El 95 % de programas de sustitución de coca no llega a familias cultivadoras
La mayor parte de estos se encuentran en los cascos urbanos de ciudades capitales y han sido entregados como favores políticos contribuyendo a que la producción de coca aumente.
Para el investigador Daniel Rico, de la Fundación Ideas por la Paz (FIP), proyectos de sustitución de coca han sido utilizados en los diferentes gobiernos como clientelismo: “ya los recursos han pasado por Caldas y otros departamentos que no son cocaleros; por falta de políticas serias, algunos llevan la plata donde hay votos”.
Así mismo afirma que “en zonas como el departamento del Guaviare –una zona rural dispersa–, donde está la coca, nadie va porque es muy caro atender y los lugares donde están las personas que trabajan esta mata se encuentran olvidados”.
“Se tiene la concepción de que los narcotraficantes son los que están en el sur del país, pero no; los que se lucran del negocio están en las principales capitales de Colombia”, agrega el investigador de la FIP.
Cuando el dinero producto de esas actividades ilícitas llega a manos de los verdaderos dueños, quienes incentivan el narcotráfico, en el país no pasa nada. Las autoridades “le sacan el cuerpo” al tema de lavado de activos en diversos sectores de la economía, agrega.
Según Daniel Rico, las políticas trasnacionales ubican a Colombia dentro de una obsesión por la hoja de coca, porque se puede ver y se puede medir por medio de satélites.
Por otra parte, el profesor Luis Trejos, de la Universidad del Norte, experto en ética social y desarrollo humano, considera que la violencia forma parte de un portafolio de actividades criminales que se desarrolla en el país ligada a Estados Unidos.
En los últimos años las dinámicas transnacionales con EE. UU., conocidas como “narcotización de las relaciones bilaterales”, se debe a que ellos han venido marcando las dinámicas y los ritmos antinarcóticos y no los colombianos, afirma el académico.
Para el docente, la violencia se da porque hay mucho territorio sin Estado, lo que ayuda a que esas dinámicas económicas relacionadas con la coca se desarrollen sin entorpecerse. “Esto es un incentivo para que las mismas personas se organicen y satisfagan sus necesidades básicas”, subrayó.
Menos muertes vs. más producción
La llegada del posconflicto entre el Gobierno nacional y las reincorporadas Farc generó una tendencia que se relaciona con el poco manejo del narcotráfico. Según investigaciones desarrolladas por la FIP, actualmente se ha presentado una reducción en homicidios, pero aumentó la producción de cocaína.
El investigador de la FIP asegura que la coca tiene factores que inciden en su aumento y precios: “las estimaciones que se han realizado concuerdan que está muy relacionado con el precio del oro y su comportamiento”.
Sostiene además que en cuanto a los homicidios, los grupos han adquirido un “aprendizaje criminal”, que entre más violencia ejercen hacia comunidades, entre organizaciones, más rápido se entera la ley y la Policía.
“Cuantos más errores es más costoso. Esta metodología la han entendido la mayor parte de mafias en el mundo y se empiezan a regular por medio de la corrupción”, manifiesta el experto de la FIP.
Por su parte, el profesor Luis Trejos cree que la tendencia de la reducción se puede generar por la falta de un actor hegemónico, por lo cual hace que la violencia no sea de alta intensidad: “puede que se hayan generado pactos como los que se realizan en Medellín, que son conocidos como “de no agresión” o de distribución entre los competidores del negocio y eso hace que la violencia disminuya”, agrega el académico.
Concluye que “la violencia en el narcotráfico está escondida en los lavaderos de plata, los testaferros y los políticos, entre otros que también forman parte de la cadena. Las autoridades se están quedando con los operadores de los circuitos más bajos, en este caso quienes producen la siembra y exportación, pero la franja media no se toca, porque está en la legalidad y tiene influencias”.
“La solución para el narcotráfico es la regulación total desde la siembra, producción y distribución”, concluye el docente de la Universidad del Norte.
Los ponentes fueron invitados al “XIII Seminario sobre seguridad y defensa: desafíos en materia de narcotráfico y bandas criminales para la seguridad en Colombia”, organizado por el Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa y la Universidad Nacional de Colombia.