Medio Ambiente

Imágenes termográficas optimizarían riego en cultivos de fresa

Las cámaras termográficas registran la temperatura del dosel (follaje) de las plantas; este registro se compara con referencias de condiciones húmedas y secas, lo que permite identificar el índice de estrés hídrico al que está sometido el cultivo.

Cuando se realizan los análisis estadísticos del índice de estrés hídrico se puede establecer con mayor facilidad si las plantas requieren más o menos agua.

El nuevo método permitirá controlar mejor los actuales tiempos de riego de estas plantas, lo que incrementará el ahorro de agua.

Este proyecto es desarrollado por Jessica Vargas Cruz, magíster en Ingeniería Agrícola de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), como parte del programa de jóvenes investigadores de Colciencias, cuyo trabajo se concentra en el estudio de las variedades Monterrey y Albión.

“Lo que estamos haciendo es comparar el comportamiento de estas variedades ante una deficiencia de agua equivalente al 85 % con respecto a aquellas que se encuentran en condiciones ideales”, destaca la investigadora.

En la actualidad, en un cultivo normal se lleva a cabo un sistema de irrigación de hasta una hora diaria, mientras que en el montaje propuesto se realiza por pulsos de dos y tres minutos cuatro veces al día: a las 7 y 11 de la mañana, y a las 2 y 4 de la tarde.

La nueva tecnología permitirá que estas mediciones se efectúen en cultivos a gran escala, de tal manera que el sistema de riego se pueda ajustar a las necesidades de la planta.

De hecho, hasta ahora es la primera vez que un cultivo de los trabajados por el grupo de investigación no registra enfermedad de ningún tipo, gracias a la implementación de esta tecnología.

De igual manera, el uso de las imágenes termográficas y el manejo ambiental del cultivo han permitido identificar que labores como cortar los estolones de la fresa –sus hijos– mejora la producción de flores del cultivo, y por ende su producción.

Como los precios de estos equipos pueden oscilar entre los 3 y 15 millones de pesos según su complejidad, la idea de estos procesos es que los puedan realizar compañías interesadas en introducir esta tecnología, teniendo en cuenta el uso adecuado del agua en términos ambientales.

Imágenes satelitales

El próximo paso será usar imágenes satelitales multiespectrales, las cuales brindan información en los espectros visible, infrarrojo y termal, empleadas en los sistemas de información geográfica (SIG) para elaborar productos que orienten la toma de decisiones en grandes cultivos.

Puesto que las técnicas tradicionales para controlar la humedad del suelo y el estado de apertura estomática de las hojas suelen tomar mucho tiempo, el uso de cámaras termográficas permitirá establecer en menor tiempo si las plantas de un cultivo extenso se encuentran estresadas o no por déficit hídrico.

Para medir la conductancia estomática, por ejemplo, se usa un “porómetro” que toma registros de cada una de las hojas a lo largo de un proceso que puede tardar un minuto por cada hoja, con el fin de calcular qué tan abiertos o cerrados están los estomas –encargados de procesos de transpiración– similares a los poros de una persona.

“Si se llegara a identificar que la planta cierra los estomas cuando no debe hacerlo, se puede decir que existe una deficiencia en el suministro de agua”, destaca la magíster, quien además precisa que el cultivo cuenta con un monitoreo constante de factores ambientales asociados con el nivel de radiación solar, viento, temperatura y humedad relativa del ambiente dentro del macrotúnel en el que se encuentra el cultivo que además se compara con el que se encuentra al aire libre.

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