Efecto Cambridge Analytica afectaría intención de voto en Colombia
El uso indebido y no autorizado de la información que los ciudadanos registran en redes sociales resulta nocivo para cualquier democracia, en la medida en que esta información se podría utilizar en campañas diseñadas para modificar la intención de voto.
“El uso de datos de millones de usuarios por parte de empresas consultoras que asesoraron campañas en los recientes casos registrados en el Reino Unido –respecto al brexit– o Estados Unidos –con la elección de Donald Trump– son un buen ejemplo de que la intención de voto se puede modificar, ya que en gran medida su origen tiene un carácter más emocional que racional”.
Así lo advierte Mauricio Tovar, codirector del Grupo de Investigación InTIColombia y quien forma parte del ViveLab Bogotá, laboratorio de innovación TIC de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
El proceso para que terceros accedan a esta información consiste en introducir una aplicación que se sirve de la plataforma de Facebook para conseguir estos datos por medio de una prueba de personalidad. Esto fue lo que generó el reciente escándalo relacionado con la firma Cambridge Analytica, creada por el investigador Aleksandr Kogan, de la Universidad de Cambridge.
Aunque la estrategia permitió el acceso a los datos que suministraron en forma voluntaria cerca de 300 mil personas, también estaba abierta la puerta para acceder a la información de sus contactos, cifra estimada en alrededor de 50 millones de personas.
El análisis posterior de estos datos por parte de una firma especialista en la recolección de datos para crear campañas políticas y publicitarias habría sido determinante en el referéndum sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea y la elección del magnate estadounidense.
Gustos y preferencias en la red
Si una empresa tiene información reciente de las redes sociales sobre los potenciales votantes y sus contactos, podría analizar los datos e identificar gustos y preferencias, a partir de lo cual se diseñarían campañas que busquen cambiar la intención de voto en procesos democráticos.
Cada vez que un usuario accede a plataformas como Facebook o Google deja un registro de sus búsquedas, intereses, gustos y relaciones personales, además de los lugares que frecuenta, entre muchos otros datos.
Aunque la controvertida información de Facebook que supuestamente retuvo la firma inglesa Cambridge Analytica data de hace tres años, los posibles nexos de algunas campañas políticas con esta compañía dejan abierta esa posibilidad.
Según el integrante de ViveLab, a partir de la información publicada en redes sociales se pueden crear campañas que motiven cambios de comportamiento y, en el caso de un proceso electoral colombiano, puede llevar a un cambio en la intención de voto.
Evite que usen sus datos
Al aceptar los términos y las condiciones en el registro en redes sociales se acepta que la propiedad de esos datos no es de los usuarios sino de las empresas tecnológicas, las cuales tienen la posibilidad de analizarlos y conocernos hasta el punto de influir cambios en nuestro comportamiento.
Para contrarrestar este problema se están identificando mecanismos y tecnologías como Blockchain para que los usuarios sean dueños de sus datos y reciban remuneración por su uso, e incluso puedan escoger qué datos quieren que sean utilizados comercialmente y cuáles no.
El usuario también puede editar la configuración de los permisos que ha otorgado a aplicaciones en Facebook y eliminar aquellas que no le generen confianza.
Cuando se registre en algún servicio de internet procure usar la opción de registrarse a través de plataformas como Facebook, y siempre llene el formulario.
No publique información personal o susceptible de ser utilizada por terceros sin su consentimiento. Revise qué información suya tienen las redes sociales y edite o elimine permisos e información que no quiere que sea conocida, como su teléfono celular o la dirección de su casa.
Aunque también existe la posibilidad de eliminar la cuenta de Facebook, tenga en cuenta que podría correr el riesgo de aislarse del mundo digital.