Periodistas y gobierno infame
Llevó días sin dormir. La violencia del Estado contra el pueblo, que asesina, desaparece y viola ciudadanos no me deja conciliar el sueño. Me siento en mi cama a orar, a difundir, a mandar correos electrónicos a corresponsales de agencias internacionales y a escribir. Impotente y con el corazón quebrado veo los vídeos de como asesinan y golpean a las personas.
Me parece ridículo, cínico y completamente insensible que estén llorando las estatuas, indignándose porque las tumban, que sientan dolor de “patria” porque derrumban “nuestros” monumentos.
Yo estoy indignada y con el alma rota por todos los jóvenes que la policía a tumbado al suelo con un balazo. Las estatuas me importan un soberano pepino.
Hoy escuché una entrevista que Néstor Morales de Blu Radio le hizo hace tres días a Pedro Velasco, gobernador Misak de una comunidad indígena de Guambía, en Silvia – Cauca. Esa entrevista fue una infamia en contra de todos los pueblos indígenas de Colombia.
Néstor Morales y su equipo de trabajo, durante la entrevista, insultó, se burló, menospreció a Pedro Velasco, no contentos con eso lo estigmatizaron a él y a toda la comunidad que representa. Una estigmatización que pone en riesgo la vida de Pedro Velasco y de toda su comunidad.
Pedro Velasco e indígenas de su comunidad, junto con otros grupos sociales tumbaron la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali. Supuestamente, Morales llamó al gobernador Velasco para preguntarle por qué tumbaron la estatua, en teoría este ejercicio periodístico es correcto. Hay que darle voz a todos para que se pueda comprender el contexto y la realidad.
Pero, esa no era la intención de Néstor Morales. Este pseudoperiodista le dijo a Pedro Velasco, líder y representante de una comunidad ancestral, que los indígenas que están en la protesta, le están declarando la guerra al resto de los colombianos por haber derribado la estatua de Belalcázar.
No sé si ustedes – que me leen- alcanzan a dimensionar la gravedad de las palabras de Néstor Morales, que estigmatizan a toda una comunidad indígena. “Me impresiona mucho como usted le declaró la guerra al resto de los colombianos”, fueron las palabras textuales de Morales y eso en Colombia es una sentencia a muerte, es ponerle una marca a toda esa comunidad y al señor Velasco, para que los grupos armados que están asesinando líderes y jóvenes, enfilen sus armas y su muerte hacia los Misak.
Tumbar la estatua de Sebastián de Belalcázar NO ES una declaración de guerra a los colombianos. Ni una declaración de racismo contra los blancos, como le leí a un columnista.
¿Quién fue Sebastián de Belalcázar? Un conquistador español, que un tribunal español condenó a muerte, porque fue enjuiciado y hallado culpable por asesinato y por los malos tratos cometidos hacia los indígenas del Nuevo Mundo. La misma monarquía española lo halló culpable de asesinato y maltratos atroces contra personas mestizas y pueblos indígenas y lo condenó a muerte.
En toda Colombia no debería existir ninguna estatua de Belalcázar. Si esto fuera Alemania, estuviera prohibido que en los colegios se mencionara a Belalcázar como fundador de pueblos y jamás permitirían un monumento de un asesino. No por el color de su piel, sino por sus actos.
Los alemanes comprenden, debido al horror que vivieron, que exaltar dentro de la historia las figuras que representan muerte, genocidio y discriminación de pueblos enteros es normalizar socialmente la violencia y el genocidio, hacerlo ver como correcto. En Alemania, es ilegal promover las figuras, personas e ideas que representen el nazismo y cualquier idea similar. El nazismo de ellos del Siglo XX es equivalente al genocidio indígena que han vivido nuestros pueblos ancestrales y Belalcázar fue uno de esos genocidas, y no lo digo yo, lo dijo la corona española, cuando un tribunal de este país lo declaró culpable de todos esos crímenes y lo condenó a muerte. Y si quieren conocer algo de historia, ahí esta Wikipedia y miles de páginas serias donde pueden culturizarse.
Alemania es un país del primer mundo, sus ciudadanos tienen una de las mejores calidades de vida del planeta. Colombia es un lodazal lleno de asesinos, con una parte de ciudadanos que se indignan porque tumban una estatua y que justifican que tumben al suelo con una bala a las personas que marchan.
Para no irnos muy lejos, en Estados Unidos durante el estallido social por el asesinato de George Floyd, derribaron cuatro estatuas de Cristóbal Colón, en Massachusetts, Minnesota, Florida y Virginia. Porque para los activistas gringos, Colón representa racismo y opresión. Y no existe ningún periodista estadounidense que haya dicho que tumbar la estatua de Colón o decapitar la estatua del presidente de los estados confederados Jefferson Davis fuera una declaración de guerra contra el resto de ciudadanos.
