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Rusia dice que la presencia de Estados Unidos en Asia central no solucionará el problema en la región

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dice que ningún país acepta recibir tropas estadounidenses una vez que salgan de Afganistán y cuestiona los objetivos de Washington en la región.

Por: Elena Teslova / Anadolu

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró este lunes 12 de julio que el traslado de las tropas estadounidenses desde Afganistán a otros países de Asia central no solucionará las preocupaciones de seguridad en la región.

Según Lavrov, hasta el momento, ningún país vecino de Afganistán ha anunciado su consentimiento para permitir el despliegue del Ejército estadounidense.

“No creo que la aparición de nuevas instalaciones militares estadounidenses en Asia central contribuya a los intereses de seguridad en la región”, manifestó Lavrov en una rueda de prensa en Moscú luego de una reunión con su homóloga sudanesa Mariam al-Mahdi.

Lavrov recordó que Pakistán y Uzbekistán han declarado públicamente que no tienen planes de proporcionar bases militares a Estados Unidos.

En cuanto a Kazajistán, Tayikistán y Kirguistán, otros estados fronterizos, Lavrov agregó que estas naciones son miembros de la Organización Estatal de Seguridad Colectiva (CSTO, por sus siglas en inglés), un bloque militar liderado por Rusia.

Según el tratado, los Estados signatarios están obligados a obtener la aprobación de los otros países para la presencia de fuerzas militares extranjeras en su territorio y ningún miembro de la CSTO ha solicitado dicha aprobación, destacó el máximo diplomático ruso.

“Aparte de las obligaciones derivadas de la CSTO, hay consideraciones puramente pragmáticas, dado que el liderazgo estadounidense en el Pentágono declara que les gustaría ubicar sus instalaciones militares alrededor de Afganistán para atacarlo si fuera necesario. No creo que a nadie le interese convertirse en rehén de tal política estadounidense, convirtiéndose en blanco de un ataque de represalia”, advirtió.

El ministro también cuestionó los objetivos de la presencia estadounidense: “¿Qué esperaba Washington con una pequeña presencia fuera de Afganistán? Ya que no había logrado cambios con hasta 100.000 soldados en Afganistán quienes fueron desplegados a lo largo de la guerra”.

“Más bien, hay simplemente un deseo de asegurar una presencia militar en la región e influir en la situación. Creo que todos lo entienden”, destacó.

Lavrov también habló sobre los planes de Rusia para construir una base naval en la costa del Mar Rojo de Sudán.

El diplomático ruso le informó a su homóloga sudanesa, Mariam al-Mahdi, que la cámara baja del Parlamento ruso, la Duma Estatal, inició el procedimiento de ratificación del acuerdo sobre la construcción.

“La señora ministra (de Relaciones Exteriores) dijo que Sudán también está listo para iniciar el proceso de ratificación. Y será implementado de acuerdo con los procedimientos que existen para estos propósitos en el Parlamento sudanés”, reveló el funcionario.

Por su parte, Mahdi no mencionó nada sobre la ratificación y solo indicó que el acuerdo fue firmado por un Gobierno anterior y que el nuevo Gobierno discutirá y examinará el cumplimiento de “los nuevos mecanismos legislativos”.

“La Legislatura Nacional de Sudán discutirá y examinará este documento, esta es una de las tareas de esta autoridad, desde el punto de vista de una respuesta positiva a las relaciones bilaterales, el bien de Sudán y los objetivos estratégicos perseguidos por Rusia y Sudán”, señaló Mahdi.

En noviembre de 2020, Rusia y Sudán firmaron un acuerdo sobre el establecimiento de una instalación naval rusa en el país. Sin embargo, fue suspendido en junio de 2021 luego de un golpe militar en Sudán. Las nuevas autoridades anunciaron que querían reconsiderar el acuerdo.

Se espera que la instalación incluya la zona costera, el área de agua y la zona de amarre. Dicha instalación podrá albergar cuatro barcos simultáneamente.

Cuando se abra, la base será la segunda instalación naval de Rusia fuera del territorio de la ex-Unión Soviética, después de Tartus en Siria.

*Juan Felipe Vélez Rojas contribuyó con la redacción de esta nota.

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