La columna de Alfredo

Hoy: ¿Gobierno para el mañana?

El “Mañana” emite señales de cuál podrá ser su futuro. Se trata del “Cambio” y para el cual hay que prepararse. Pero la velocidad y la intensidad es lo que  no se tiene conocido. Un simple dato referencial, hoy debe preocupar el aumento de la diferencia existente  entre pobres que crecen en cantidad y vulnerabilidad y los super-ricos que no saben cómo gastar sus gigantescas fortunas, que siempre son más.  Contra eso, que es “Desigualdad”, se puede estar conformando una resistencia futura. La misma se dirigirá contra organismos nacionales e internacionales, que bajo la denominación de “Desarrollo”, impulsarán políticas, cuyo resultado será mantener la “Desigualdad”.

Alfredo Oliveros. Egresado como Contador Público de: Universidad de la Rep. del Uruguay y Universidad de Buenos Aires (Argentina). Master en Economía Internacional de la Universidad de Belgrano (Argentina). Docente en Economía en distintas Universidades de América Latina. Contratado como asesor por distintos Gobiernos de América y asesor de distintos programas del BID (Banco Interamericano de Desarrollo).

Retomando lo relativo al “Cambio”, existe lo que se denomina 4ta. Revolución Industrial para la que señala Klaus Schwab “Estamos al borde de una Revolución tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes”.

Si se examina el rol del Gobierno o Estado (acéptese su uso como indistintos) y atendiendo a conocer su capacidad –supuestamente- para  participar en -por lo menos- en la lucha contra la “Desigualdad”, lleva a hacer las siguientes consideraciones. Lo primero , es saber si el Estado ¿puede ordenar a los individuos lo que deben hacer?. Aceptado que si es, se pasa al segundo concepto, que será una regla y que  denominaremos “economía perfectamente eficiente”, y que resulta de que es imposible beneficiar a alguien, sin que otro  salga perjudicado.(Tim Hardford-“El Economista encubierto”). Finalmente, el obligado proceso de transformación que comience a desarrollarse, solo –se repite- beneficiará a quienes sean “capaces de innovar y adaptarse”. Esto debe tenerse muy en cuenta.

Para lo que es fundamental medir para la acción, lo que implica establecer estructuras de información que puedan anticipar la existencia de futuros problemas. Un país puede registrar una tasa de crecimiento positiva del PIB, pero simultáneamente estar comprometido el futuro, ya que no se tiene las inversiones necesarias para renovar o crear la totalidad del capital necesario. Ejemplo Típico: Construir escuelas sin tener maestros. o al revés.

Como conclusión, quedan obligados los Gobierno a implantar y comunicar sistemas de información y control, para situar adecuadamente la medición del desarrollo económico. Se debe limitar la hegemonía del PIB para la medición parcial, buscando además la futura evolución de la economía. Recomendaciones: Debe informarse sobre el agotamiento de las  reservas de recursos naturales. Las tasas de crecimiento deben incluir los compromisos de las inversiones futuras necesarias para renovar el capital nacional. Las cuentas nacionales deben incluir la contabilización de investigación y desarrollo. Otras dimensiones deben ser consideradas (presente y futuro) como: la seguridad,  la salud y el medio ambiente, o los egresados en los niveles de formación, etc, etc.

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