Ciudad PensanteOpinón

¿Dónde está la coherencia de los fajardistas?

Durante los últimos 4 años, Sergio Fajardo ha estado cavando su propia tumba política. Cada vez hace el hoyo más hondo y se sumerge en él. En este proceso, arrastra consigo una parte de la nación que tenía la intención de liderar.

En la actualidad, Fajardo parece incapaz de comprender que los 800 mil votos que obtuvo y el rechazo que enfrenta por parte del país se deben a su falta de capacidad para adoptar posturas claras con respecto al destino de nuestra nación. Prefiere mantenerse en silencio y ocultarse.

Este silencio comunica a Colombia que es una persona sin criterio o incapaz de adoptar una postura, incluso si ello implica ganar simpatizantes pero perder otros. Parece estar más interesado en “quedar bien con todos”, o su soberbia y ego son tan grandes que le impiden ceder en aras de contribuir a la construcción del país a través de vías distintas a las suyas.

Un auténtico líder establece un rumbo y avanza en esa dirección. Toma decisiones en momentos cruciales. Hoy, al igual que hace cuatro años, Colombia necesita su determinación y liderazgo para edificar la nación. Sin embargo, en este momento crítico, como en aquel entonces, Fajardo se oculta y se calla. Opta por “dejar libre el voto” como una forma de eludir tomar una posición clara.

Hoy, Colombia necesita a los seguidores de Fajardo. El país necesita coherencia frente a esa decencia que reclaman. Es fundamental contar con su voto responsable para construir un país mejor, aprovechando las oportunidades que este panorama político nos brinda.

Si los seguidores de Fajardo hubieran leído el programa de gobierno de su líder, sabrían que tiene muchos puntos en común con el programa de gobierno de Petro. Ningún país tendrá al presidente perfecto e ideal, pero es importante esforzarse por elegir lo más coherente y sano para la nación.

Rodolfo Hernández representa todo lo que un político no debería ser. Hernández encarna todo lo que este país no necesita de un mandatario: machismo, pensamiento retrógrado, corrupción disfrazada, populismo, falta de conocimiento del país, agresividad verbal y física, insensatez, imprudencia, y la incapacidad de manejar las emociones.

He leído mucho acerca de las razones por las cuales muchas personas eligieron a Fajardo: su sensatez, coherencia, decencia e inteligencia, así como su comprensión de las necesidades y la realidad del país. Nada de esto se encuentra en Rodolfo Hernández; carece de sensatez, autocontrol y no conoce el país ni cómo funciona.

Es el candidato más populista entre todos los aspirantes, haciendo promesas absurdas… una de sus promesas de campaña es que todos los colombianos que nunca hayan conocido el mar viajarán para hacerlo. ¿Realmente creen que esta propuesta proviene de alguien inteligente y sensato? Cada promesa que lanza en esta campaña carece de fundamento económico y político, además de no ajustarse a la realidad. Ni siquiera sabía lo que era el ESMAD. ¿En qué Colombia vive? Además, se le han atribuido fotos en las que apoya a los jóvenes que protestaron el año pasado. ¿En serio? ¿O solo fue para la foto? ¿Cómo diablos no sabía que era el ESMAD?

Necesitamos la coherencia y decencia que los fajardistas defienden. Requerimos su voto para colaborar en la construcción de un país mejor, uniendo fuerzas con la única opción viable y más afín al proyecto político de Fajardo, que es Gustavo Petro. Ahora es el momento en que los fajardistas pueden contribuir a cambiar este país, aun cuando su propio líder se distancie y y decida hacerse el loco ante este panorama.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *