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País fantasma

#TBTenLetras #TBT – Escrito en 2001.

¿Cuál será el fin de la violencia colombiana? Algunos los más optimistas vaticinan una matanza masiva entre la guerrilla, los paramilitares, los criminales comunes y el ejército.

Otros pronostican (como si fuera el estado del tiempo) una cruenta guerra civil que bañaría de rojo la geografía nacional.

Los más “visionarios” ven a Colombia dividida en tres, como un cruel rompecabezas. Por un lado estaría la República Independiente del Caguán, cuyo presidente sería Timochenko y su mayor producto de exportación: la cocaína.

En el centro estaría la “Vieja Colombia” gobernada por algún conservador o liberal, con una inflación del 20% y el desempleo en el 35%.

Y por otro lado estaría la “Republica Antioqueña”, que geográficamente se extendería desde Antioquía  hasta la Costa Caribe y tendría como gobernante único y vitalicio a Álvaro Uribe Vélez.

Hasta aquí el panorama parece aterrador, pero se torna apocalíptico cuando se piensa en otras predicciones, que al igual que películas como “pesadilla sin fin” presagia el futuro colombiano en tinieblas.

Algunos auguran que un día cualquiera los violentos (guerrilla, paracos y cualquier otro que encaje con la etiqueta) se levantaran en la mañana, con la ansiedad de derramar  sangre inocente y no encontraran a nadie, el país estará vacío. Sólo los violentos permanecerán en él, para que se maten a gusto y en sus anchas.

Todos los colombianos habrán emigrado hacia cualquier latitud. Primero los más jóvenes  luego los más adultos y los niños. Así como en un film del oeste americano, Colombia, sería un gran pueblo fantasma; esperando que los malos se maten entre sí y que cuando se mueran, sus almas sigan penando, tratando de volverse a matar.

Aunque este último pronóstico para algunos suene exagerado tiene algo de realidad. En 1999 el número de personas entre 20 y 29 años que emigraron del país ascendió a 56 mil. De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores, en promedio, 20 mil personas migran mensualmente de Colombia. Si estas cifras siguen  aumentando a largo plazo el país tendrá los primeros síntomas de fantasmal.

Pero ¿Por qué los colombianos quieren abandonar su patria? Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, las mayores causas de salidas del país se deben a desempleo 66.3%, violencia e inseguridad 19.2%, familia en el exterior 10% y obtención de trabajos fuera del país, entre otros 6%.

No obstante, las verdaderas causas son más psicológicas y profundas. Nuestra sociedad está gobernada por el pesimismo, la reina nacional de la belleza es la desesperanza, la incertidumbre se respira en las calles y el miedo a la muerte domina los corazones.

Son sentimientos como estos los que impulsan a muchos colombianos a expatriarse. El país se está quedando sin creativos, sin soñadores, sin aventureros, sin gente…

Tanta pobreza, desigualdad e inequidad hace desear a muchos colombianos buscar mejores condiciones de vida en otros países.

¿Será que los que se fueron regresan? ¿O terminaran muchos de los que leen y la que escribe en otras latitudes? Habrá que preguntarle a Walter Mercado.

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