Semillas de asaí, la pepa de nutritivo y saludable suplemento para tilapias
La eficacia del suplemento radica en utilizar una enzima que descompone las semillas de la palmera asaí (Euterpe precatoria) – también conocida como azaí, acaí, o açaí en portugués– en fragmentos de azúcar que contienen pequeñas unidades de esta y que contribuyen a la alimentación de los microorganismos “buenos” del intestino de los peces, favoreciendo así una flora intestinal equilibrada y reduciendo el uso de antibióticos.
El suplemento, elaborado por el Grupo de Alimentos Frutales (GAF) del Instituto de Biotecnología y Agroindustria (IBA), de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, fortalecería la salud intestinal de las tilapias de manera natural, disminuyendo así, en parte, de la dependencia de antibióticos.
Sarha Lucía Murillo Franco, magíster en Ingeniería de la UNAL Sede Manizales, aclara que “este no posee propiedades antibióticas, pero como mejora el funcionamiento intestinal de los peces, estos se enferman menos, y por lo tanto se reduciría el uso de antibióticos, lo cual beneficiaría tanto a las tilapias como a las personas que las consumen”.
Al entrar en el sistema digestivo, los antibióticos generan residuos que se pueden filtrar en el entorno y contribuir a la resistencia antimicrobiana, un problema de creciente preocupación global. Se estima que al menos 700.000 muertes anuales son atribuibles a infecciones resistentes a antibióticos. Este número podría aumentar a 10 millones para 2050 si no se toman medidas adecuadas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC).
“Se trata de un mecanismo similar al que ejercen los prebióticos en los humanos; recordemos que estos son un tipo de nutrientes que sirven para la buena salud del intestino”, explica el profesor Carlos Eduardo Orrego, del IBA de la UNAL Sede Manizales.
Así, la investigación de la magíster Murillo apuesta por aprovechar el potencial industrial que tienen los residuos del asaí. Aunque se trata de un fruto muy popular y cada vez más valorado en el mercado por sus propiedades antioxidantes, su procesamiento genera muchos residuos, ya que solo se consume la parte externa de la fruta y se desecha la semilla, la parte más voluminosa del fruto.
En Colombia el asaí se produce en las selvas chocoanas y amazónicas, “debido a su clima cálido y húmedo el cultivo de esta palma contribuiría a una economía más sostenible al reducir el desperdicio generado por la industria”, anota.
Alternativa natural
Además de liderar investigaciones en biotecnología, el IBA es pionero en el proceso de inmovilización de enzimas, una técnica que permite fijar estas proteínas en una superficie de resina de pino, un material poroso que permitiría su reutilización en múltiples ciclos de producción sin perder efectividad.
“Este proceso es un avance en la tecnología de procesamiento enzimático, ya que la inmovilización prolonga la vida útil de las enzimas y reduce los costos al permitir que se puedan usar repetidamente en los procesos productivos”, señala la investigadora Murillo. En el caso de la mananasa utilizada en este proyecto, la inmovilización facilitaría su reutilización en varias fases de la producción, maximizando su rendimiento y reduciendo los costos del suplemento.
La inmovilización de enzimas no solo reduce los costos de producción, sino que también ayuda a mantener un proceso sostenible y libre de contaminantes. Como no requieren ácidos agresivos, las enzimas inmovilizadas representan una opción segura para el medioambiente y para la industria alimentaria, por ahora enfocada en animales.
Los resultados muestran que el uso de la mananasa en la producción de suplementos no solo proporciona una alternativa más suave con respecto al uso de ácidos, sino que también se alinea con los objetivos de la economía circular al aprovechar un subproducto agrícola.
El proceso enzimático utilizado en este proyecto se presenta como una inversión que se puede recuperar a largo plazo. Aunque el costo de la enzima fue de 170 dólares por kilogramo (USD/kg) en 2021, otros insumos, como el ácido, tienen un precio cercano a los 147 USD/kg. El equipo de la UNAL señala que, a pesar de estos costos iniciales, los beneficios ambientales obtenidos durante la producción del activo funcional equilibraría estos gastos.
Hasta el momento los resultados son muy prometedores, aunque aún quedan etapas por superar. Entre los próximos pasos se planea confirmar los beneficios de los mananoligosacáridos en la salud animal.
La investigadora, quien ahora es candidata a Doctora en Biotecnología en la Universidad Estadual Paulista (UNESP) en Brasil, señaló que estas pruebas futuras brindarían información valiosa para que los productores adopten este tipo de suplementos en la dieta de los animales.