizonte mucho más amplio, esta definición también incluye otros aspectos como igualdad de oportunidades, libertades políticas y económicas a todos los seres humanos, sin distinción de sexo, grupos étnicos, raza, religión o país. Alcanzar algunas de las variables, antes mencionadas, no garantizan que un país tenga desarrollo económico
Y esto es lo que le pasa a Colombia, el crecimiento económico del país se sustenta por ejemplo en: el sector comercio vende más bienes, pero la mayoría importados, el comercio en su gran mayoría no genera empleo formal ni bien remunerado que permita que las familias tengan una mejor calidad de vida, además esas ventas tienen sustento en el endeudamiento de la familias, que como se ve en la pandemia no es sustentable, no es un crecimiento sólido como otros países, como en los asiáticos que generan un desarrollo económico.
Pero hay más, otro de los errores enormes de esta política social fue que impulsó sólo la demanda por educación y salud de baja calidad para los pobres, es que ignoraron que la oferta laboral de las empresas apunta a tener recurso humano de alta calidad (educación de primer nivel), lo anterior es necesario para tener empleo formal, el cual en Colombia es muy reducido, además los mayores niveles de capital humano pertenecen a las clases privilegiadas. Muy poco se ha hecho en estos campos: se siguió la premisa de educación y salud para los pobres, pero de baja calidad. Las brechas, lejos de reducirse se incrementaron.
Además Colombia no tiene una política social fuerte, que pueda enfrentar los ciclos económicos de expansión y recesión, esto, en gran medida, afecta a la población. Cuando el crecimiento disminuye aumenta el desempleo y la pobreza, como va a pasar este año, donde se estima que la pobreza monetaria puede llegar al 50% de la población, según Fedesarrollo. El mercado de trabajo es la interacción tanto de la política económica como de las estrategias sociales. Por los resultados, ambas han fracasado, nada más y nada menos, que en el objetivo de lograr un país más igualitario y justo.
¿Por qué pasa esto en Colombia y en otros países? Porque los ingresos que se obtienen del crecimiento económico no se utilizan para que se dé un desarrollo económico, por los siguientes motivos:
1) Concentración de los ingresos: Colombia es uno de los países del mundo con mayor concentración de la riqueza, es decir, los ingresos provenientes del crecimiento económico se concentran en una pequeña porción de la población, y esto se nota en el coeficiente GINI, que es un índice de concentración de la riqueza que va de 1 a 0, cero cuando no hay concentración de la riqueza y toda se reparte equitativamente entre toda la población y uno cuando la riqueza está concentrada en una sola persona y esto se evidencia en los párrafos anteriores de este artículo .
2) Además en Colombia esta concentración de la riqueza se da también porque Colombia es uno de los países del mundo con un mercado altamente imperfecto, protegido por el gobierno nacional e instituciones, que irónicamente la constitución y el marco jurídico intentan en papel que esto no ocurra.
En nuestro país se da una variedad de monopolios antinaturales, oligopolios, duopolios, donde gracias a este poder de mercado gran parte de los ingresos de la economía se los llevan estos grupos empresariales. Donde lo que intenta es que el ingreso marginal ≠ costo marginal para poder producir menos y obtener más ingresos, vía un mayor precio, logrando esto también a través de colusión y fijación de precios, prácticas de manipulación de precios que se han dado en productos como cuadernos, pañales, papel higiénico, servicios públicos, salud y los medicamentos.
Además de la segmentación de los mercados, siendo ineficiente y sus ganancias se deben a sus estrechos vínculos con el gobierno, a los subsidios que reciben de este, a través de menos tributos, quitándoles los impuestos que el Estado debería invertir en toda la población, mejorando el nivel de vida de esta, por ejemplo, invirtiendo en educación, salud e infraestructura, es a través del impuesto que el Estado distribuye la riqueza.
Pero estas riquezas del crecimiento económico del país se las llevan los grandes oligopolios, como por ejemplo el sector bancario. Está concentrado cerca del 75 %, en promedio, en cuatro grandes actores Bancolombia, Aval, Davivienda y BBVA. En el renglón de las pensiones tiene una concentración de más del 62% en promedio, en dos actores Porvenir y Protección, las dos hermanas mayores de las cuatro hermanas (ver). Esto también se da en empresas de servicios públicos domiciliarios y en la salud, lo que garantiza que tengan grandes utilidades, lo que hace que los ingresos que produce este crecimiento económico no se dispersen por toda la población, evitando que se genere un desarrollo económico.
Estas son las dos mayores causas que impiden que se produzca desarrollo económico, en muchos países y en Colombia.
3) La corrupción que existe en Colombia. También a través de la corrupción que se da fuertemente en el sector empresarial, que daña al sistema político y lo degenera, a través de un lobby intenso con gran poder económico y político como el caso de las cuatro hermanas (Porvenir y Protección, Colfondos y Skandia) para que se aprueben sus futuros proyectos de ley que los beneficien, como la reforma pensional hecha a su medida, que les genera grandes ingresos a los fondos de pensiones en detrimento de los sueldos de los pensionados, trayendo más pobreza y desigualdad, que explicaré de manera detallada en una próxima columna.
