COLOMBIANO “SANTANDERISTA”
A raíz de mi post de ayer sobre las lanchas de la Armada que se “desamarraron” y fueron a templar en Venezuela, me llegó mucho comentario de venezolanos, entre otros muchos comentarios de toda clase.
Tengo que decir un par de cosas sobre estos comentaristas venezolanos, una de ellas buena, y otra mala.
La buena es que los venezolanos son mucho más decentes y civilizados para comentar en FB que sus pares colombianos. Mucho comentario crítico en los que ponen en duda mi teoría de un “error honesto” de la Armada en lo de las lanchas artilladas, pero ningún venezolano me llamó “gonorrea”, “hijo de puta” o “Mamerto malparido”, y eso es refrescante. Con esto queda demostrado que la paranoia agresiva es muy distintiva en el caso colombiano; que la INTOLERANCIA, el defecto más grande de los colombianos, está bien afincado en nuestra tierra, pero no en otros lados. El colombiano no comenta para debatir o intercambiar puntos de vista. Ni siquiera para burlarse con humor, como lo hicieron ciertos venezolanos en mi post de ayer, sino que comenta para MATAR, para acallar al prójimo y que no hable más.
En este punto, Venezuela 1 – Colombia 0.
Pero, luego está la indoctrinación después de 22 años de chavismo. Esta clarísimo que el Gobierno Venezolano ha sido efectivo en su campaña de propaganda y su estigmatización de todo lo colombiano como “santanderista” en oposición a la Venezuela “Bolivariana”. Varios de los comentaristas se refirieron a mi como “colombiano santanderista”, algo que encuentro injusto porque yo odio a Santander y quiero mucho a Bolivar. Y odio a Santander, entre otras cosas, porque era un esclavista redomado y un cobarde en el campo de batalla, y ninguna de las dos cosas las puedo aceptar.
Sin embargo, tengo que admitir que el espíritu de Santander sí que es cierto que está arraigado en Colombia, y mucho. Ese clasismo y racismo brutal de los colombianos de la zona Andina es muy “santanderista”.
Y lo de la cobardía en el campo de batalla, es simplemente inaceptable para mi. Se puede tener miedo antes de una batalla, eso es normal. Pero huir de una batalla, como hizo Santander en varias ocasiones, es inaceptable, esa vaina yo no la tolero. Se todo lo cobarde que quieras en la vida civil, pero si corres apenas tropezarte al enemigo, tú caes en el fondo de mi estima como ser humano.
Militar que corre en una batalla, solo se merece mi más completo repudio. De las cosas que yo más estimo en este mundo son el valor y el coraje personal, punto.
Aquí, doy un empate, porque la indoctrinación bolivariana está más o menos balanceada con la realidad.
Y por último, quería comentar sobre ciertos miembros de la Armada que vinieron a comentar con odio en mi muro, con el cuento de que “no conozco a la Armada” y no se qué más vainas.
En este punto me reafirmo en mis comentarios. La Armada de hoy, carece de militarismo, es una institución bastante secular, con la excepción de algunos elementos de la Infantería de Marina. Son buenos para otras cosas, como por ejemplo, para la construcción naval, y quizá es una institución eficiente en otros aspectos, pero Marina de Guerra, no es.
Cuando pienso en la Armada de Colombia me acuerdo de una vieja anécdota del Mariscal Montgomery, Visconde de El Alamein. Luego de que le presentaron a Einsenhower, el comandante de la fuerza expedicionaria americana en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, dijo: “Nice chap, no soldier”, que traduce, “buen tipo, pero no es un soldado”.
Eisenhower se había graduado de West Point en 1915, había hecho parte del Estado Mayor de MacArthur en la Filipinas, pero había tenido una carrera más que nada administrativa y había visto muy poco combate, casi nada.
Mientras que Montgomery, por el otro lado, se había chupado los 4 años de la Primera Guerra Mundial y había sido herido dos veces en combate, una de ellas, casi fatal. Hasta cavaron el hueco para enterrarlo porque creyeron que no iba a sobrevivir. De oficial de infantería pasó a oficial de estado mayor, y, no solo combatió cuerpo a cuerpo contra los alemanes, sino que también aprendió a planear batallas a gran escala. Para mi, Montgomery, a pesar de todas las críticas de la historiografía moderna, es el mejor comandante anglo-americano de la Segunda Guerra Mundial, un soldado de verdad-verdad.
En esa misma línea de ideas, hoy digo lo mismo de la Armada Nacional: “Nice Chaps, no soldiers”…
Lo siento, mis queridos amigos marinos, pero es lo que hay.
P.D: Mi prócer favorito no es Bolivar, es otro venezolano, Sucre, el mejor comandante de todas las guerras de independencia de America, incluyendo la Guerra de independencia de los Estados Unidos. Sucre fue el oficial más brillante que dio el continente americano durante las guerras de independencia…y lo mataron en Colombia, a traición. Esa tradición del asesinato de la gente brillante la llevamos en el ADN los colombianos, por eso yo no voy por esos lados. Corre el rumor de que yo soy medio inteligente, me puede pasar algo.
Colombia es un país en donde los Uribes de este mundo viven, y los Sucres de este mundo mueren…
*Las opiniones expresadas en este documento no han sido sometidas a revisión editorial, son de la exclusiva responsabilidad de los autores y pueden diferir con las del The Cartagena Post.