Jugando también se aprende física
Los alumnos de grado once de la Institución Educativa Limbania Velasco, en Santander de Quilichao (Cauca), aprendieron el concepto de equilibrio de una partícula mediante un reto que consistía en equilibrar un trozo de guadua curva. De esta manera, mejoraron en un 20 % su rendimiento académico.
BOGOTÁ D. C., 05 de enero de 2017 — Agencia de Noticias UN-
Los estudiantes usaron todos los elementos que se encontraban en el entorno natural: guadillas, horquetas, piedras, palos y hasta sus propios maletines para estabilizar el objeto didáctico –en este caso la guadua–, explica el profesor Diego Fernando Alegría Serna, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Mientras jugaban, los jóvenes asimilaban varios conceptos físicos: dirección, movimiento, magnitud, fuerza, vectores, peso, contrapeso y gravedad. Esto facilitó el aprendizaje de las tres leyes de Newton.
El profesor Alegría llevó a cabo un examen previo y otro posterior a la experiencia con el fin de medir su impacto. En la primera prueba, el promedio de respuestas acertadas fue del 22 %, mientras que en la segunda fue del 42 %, lo cual representa, en poco tiempo, un avance importante para el colegio y los alumnos, comenta el docente.
“Vale la pena innovar en la utilización de los entornos naturales para la enseñanza. La física está en los espacios abiertos, en la vida cotidiana, en un aula abierta, no en una de cuatro paredes”, complementa.
Por otro lado, continúa el académico, los estudiantes vencieron su rechazo hacia las matemáticas, la física y, en general, las ciencias exactas: “ahora les piden a los otros profesores que los lleven al sendero ecológico donde hicimos la actividad, el cual es uno de los más reconocidos en Santander de Quilichao y queda cerca del colegio”.
Salón al aire libre
Al profesor Alegría le preocuparon los resultados del primer examen, pues notó que los estudiantes aún no comprendían el concepto de equilibrio de una partícula (visto en décimo grado) y, por lo tanto, no asimilaban las tres leyes de Newton.
Por eso, en un primer momento los motivó a jugar con unas guaduas diminutas para explicarles los principales conceptos antes de la experiencia de campo.
Ya en el sendero, el profesor evaluó el ingenio y la recursividad a la hora de equilibrar las guaduas: los estudiantes tenían que explicar la función de cada elemento, por ejemplo si habían usado un maletín o una roca como contrapeso.
Por último, los alumnos dibujaron en su cuaderno el diagrama de las fuerzas, ilustrando la experiencia didáctica.
“De entrada, a muchos les llamó la atención la forma curva de las guaduas. No solo aprendieron física sino que también conocieron su realidad, el entorno natural que los rodea. Todos los estudiantes estuvieron muy activos, se volvieron más curiosos”, concluye el profesor Alegría.