Estudio revela que la mayoría de los “focos” de posibles nuevas cepas de coronavirus está en China
En la investigación también se detectó que partes de Japón, el norte de Filipinas y el sur de Shanghái corren el riesgo de convertirse en focos a raíz de una mayor fragmentación de los bosques.
Por: Barış Kahraman / Anadolu
Una nueva investigación realizada por científicos de tres universidades diferentes de Estados Unidos, Italia y Nueva Zelanda reveló que la mayoría de los “focos” de posibles nuevas cepas de coronavirus se encuentran en China.
Investigadores de la Universidad de California (UC), Berkeley, la Universidad Politécnica de Milán y la Universidad Massey de Nueva Zelanda realizaron conjuntamente un estudio sobre los “focos favorables para los murciélagos que portan coronavirus y donde las condiciones son propicias para que las enfermedades salten de murciélagos a humanos”.
También se incluyeron en el estudio los cambios mundiales en el uso de la tierra, incluida la fragmentación de los bosques, la expansión agrícola y la producción ganadera concentrada.
“La mayoría de los focos actuales están agrupados en China, donde una creciente demanda de productos cárnicos ha impulsado la expansión de la ganadería industrial a gran escala”, señaló la investigación en su análisis publicado este martes.
También encontraron que partes de Japón, el norte de Filipinas y el sur de Shanghái corren el riesgo de convertirse en focos a raíz de una mayor fragmentación de los bosques, mientras que partes de Indochina y Tailandia pueden convertirse en puntos críticos con aumentos en la producción ganadera.
Paolo D’Odorico, profesor de ciencias ambientales, políticas y gestión en UC Berkeley y coautor del estudio, afirmó que los cambios en el uso de la tierra deben evaluarse cuidadosamente en términos tanto del medioambiente como de la salud humana. “Porque esto puede aumentar nuestra exposición a las enfermedades zoonóticas”, explicó.
“Cada cambio formal en el uso de la tierra debe evaluarse no solo por los impactos ambientales y sociales en recursos como las reservas de carbono, el microclima y la disponibilidad de agua, sino también por las posibles reacciones en cadena que podrían afectar la salud humana”, dijo.
*Daniela Mendoza contribuyó con la redacción de esta nota.