Todo lo contrario, los mismos representantes del estado han comprendido el terrible significado cultural que tiene exaltar personajes que representan discriminación, violencia y genocidio. El gobernador de Virginia, Ralph Northam, solicitó que una estatua del general confederado Robert E. Lee fuera retirada de una plaza pública de Richmond. Y en la Nascar se prohibió el despliegue de las banderas confederadas durante las carreras.
Nada de eso es una declaración de guerra, los países del primer mundo comprenden que por respeto a las comunidades asesinadas y discriminadas no se pueden resaltar los personajes que perpetraron estos crímenes.
Pedro Velasco le cantó la tabla, con dignidad e inteligencia a Morales. Le dijo que él y sus periodistas era “miopes históricos contra la memoria histórica del país”. Y el gobernador Velasco tiene toda la razón al decir que los indígenas tienen el derecho ancestral de hacer respetar la memoria indígena de todos los pueblos.
“Todos somos pueblo” fue una de las respuestas que Pedro Velasco le dio a Néstor Morales cuando este pseudoperiodista le dijo que “…usted le declaró la guerra al resto de los colombianos”.
Morales le dijo a Pedro Velasco ¿Cuál es el problema que ustedes tienen con el resto del país? Yo no sé a que resto del país se refiere Morales, porque este periodista no me representa y estoy segura que no representa a como mínimo 10 millones de colombianos. En cambio, Pedro Velasco si me representa a mí, aunque yo no haga parte de los Misak o de otro pueblo ancestral. La lucha por defender los derechos de todos, de su comunidad y los míos, porque como sabiamente dijo Pedro Velasco “todos somos pueblo”, hace que él me represente.
Estoy ofendida, indignada y con el corazón hecho trizas por:
- Marcelo Agredo de 17 años, estudiante de noveno grado, que trabajaba para ayudar en su casa. Le gustaba jugar baloncesto y fútbol. Fue asesinado en Cali.
- Cristian Alexis Moncayo Machado. Asesinado en Cali, desarmado corría por su vida porque la policía los perseguía y fue asesinado por un disparo.
- Jovita Osorio, era profesora de la primera infancia, asesinada por el Esmad en Cali. Jovita estaba dentro de su casa cuando el Esmad lanzó gases lacrimógenos que entraron en su casa.
- Stiven Sevillano Perea, de 18 años. Asesinado en Cali, iba caminado con su madre por una calle, cuando fue impactado por disparos.
- Brayan Niño, de 24 años. Asesinado en Madrid, Cundinamarca, era padre de un niño.
- Juan Diego Perdomo, de 21 años. Estudiaba arte en la Universidad Surcolombiana. Fue asesinado en Neiva, cuando el Esmad lanzó gases lacrimógenos.
- Andrés Rodríguez. Asesinado en Cali. Le encantaba el fútbol y era hincha del América de Cali.
- Daniel Felipe Azcárate Falla, asesinado en Cali. Le perforaron el corazón con un artefacto.
- Charlie Parra Banguera, de 22 años. Caminaba con un amigo hacia uno de los puntos de manifestación en la ciudad de Cali. La policía llegó y abrió fuego contra los caminantes y uno de estos disparos impactó en Charlie, quitándole la vida.
- Nicolás Guerrero, de 22 años. La policía le disparó en el rostro en la ciudad de Cali. Él estaba con amigos y otras personas orando y haciendo una velatón en memoria de las personas muertas en las protestas.
- Edwin Villa Escobar, comerciante de Cali. Fue asesinado por disparo de arma de fuego.
- Miguel Ángel Pinto, de 23 años. Asesinado en Cali por balas de la policía.
- Dadimir Daza Correa, asesinado en Yumbo. Murió por impacto de bala en enfrentamientos con la policía.
- Santiago Murillo, de 19 años. Asesinado en Ibagué Tolima, le dieron un disparo en la cabeza.
- Einer Alexander Lasso Ocampo, un señor pensionado de la policía, fue asesinado presuntamente por la policía con un disparo de arma de fuego.
- Jefferson Alexis Marín Morales, de 33 años. Era trabajador de la construcción, fue asesinado en Medellín en medio de disparos de la policía.
- Jeisson García, menor de 13 años de edad. Recibió múltiples impactos de arma de fuego
- Kevin Yair González Ramos, de Cali. Fue asesinado en medio de las manifestaciones.
- Jesús Flórez, de 85 años. Falleció en Pereira por la inhalación de gases lacrimógenos.
Y desafortunadamente la lista sigue creciendo gracias a este gobierno criminal ¿En realidad importan las estatuas más que las personas? Si tu respuesta es sí, eres tan culpable como el que dispara.
*No sé de quien es la foto. Agradezco al fotógrafo que la tomó. Refleja la realidad que hoy vivimos.
Admiro mucho como escribes, tus palabras tienen fuerza, verdad y pegan duro en la conciencia en el corazon y en la mente de los que te leemos. no dejes de escribir
mamerta hijueputa, estas buena para hecharte un galon de gasolina y prenderte para que te calles perra.