Países ricos sobreestiman su financiación climática hacia el Sur
Por: Corresponsal de IPS
LONDRES – La realidad de los esfuerzos económicos de los países ricos para proporcionar financiación climática al Sur global es menos de un tercio de lo que señalan sus cifras oficiales, indicó un reporte de la coalición internacional contra la pobreza Oxfam divulgado este martes 9.
“Las afirmaciones por parte de estos países (ricos) de que ya están cumpliendo sus promesas financieras son exageradas, ya que sus esfuerzos reales son mucho menores de lo que la cifra oficial parece indicar”, dijo la responsable de políticas sobre cambio climático de Oxfam Internacional, Nafkote Dabi.
Los países ricos aseguran haber movilizado casi 116 000 millones de dólares en financiación climática en 2022, superando por primera vez los 100 000 millones anuales que habían prometido alcanzar de cara a 2020, para ayudar a los países del Sur global a enfrentar el empeoramiento de los efectos de la crisis climática.
Sin embargo, aunque unos 92 000 millones de dicha cantidad reportada se aportaron en forma de financiación pública, casi 70 % de esos fondos se erogaron en forma de préstamos, indicó el informe.
Muchos de esos préstamos requieren poco o ningún esfuerzo financiero por parte de los países ricos, ya que se conceden a tipos de mercado rentables, lo que aumenta los niveles de deuda de los países del Sur global.
Oxfam calcula que “el valor real de la financiación climática aportada por los países ricos en 2022 se sitúa solo entre 28 000 y 35 000 millones de dólares”, y que como máximo se destinaron 15 000 millones a medidas de adaptación (reducir las vulnerabilidades e incrementar la resiliencia frente al cambio climático).
“Para hacernos una idea de lo que suponen 35 000 millones de dólares, es la cantidad de dinero que las grandes empresas de petróleo y gas ganan en sólo seis días”, afirmó Dabi.
Agregó que “los países del Sur global llevan años saliendo mal parados a causa de la cantidad real de financiación climática aportada a la baja por los países ricos”, y que en el año de máximo esfuerzo reportado muestra una brecha de 88 000 millones de dólares, más de dos tercios de las cifra presentada como esfuerzo de cooperación.
Las cifras de Oxfam toman en cuenta solo el equivalente en subvenciones de los préstamos aportados (y no su valor nominal o total), reflejando por tanto el esfuerzo financiero real ejercido por los países ricos.
En sus estimaciones, Oxfam tiene en cuenta la diferencia entre los préstamos a tipo de mercado y los que se conceden en condiciones preferentes, y considera el valor climático real de la financiación declarada, en la que dicha contribución climática actualmente se sobreestima.
“Los países de renta baja y media deberían recibir la mayor parte de los fondos en forma de subvenciones, a su vez dirigidas a poner en marcha verdaderas iniciativas relacionadas con el clima, que les ayuden a adaptarse a los daños climáticos y a abandonar los combustibles fósiles”, sostuvo Dabi.
En cambio, esos países, entre los más pobres y endeudados, “sufren un perjuicio doble: en primer lugar, por los efectos climáticos a los que apenas han contribuido; y, en segundo lugar, al tener que costear los intereses de los préstamos que se les conceden para hacer frente a esos efectos”, indicó la responsable.
La financiación climática es un tema espinoso en las negociaciones internacionales, ya que la discrepancia, entre las promesas financieras y la realidad, sigue minando la confianza mutua que los países precisan, recordó el reporte de Oxfam.
Asimismo, esa financiación tiene “un carácter vital a nivel material”, puesto que en muchos países es la única vía para poder adoptar medidas climáticas.
Los gobiernos que se reunirán en la 29 Conferencia de las Partes (CO29) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Bakú (Azerbaiyán) a finales de este año, prevén adoptar un nuevo acuerdo mundial de financiación climática, denominado Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado.
Oxfam sostiene que ese acuerdo debe centrarse en no repetir los errores del compromiso anterior de 100 000 millones de dólares anuales, y en cambio debe garantizar que los países ricos aporten una financiación significativamente mayor, de forma más transparente y con rendición de cuentas.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) calcula que los fondos necesarios para la adaptación en los países de renta baja y media oscilarán entre 215 000 y 387 000 millones de dólares anuales en lo que resta de década.
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