Se ha estado subestimando la pobreza en el país porque se han olvidado por años los cambios en las necesidades reales de la población pobre. Ya no son sólo los alimentos las únicas necesidades de consumo de estos sectores, sino que la vivienda, los servicios públicos son parte fundamental de sus demandas básicas y estos precios han aumentado. Hecho significativo es el cambio en las estructuras de consumo, que se refleja bien en la nueva línea de pobreza. La participación que tienen los gastos de la vivienda ha aumentado. En los últimos 10 años en promedio en los hogares de menor ingreso el peso de la vivienda subió de 25% a 30%.
La sociedad se ha urbanizado y, además de los alimentos, otras necesidades han ido adquiriendo relevancia. Esta circunstancia obliga a replantear de manera radical las prioridades de la política social. Se le tiene que prestar atención a la gestión del suelo, al ordenamiento del territorio, y a la vivienda. El suelo es un bien escaso y la forma de administrarlo incide de manera sustantiva en la pobreza y en la calidad de vida. Y esta es una tarea que compete, sobre todo, a los gobiernos locales, comenzando por las ciudades grandes e intermedias como Cartagena.
Como ha se dicho en varias ocasiones en esta columna por este medio de comunicación, el gobierno de Duque y su ministro de Hacienda Carrasquilla, alias el mago Harry Potter, le miente al país a través de información asimétrica, creando aún más un mercado imperfecto, generando confusión, haciendo creer a las personas que la economía tendrá una recuperación en forma de V y esto se debe supuestamente a grandes esfuerzos en la política fiscal expansiva para salvar a los agentes económicos.
Al comienzo dieron declaraciones de prensa, en las que informaban que las ayudas eran alrededor del 10% del PIB, que equivale a $100 billones de pesos, cuando en realidad, como se dijo por este medio, las ayudas no equivalen al 2,5% del PIB de Colombia, unos $25 billones de pesos, de los cuales sólo se han ejecutado en promedio solamente el 70% o menos de estos dineros. Es decir, el estado colombiano no hecho nada para salvar a la economía e impedir que millones de colombianos de la clase media y vulnerable pasen a la pobreza y a la pobreza absoluta, como se dijo en párrafos anteriores, se va a pasar de un índice de pobreza monetaria que está actualmente en un 35,7% a más de un 60%, se va a duplicar la población de pobres, esto según las estimaciones más realista para el año 2020.
Como el objetivo del gobierno es engañar a la población inventando unas supuestas estimaciones hechas por los magos de ministerio de hacienda, que Colombia iba a decrecer este año -5,5% y para el año 2021 se iba a lograr un rebote de 6,6% de crecimiento económico, con una recuperación en forma de V y que el déficit fiscal iba ser de 8,2% para el año 2020 y de 5,1% para el año 2021. Bajo este nuevo panorama, el Gobierno Nacional revisó sus proyecciones de déficit fiscal a 8,9% del PIB para 2020 y 7,6% del PIB para 2021, esa revisión baja sus proyecciones de decrecimiento económico para este año, desde un -5,5% que preveía en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) a mitad de 2020, afectando este al PGN (Presupuesto General de la Nación) con estimaciones macroeconómicas falsas, que afectan el recaudo de ingreso corriente y genera un mayor déficit fiscal para el 2021, así como una mayor deuda externa que perjudica aún más el país y también afecta a los presupuestos de los entes territoriales que han utilizado esta estimación, en la misma manera haciendo imposible cumplir sus planes de desarrollo, igual el del gobierno nacional.
Pero, como se dijo en múltiples ocasiones por este medio, lograr esta recuperación en forma de V es imposible y como la métrica económica lo está demostrando. Las estimaciones falsas que dieron no van a suceder, por eso tuvieron que tratar de cambiar su mentira, porque era imposible de mantener y cambiaron sus estimaciones hacia la baja, las nuevas estimaciones son que la economía colombiana va tener un decrecimiento económico en el rango de -6% y -7% con una media -6,8% de decrecimiento y un crecimiento de 5% para el 2021, dañando su crecimiento en forma de V.
Para tratar de arreglar su mentira o disimular su trampa, el mago Carrasquilla se inventa el tercer día si IVA, para aumentar los ingresos de la economía, mejorar el decrecimiento económico del año 2020 y mostrar que su proyección estuvo cerca.
Para el comercio significará otro impulso ficticio con el que se llegaría a más de $14,9 billones de pesos en compras, para el consumo de bienes y servicios.
Estos $14,9 billones de pesos serían la suma de $5,1 billones de pesos que deje ese sábado, según estimaciones de Minhacienda, prevén cifras similares a las del segundo día. El primero dejó $5,4 billones de pesos y el segundo en el mes de julio dejó $4,4 billones de pesos. Por eso el gobierno pidió el adelanto de la prima de navidad. Los días sin IVA, el adelanto de la prima y otros más, son los instrumentos que está utilizando el gobierno para maquillar las cifras que muestran que no se ha ayudado a la población, para aumentar el PIB de manera artificial, utilizando de manera incorrecta la política fiscal no convencional, que se utiliza cuando la política monetaria convencional está restringida y las altas cargas de la deuda limitan el alcance de la política fiscal convencional.
