Salud

Médicos de UCI, en riesgo de agotamiento profesional

Entre los médicos que ejercen en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) colombianas, el 90 % está en riesgo de padecer agotamiento profesional -también conocido como burnout-, mediado por la relación entre su especialidad, el equipo que usan, el edificio donde laboran y su entorno social.

Este fue uno de los hallazgos de Omar Segura, médico epidemiólogo y doctor en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien analizó si esa relación, que él denominó “configuración”afecta la salud mental de los médicos y por ende su desempeño.

“El burnout combina agotamiento emocional, desapego por el paciente y falta de realización profesional. Cuando estas tres condiciones se cumplen en alto nivel, aparece la enfermedad”, explicó Segura.

Para esto, el investigador tuvo en cuenta como categorías: la especialidad (nivel de formación, cargo, turnos, comparación entre salario real e ideal, historial de enfermedades), los equipos que se utilizan (ventiladores y monitores), el edificio hospitalario (los niveles de luz y ruido y otros riesgos biológicos, químicos o ergonómicos), y el entorno (la ubicación de la UCI, el transporte, situaciones de inseguridad o agresión, o la opinión sobre el sistema de seguridad social).

Como población de estudio, analizó 253 UCI médicas y quirúrgicas para atención de adultos; aproximadamente 80 profesionales de cuidados intensivos; 400 intensivistas graduados y en ejercicio; y 200 residentes de los programas de medicina crítica y cuidado intensivo en el país.

Tras plantear su teoría y entrevistar a 14 intensivistas para indagar sus apreciaciones sobre el desarrollo de las UCI, realizó una encuesta nacional, basada en el Inventario de Burnout de Maslach (MBI), para confirmar cuáles podrían ser los aspectos asociados al agotamiento profesional.

Aunque la investigación encontró una prevalencia de solo 3 %, el 90 % de los médicos de UCI encuestados se encuentran al borde de sufrir burnout.

“Esto tiene implicaciones para la salud pública, ya que es una condición silenciosa que puede volverse crónica; de hecho, los mismos intensivistas la han oído mencionar, pero no la saben identificar”, puntualizó el doctor Segura.

Además, el agotamiento profesional puede establecerse de modo permanente y afectar el desarrollo de otros profesionales de la salud.

Igualmente, los intensivistas comentaron que han tenido que lidiar con situaciones de improvisación, falta de recursos, precarización laboral, agresión entre usuarios (a veces entre compañeros), y otras peculiaridades del entorno nacional, como el tráfico vehicular o la concentración de servicios en ciertas regiones.

Algunos residentes manifestaron preocupación por los riesgos biológicos inherentes a cada procedimiento o atención. Los especialistas en ejercicio y los profesores adicionaron riesgos laborales y administrativos, tales como precarización laboral, falta de cohesión gremial e incluso fragilidad estatal.

“No les molesta el sistema de seguridad social y ya se han acostumbrado a lidiar con las fallas de sus principales equipos y a otras situaciones, como la inseguridad de las ciudades. Sus problemas son más de índole laboral y de manejo del paciente y eso los pone en riesgo de agotamiento profesional”, confirmó el doctor Segura.

Con la investigación se busca tener una mayor caracterización de la enfermedad, así como promover estudios de seguimiento para comparar tal situación entre distintos grupos médicos.

También se busca tener una mejor atención por parte del Ministerio de Salud y Protección Social, en términos de políticas de talento humano, calidad y humanización del cuidado intensivo.

Por otro lado, se requiere atender las necesidades de los profesionales y técnicos de la salud, no solo el tema de los salarios sino también en el de ambiente laboral y condiciones dignas de trabajo.

“El burnout también puede tener implicaciones ocupacionales y de indemnización laboral, por lo que es necesario que las instituciones encargadas estén al tanto de la salud mental de sus empleados. Aún estamos a tiempo de actuar”, concluyó el doctor Segura.

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