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Cocaleros retuvieron dos días a 180 militares colombianos que estaban erradicando cultivos

Unos 180 soldados de Colombia que erradicaban narcocultivos fueron retenidos durante casi 48 horas por campesinos cocaleros en el este del país, en la frontera con Venezuela, un hecho que se destrabó hoy por la intervención de instancias mediadoras y después de que el presidente Iván Duque amenazara con tratar el caso como “un secuestro”.

El general Omar Sepúlveda había denunciado justamente como un secuestro la captura de sus hombres, ocurrida hace dos días, por comunidades que se oponen a la destrucción de los plantíos ilegales.

Los cocaleros “secuestraron a seis pelotones del Ejército nacional” el martes pasado en el municipio de Tibú, señaló el oficial a la prensa.

El responsable militar relató que las tropas fueron rodeadas por campesinos con palos y machetes mientras cumplían “tareas de lucha contra toda la cadena de narcotráfico”.

Los soldados estaban concentrados en una escuela rural, agregó, informó la agencia de noticias AFP.

El vocero de una asociación campesina que se identificó como “Junior” dijo a W Radio que la comunidad tenía “la mejor disposición de diálogo” para permitir la salida de los militares y atribuyó la retención de los soldados en protesta porque el Gobierno incumplió sus compromisos en el programa de sustitución de sembradíos de hoja de coca por cultivos lícitos.

La Defensoría del Pueblo, entidad que vela por los derechos humanos, informó en Twitter que se dirigía hacia Tibú para buscar una mediación y obtener la liberación de los soldados, lo que logró hacia el final de la jornada.

“Gracias a la mediación de la Defensoría del Pueblo y la Personería del Municipio de Tibú, se logró poner fin a la obstrucción de las labores de al menos 180 soldados del Ejército Nacional que se encontraban en la vereda ORU 7 del municipio de Tibú, Norte de Santander, adelantando labores del programa de erradicación de cultivos de uso ilícito”, aseguró el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo.

El funcionario aseguró que será “garante de los espacios de diálogo entre las comunidades campesinas de esta región y las autoridades de los gobiernos municipal, departamental y nacional, con el fin de que se avance en el proceso de erradicación gradual de los cultivos de uso ilícito, de la mano con los programas de sustitución”.

El sitio del diario La Opinión de Cúcuta –capital del departamento Norte de Santander- destacó que hubo “una manifestación unilateral por parte de las comunidades de retirarse del lugar y de no impedir el trabajo de la fuerza pública”.

Tibú forma parte de la llamada región del Catatumbo, el territorio con más narcocultivos del mundo, donde existen 40.084 hectáreas sembradas con hoja de coca, según el último informe de la ONU de 2020.

Integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidentes de las exFARC operan en la zona.

Duque redobló la persecución a ese negocio ilegal mediante de la erradicación forzada de los sembradíos, que realizan manualmente los soldados.

Los campesinos cocaleros suelen sostener choques con los militares que arrancan los plantíos, y pese a la persecución miles continúan sembrando coca, especialmente con la mano de obra de colonos y migrantes venezolanos.

Duque había destacado antes del entendimiento que los soldados retenidos estaban “con su armamento y no han querido entrar en confrontación”, y aunque valoró el “profesionalismo” de los militares había advertido que “ciertamente estas prácticas no pueden seguir en el país”.

“Lo que hay ahí es un secuestro y si esto no opera con una liberación rápida, será tratado como un secuestro por todas las autoridades”, avisó el mandatario.

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