Economía

Uber y Airbnb violan leyes colombianas

Mientras Uber ofrece servicios de transporte público de pasajeros y cobra por ellos sin el permiso de las autoridades del Estado, los anfitriones inscritos en Airbnb no están registrados ante la Dian, por lo tanto no facturan con IVA ni pagan el 8 % de impuesto al consumo, lo cual deteriora las finanzas públicas.

Jairo Orlando Villabona, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) y Andrés Pachón, magíster en Derecho Público de la Universidad Santo Tomás, afirman que la estrategia fiscal de estas empresas es no pagar impuestos, o hacerlo sobre lo mínimo, “lo que deteriora las finanzas públicas de los países donde operan; la casa matriz de Uber está ubicada en paraísos fiscales o lugares con baja tributación”.

En un análisis publicado en la reciente edición de UN Periódico, señalan que mientras en otras latitudes se ha prohibido Uber para proteger el Estado de derecho, en Colombia la empresa se ha mostrado como un regalo caído del cielo: tarifas más económicas en comparación con las de los taxis, automóviles limpios y de alta gama, conductores amables que no preguntan por los destinos, y pagos electrónicos sencillos. Sin embargo, su modelo de negocio se basa en violar la ley.

Al respecto, mencionan, las leyes 105 de 1993 y 336 de 1996 y el decreto 348 de 2015 señalan que toda persona natural o jurídica, privada o pública, que ofrezca servicios de transporte público de pasajeros en cualquier modalidad debe contar con autorización previa del Estado, y las tarifas deben ser determinadas por las autoridades de Tránsito, permisos con los que no cumple Uber.

Así mismo, mediante la resolución 40313 de agosto de 2016, la Superintendencia de Puertos y Transportes sancionó a Uber Colombia SAS y la conminó a cesar la facilitación y promoción de prestación de servicios de transporte; sin embargo, la empresa se sigue burlando del Estado de derecho. De igual manera, el artículo 425 del Código Penal establece que “el particular, que sin autorización legal ejerza funciones públicas, incurrirá en prisión de uno (1) a dos (2) años”.

Es relevante analizar también el hecho de que para la mayoría de los propietarios de taxi su patrimonio está representado en su vehículo, y el cupo (licencia) es la parte más representativa del valor, un intangible que como cualquier otro se negocia de manera legal, como se hace con las franquicias.

Detrimento patrimonial

Los propietarios de taxis adquirieron sus vehículos porque estos constituyen una inversión que, como cualquiera otra, se valoriza o se deprecia. Sin embargo, la operación ilegal de Uber está ocasionando un detrimento patrimonial; por ejemplo en Bogotá, donde circulan alrededor de 54 mil de sus automóviles, en 2016 un taxi Hyundai 2009 tenía un valor de 110 millones de pesos, mientras que hoy en día este es de 90 millones de pesos.

Los cupos de taxi se establecieron mediante estudios técnicos de acuerdo con las normas del Ministerio de Transporte, según el número de vehículos; por tanto, es inaceptable que una empresa privada determine y autorice la cantidad de vehículos de servicio público que ruedan por las calles del país, para su propio beneficio.

“Es importante conocer qué actividades han adelantado la Dian y la Unidad de Gestión Pensional y Parafiscales para determinar los impuestos y contribuciones sociales que debe pagar Uber por una actividad declarada ilegal, y, además, por qué razón los bancos son copartícipes de dicha ilegalidad, pues a través de ellos se realizan los pagos de las carreras”.

Según los expertos, aunque el uso de plataformas no es ilegal, sí lo es el hecho de promover actividades ilegales; peor cuando participan y se lucran de la actividad. Permitir la operación de Uber en Colombia es como si cualquier persona o empresa creara una plataforma para asignar cupos para la operación de transporte de carga en el país, o que los celulares hurtados se vendieran a través de una plataforma.

“Ante la tolerancia de altos funcionarios locales, regionales y nacionales resulta imperativo conminar a las autoridades judiciales para que condenen solidaria e ilimitadamente a los accionistas y administradores de la sociedad Uber Colombia SAS, por los daños y perjuicios que están ocasionando a la sociedad en general y a los competidores en particular”.

Negocios no regulados

Con respecto a Airbnb (AirBed & Breakfast), el análisis de UN Periódico destaca un estudio de la Universidad de Boston el cual concluyó en 2014 que por cada aumento del 1 % de la oferta de la app en una ciudad, los hoteles pierden un 0,05 % de sus ingresos. Aunque parezca una cifra baja, es preocupante puesto que el ritmo de crecimiento de la compañía fundada en 2008 en Estados Unidos es muy rápido. En la actualidad, ofrece casi 2 millones de lugares para alojarse en 34.000 ciudades de 190 países.

Gustavo Toro, presidente de la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco), ha manifestado que la hotelería nacional debe cumplir con costos como facturar con IVA y pagar el 8 % de impuesto al consumo, mientras los anfitriones inscritos en Airbnb no lo hacen, pues no están registrados ante la Dian. Por eso quieren plantearle al Gobierno que comprometa a las personas que se inscriban en la plataforma a cumplir con las normas colombianas.

Otro elemento de análisis se relaciona con la tecnología disruptiva, la cual genera cambios en la organización y la producción. Para ello, el profesor Villabona y el magíster Pachón se remiten a Ayati Ghosh, investigadora del Centro de Estudios Económicos y Planificación de la Universidad Jawaharlal Nehru, en Nueva Delhi (India), para quien “Uber o Airbnb están desplazando la relación entre el empleador y el trabajador con un supuesto discurso de trabajo independiente que escapa de las leyes laborales. Este tipo de tecnología está facilitando una reversión hacia prácticas que existieron en el siglo XIX, cuando la relación empleador-trabajador no estaba regulada”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.