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Un ataque con explosivos mató a tres militares y un civil en Colombia

Al menos cuatro personas fallecieron y otras cuatro resultaron heridas hoy en un ataque con explosivos en el noreste de Colombia, en una zona donde están presentes rebeldes disidentes del acuerdo de paz firmado con la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016.

Un cabo y dos soldados murieron en el “atentado terrorista con explosivos” detonados mientras adelantaban “operaciones de control territorial”, informó el Ejército en un comunicado, según la agencia de noticias AFP.

También falleció un civil en la explosión que dejó cuatro heridos más, tres de ellos militares, denunció la institución castrense.

El ataque ocurrió contra una patrulla del Ejército en el municipio de Paz de Ariporo, ubicado en el departamento nororiental de Casanare, cercano a la frontera con Venezuela, según la agencia Europa Press.

El secretario regional de Gobierno, Oscar Gómez, explicó que la explosión fue producida por una carga explosiva puesta “dentro de un vehículo”, aunque no precisó si se trató de un coche bomba.

“Se podría presumir que es un atentado”, opinó el funcionario y agregó: “Pero no hemos podido establecer un grupo al cuál se le atribuya este tipo de atentados”.

No obstante, señaló que rebeldes que se apartaron del pacto de paz firmado entre el Gobierno y las FARC operan en Casanare, según reprodujo la agencia de noticias AFP.

La región, donde también hace presencia el Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida de Colombia, ha sido escenario de otros dos “atentados” recientes, precisó Gómez.

El presidente Iván Duque repudió el atentado y expresó “sus profundas condolencias a los familiares y su solidaridad con los heridos”, para asegurar que “la Fuerza Pública dará con los responsables”, mientras que el ministro de Defensa, Diego Molano, condenó el atentado y se solidarizó “con las familias de los fallecidos y heridos”.

“Que sepan los autores del crimen que la Fuerza Pública los perseguirá día y noche. No podrán esconderse”, tuiteó.

Sin un mando unificado, las disidencias de las FARC suman unos 5.200 combatientes, en su mayoría -alrededor del 85%- nuevos reclutas que nunca militaron en la desmovilizada organización rebelde, de acuerdo a la fundación independiente Indepaz.

En zonas con escasa presencia estatal se disputan las rentas del narcotráfico con el ELN y grupos de origen paramilitar, lo que ha prolongado el conflicto armado que azota a Colombia desde hace más de seis décadas.

Aunque el pacto de paz alivió la violencia política, el país atraviesa un rebrote de violencia marcado por múltiples atentados contra la fuerza pública y masacres contra civiles desarmados.

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