Dado lo nuevo de la política fiscal no convencional, la definimos para este artículo como la utilización de la política fiscal no convencional en momentos de trampas de liquidez (artículos anteriores). El gobierno utiliza anuncios de aumentos del IVA o disminuciones momentáneas del IVA antes de que suceda, para generar inflación de precios al consumidor y, por ende, incrementar el gasto en los agentes económicos (en este caso de las familias) mediante la sustitución Intertemporal.
Esta disminución del IVA, traducida en menores impuestos, daría a las familias un incentivo para gastar antes en lugar de esperar hasta que los precios sean sustancialmente más altos. La intuición de esta propuesta se basa en una lógica simple: anunciar precios más altos en el futuro, ya sea con un recorte repentino pero temporal, o con un aumento futuro absoluto del IVA, lo que aumentará las expectativas de precios actuales. Las expectativas de precios más altas en momentos de tipos de interés nominales fijos deberían reducir los tipos de interés reales.
Y los tipos de interés reales más bajos deberían incrementar los incentivos de los hogares para consumir en lugar de ahorrar, es decir, las personas comprarían de manera irracional por los determinantes de gustos y preferencias de la demanda, sin importar que están en una gran recesión y muchos sin empleo, endeudándose innecesariamente.
Diseñar una medida de este tipo con un recorte repentino pero temporal del IVA con una fecha preestablecida en 21 de noviembre, en la que el IVA volverá a su nivel original es exactamente lo que anunció el gobierno de Duque como parte de su paquete de estímulo de economía que sumaría $14 billones de pesos, sumando el de 21 de noviembre en millones de pesos.
Un aumento de impuestos preanunciado y una caída temporal repentina del IVA difieren en términos de neutralidad presupuestaria: la primera política es presupuestariamente neutral para el gobierno, si se combina con un recorte del impuesto sobre la renta o incluso genera ingresos, mientras que la última política crea déficits presupuestarios. En ambos casos, la política fiscal no convencional incentiva a los hogares a consumir inmediatamente, reactivar la economía y, por lo tanto, no ayudaría a que la economía salga de la recesión, sólo a maquillar los resultados para mostrar que su escasa ayuda a servido, que se están logrando sus estimaciones falsas comentadas en párrafos anteriores. Esto hará que las familias, anticipando el aumento de impuestos, acelerarán sus compras, particularmente de bienes duraderos que tenían pensado comprar en el futuro inmediato de este año, sólo que lo compararían en diciembre no en noviembre, esto tampoco aceleraría la generación de empleo formal, porque por un día los comercios no contratarán más personal de manera formal y tampoco un gran aumento del empleo informal, no genera empleo ni salario a la población, la mayoría son productos importados que no utilizan mano de obra local, sino que ya los almacenes de cadena los tienen en su inventario desde hace tiempo. En cambio, esto sí va a generar un mayor déficit fiscal, porque estos bienes durables, la mayoría importado se iban a comprar este año, solo que ahora no pagan impuestos.
El gobierno quiere que la política fiscal estimule el crecimiento sin aumentar aún más los impuestos sobre los hogares. Debido a que estas medidas no implican flexibilización monetaria y abren camino a futuras subidas de tipos de interés por la inflación que generan, quizás tampoco se opongan a ellas los sectores bancarios y empresarial.
Estos tipos de políticas fiscales no convencionales funcionan solo si son incluidos los impuestos al consumo en el futuro y a demás este impuesto debe aumentar a un corto plazo después de la medida. Pueden compensar por completo la restricción del límite inferior cero sobre las tasas de interés nominales al generar inflación de precios al consumidor, sin distorsionar las decisiones de producción. Cuando los impuestos al consumo futuro es más alto se combinan con recortes en los impuestos sobre la renta, la economía puede alcanzar un resultado óptimo, pero esto sería una reforma tributaria regresiva, que afectaría a las clases media, vulnerable y baja, ya muy castigada tributariamente por el gobierno, a favor de los monopolios y oligopolios antinaturales empresariales de Colombia, a pesar de la naturaleza distorsionante de los impuestos sobre las ventas en el margen intra-temporal de las familias.
En general, las políticas fiscales no convencionales contrarrestan la deflación y estimulan el crecimiento económico en momentos de grandes brechas de producción. Fundamentalmente, no empeoran el presupuesto gubernamental y mantienen constante la carga fiscal sobre los hogares, cuando los impuestos se aumentan después de esas disminuciones temporales, que es la trampa del gobierno y que aún no ha dicho, que esos 14 billones de pesos de supuesto crecimiento, lo va a tener que pagar la gente con la nueva reforma que va a aumentar el IVA y la base tributaria de esta, en vez de utilizar la política fiscal y monetaria de manera combinada para hacer relajaciones cuantitativas, que permitan una mayor política fiscal expansiva de ayuda a los agentes económicos, lo que no ha hecho el gobierno. El único mecanismo en juego es la sustitución Intertemporal del consumo.