Estudios genéticos ayudarían a tratar trastorno bipolar
Proyectos como “Epigenoma” o “Mil Genomas” recogen datos de genes que ayudarán a los científicos a conocer más sobre ciertos trastornos mentales, como el bipolar afectivo, y encontrar una cura.
Para la ciencia y la genética ha sido difícil diagnosticar el llamado trastorno bipolar afectivo (TBA), del cual solo se conocen las características en las personas que lo padecen, como depresión e hiperactividad.
El profesor Humberto Arboleda, coordinador de la Maestría en Neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), asegura que desde el punto de vista clínico solo existe el diagnóstico, aunque pruebas neuropsicológicas tienden a precisar algunos de los trastornos.
En el marco del Noveno Simposio Nacional “Estabilidad, genética y discapacidad en el trastorno afectivo bipolar (TBA)”, el académico cuenta que mediante el estudio genético se están estudiando y tratando de identificar las variaciones del genoma que tienen las personas en ciertos genes en diferentes partes del cerebro para poder identificar en cuáles existe la anomalía.
“Es decir que con las estadísticas y los datos obtenidos genómicamente de pacientes con TBA en el mundo se están consolidando fuentes de investigación para comparar a unos pacientes con determinado problema, con otros que no lo tienen para tratar allí fórmulas terapéuticas”, agrega el profesor de la U.N.
Así mismo cuando se habla de los avances en genética a la hora de hacer un diagnóstico sobre TBA que pueda contribuir a clasificar la enfermedad, porque esta no es igual en todas las personas. Para el profesor Luis Eduardo Jaramillo, del Área de Psiquiatría de la U.N., en Colombia y en el mundo todavía es difícil llegar a descubrirlo.
Aunque se ha avanzado identificándolo, el problema de hacer estudios genéticos es que para unos puede ser un trastorno, pero para otros no: “esta es una enfermedad muy difícil de tratar, porque el comportamiento humano es muy complejo”, afirmó el docente.
Patrones de detección
Los patrones clínicos para detectar el TBA son fáciles para quienes conviven con los afectados, porque ellos observan los comportamientos depresivos e hiperactivos.
El TBA es una enfermedad que ocasiona cambios abruptos en el estado de ánimo. Según la OMS, actualmente afecta a cerca de 60 millones de personas en todo el mundo. En Colombia, la Encuesta de Salud Mental, realizada por el Ministerio de Salud en 2015, reveló que el trastorno bipolar más fuerte es la depresión entre los 18 y 44 años.
El profesor y psiquiatra Jaramillo explica que este padecimiento está comprendido por las fases maniaca y depresiva. En el caso de la maniaca, “los pacientes suelen presentar felicidad excesiva o irritabilidad desbordada; no pueden dormir, se comprometen en muchas actividades, creen que son capaces de hacerlo todo, o de realizar cosas que no comprenden y que son potencialmente riesgosas. Además son altamente amigables con las personas que no conocen”, asegura el académico.
Con respecto a la fase depresiva, que puede durar semanas o meses, las personas no quieren realizar ninguna actividad y tienen problemas con la alimentación, entre otros síntomas. Esta situación se genera por crisis, es decir que la persona puede durar un tiempo en ese estado y después recuperar su funcionamiento habitual.
Según estudios psiquiátricos y de desórdenes bipolares realizados por la publicación Psychotherapy and Psychosomatics, en una muestra de 2.839 pacientes que viven en comunidad se encontró que 1.845 estaban desempleados y 40 % recibía pensión por discapacidad; el 99 % de ellos presentó síntomas de TBA dentro de los dos primeros años.
Los docentes de la U.N. coinciden en que hasta ahora se está trabajando todo lo concerniente al genoma en la parte de análisis, en la cual todavía se es muy débil por la falta de información. Con esto solo hay enfoques preventivos y pruebas que pueden contribuir a identificar algunos de los trastornos en un futuro.