Literatura libera emociones y aporta al bienestar
La palabra escrita permite liberar emociones, lo que muchas veces se traduce en mejoras de la salud para los enfermos, y aporta elementos que contribuyen al bienestar general.
Así lo afirma la enfermera Katya Corredor, docente de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien recordó estudios que documentan cómo las personas enfermas experimentan sosiego y disminución de los signos y síntomas cuando se les permite realizar actividades sencillas como escribir cartas, poemas o cuentos, y pintar o colorear según sus intereses particulares.
Según estas premisas, en la UNAL se han desarrollado talleres en el marco del proyecto “Cartas que sanan”, en los que las personas del área de la salud, en particular, reflexionan sobre la asistencia compasiva y se retoman aspectos que humanizan el entorno del cuidado, resaltando la importancia del contacto emocional.
Este proyecto, apoyado por Grupo Poético Esperanza y Arena (GEA), contó con la presencia del poeta colombiano Guillermo Quijano, autor de más de 10 libros de poesía y literatura infantil y miembro fundador del Grupo.
La profesora Corredor manifiesta que “en mi actividad profesional el arte en todas sus expresiones constituye una fuente de mejoría para las personas que presentan algún tipo de enfermedad. Se trata de prácticas sanadoras porque dan cimiento a factores protectores que facilitan procesos de interacción en la relación terapéutica, aspectos de salud mental y social”.
Agrega que “los pacientes que desean involucrarse en estas actividades deberían plantear la inquietud en sus respectivas entidades prestadoras de salud, pues estos intereses se pueden instaurar en políticas institucionales dándole valor agregado a la atención”.
Sanación a través de la creación
Talleres como los realizados en la UNAL forman parte de las actividades del GEA, cuyos miembros han sido invitados, y coordinan actividades creativas y sanadoras con niños, adolescentes y adultos mayores, quienes consideran estas sesiones como verdaderas terapias de relajación.
El Grupo, que este año celebrará su aniversario 30, nació después de un taller de poesía en la Casa Silva, en el que el escritor Quijano, la profesora Corredor y Fernando Cely –cofundador del GEA– decidieron continuar la labor de estudiar la literatura colombiana y revisar sus propios textos literarios. Desde entonces, se reúnen todos los sábados del año para corregirse, aprender redacción, fortalecer la ortografía, comentar autores e inventar nuevas formas de poesía y escritura.
Cuentan con más de 20 escritores activos, algunos que apenas comienzan y otros con gran trayectoria como Jairo Peláez, María del Socorro Jaramillo, Helmos Bosali y Clemencia Botero. De este grupo forman parte educadores, periodistas, psicólogos, administradores, ingenieros, y en general personas que comparten esta pasión.
Actualmente interactúan de manera virtual, lo que ha ampliado la participación de personas que alguna vez pertenecieron al Grupo pero que están fuera de la ciudad, además de nuevos miembros. Participan argentinos y ecuatorianos, y por país tienen representación municipios como Calarcá, Anapoima, Medellín y Fusagasugá, entre otros.
El GEA tiene proyecciones editoriales como “Magia de la Palabra” y “Ediciones a puro pulso” que se publican cuando se tenga un borrador aprobado y se hayan gestionado los recursos para editar, ilustrar e imprimir el libro.
“Nadie vive de la literatura; en Colombia es muy difícil porque la ley de derechos de autor no apoya realmente a los escritores, Sin embargo es gratificante motivar la creación literaria en la sociedad, pues es sanadora y liberadora”, comenta el escritor Quijano.
Consultar en Facebook como: Grupo Poético Esperanza y Arena.