Felipe A. PriastOpinón

LOS SOLDADOS AMERICANOS Y EL “ESTADO DÉBIL”

“Se ha formado el “miquimbín” en Colombia por la llegada de elementos de una brigada élite del Ejército Americano dizque para el apoyo en la lucha contra el narcotráfico. La izquierda dura se está agarrando los pelos por la llegada de “los gringos invasores”, y los más moderados critican que el Gobierno no le haya pedido permiso al Congreso para autorizar este ingreso, mismo que ven como una violación de nuestra soberanía y nuestra constitución.
Eso para no hablar de aquellos que recuerdan los casos de violación de menores a manos de soldados yankees de hace como 10 años con filmación del estupro incluida; o los que se fastidian por el carácter putañero y abusivo de los soldados americanos. “Escondan sus hijas”, se oye decir, “llegaron los soldados gringos”, y todo el mundo corre y se asusta.

Les voy a ser sincero: es probable que todo lo anterior sea cierto, pero aún así yo estoy feliz con la llegada de los soldados americanos, aunque por razones distintas a las arriba mencionadas.
Para mi, la llegada de este contingente de tropas de élite es la confirmación de todas mis sospechas de que algo anda mal, muy mal, al interior del Ejército Colombiano.
Desde hace rato vengo con la idea -idea basada en hechos concretos- de que existe un cisma ideológico al interior del Ejército que está quebrando la operatividad de esa institución. Por un lado están los de línea dura, los fanáticos que aún creen que Uribe es Napoleón. A esos yo los llamo los “realistas”.
Y por el otro lado están los oficiales pensantes, los comprometidos con la institución, aquellos que viven del honor y de su compromiso con el pueblo. Oficiales y tropa que ya están mamados de Uribe y su recua de bandidos y quieren un cambio. A estos yo los llamo los “honorables”, pues aún creen en el honor militar, la esencia del oficio militar.
Y en el medio entre los realistas y los honorables hay un tercer grupo, los “castro-chavistas”, un pequeño grupo de oficiales que ve con simpatía al régimen de Maduro y es afín a su causa, ya bien por convicción o por dinero y conexiones.
Los soldados americanos han llegado para apoyar al primer grupo, el de los “realistas”, esos que creen que Uribe es Napoleón Bonaparte, el mesías salvador de Colombia.

Aquí les van algunos datos de esta brigada americana: Su nombre es “Security Forces Assistance Brigade” (SFAB) y es una fuerza nueva creada en el 2018 hija de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos encargada de entrenar y asistir estados aliados de Estados Unidos que tienen problemas al interior de sus ejércitos, ya bien porque estos estados ven a estos ejércitos como una amenaza, o bien porque los quieren usar como fuerza de choque contra los enemigos de dichos estados. Esa es la misión de las brigadas SFAB, y el Gobierno Colombiano cumple al dedillo las dos condiciones. Ese cuento de que estas son tropas especializadas en lucha anti-narcoticos es mierda. Las Brigadas de Asistencia, como estas, tienen un largo historial que se remonta a la Guerra de Vietnam y a la lucha anti-comunista en la Africa de la post-Guerra. Fueron creadas para entrenar ejércitos de “Estados Débiles” amenazados por el comunismo, principalmente. En otras palabras, estos tipos vienen para limpiar al Ejército Colombiano de “comunistas” y cumplir funciones sobre las que se tienen dudas que el Ejército Colombiano pueda cumplir a cabalidad.

Déjenme darles el perfil de reclutamiento de las tropas de estas brigadas. Son individuos, más que nada NCOs (suboficiales), altamente entrenados y altamente especializados en diversas áreas, como, por ejemplo, inteligencia, táctica y comunicaciones. Se les paga muy bien y reciben una “prima de enganche” al entrar a estas unidades élite. En términos de moral, se les hacen tests especiales para medir su lealtad y su compromiso, es decir, son tropas difícilmente corruptibles. En términos de fidelidad al Ejército de los Estados Unidos, son como las Waffen SS del Ejército de Hitler, tropas supremamente leales al Gobierno de los Estados Unidos. Se podría decir que son las tropas más leales al capitalismo americano, si esta idea se entiende.
¿Por qué habrían de traer tropas tan especializadas y tan leales a Colombia?, es la pregunta. Y la respuesta es, “porque no se van a dejar corromper por billete o ideologías”, el principal problema del Ejército Colombiano.

El “deployment” de esas unidades también da una indicación de lo que estas tropas vienen a hacer: los van a ubicar en Nariño, Norte de Santander y la Costa, siendo las dos primeras localizaciones zonas de frontera, el origen de la infiltración “comunista”. Y sin duda el area de mayor influencia va a ser Norte de Santander, pues ahí es en donde entran en contacto el Uribismo y el Chavismo.
Su misión es clara: primero, buscar los focos comunistas al interior del Ejército y reportarlos; segundo, subir la moral y re-orientar el Ejército Colombiano por el sendero del sagrado Uribismo; y tercero, aportar inteligencia sobre los origenes de las infiltraciones comunistas y sobre el Ejército de Maduro.

Esta traída de estos soldados norteamericanos me confirma a mi dos cosas: primero, hay una crisis interna al interior del Ejército por razones ideológicas; y segundo, esto es una fuente de gran preocupación para el Gobierno Colombiano pues su poder real reside en las Fuerzas Militares. Uribe se cagaba antes en Colombia porque sabía que tenía al Ejército en su puño, pero, ahora, con un cisma ideológico al interior del Ejército, su poder se ve considerablemente disminuido, ya que ahora no se sabe si el Ejército lo va a seguir en bloque en, por ejemplo, una guerra civil. Es más, yo creo que no lo va a seguir. Yo creo que hay un malestar profundo al interior de las Fuerzas Militares y creo que hay un gran sector de estas fuerzas que cree que Uribe ya fue. Los Americanos están trayendo estas tropas para “revitalizar” al Ejército y re-direccionarlo por el camino que a ellos les conviene, que es el camino de Uribe, el güevón al que tienen cogido de las güevas, al igual que al resto de su séquito.

Esta noticia de la llegada de estas tropas americanas no es mala, es, en realidad, una buena noticia. Si la presión sobre la tropa y los oficiales de baja graduación continúa, el Ejército Colombiano se raja en dos y estas tropas gringas no van a impedir la división.
Ese cuento de que estos soldados vienen como punta de lanza de una invasión a Venezuela no me convence, aunque algo de miedo le quieren meter a Maduro.
Ellos en realidad a lo que vienen es a que el Ejército Colombiano no se descojone, quizá porque sospechan que la soplada de la “invasión” de Goudreau vino de adentro del Ejército Colombiano. En otras palabras, que la infiltración a las tropas mercenarias que entrenaban en la Guajira vino de allí.
Y si creen que la filtración de los planes de Goudreau vino del Ejército Colombiano, es porque el Ejército Colombiano estaba metido de cabeza en esa operación, lo que confirma el involucramiento de Colombia en esa operación.

Esos soldados americanos están aquí para descubrir quién los traicionó, y sospecho que Duque no se pudo oponer a su llegada porque se la impusieron los gringos, quienes le debieron echar la culpa a Colombia del fracaso de la operación y la humillación de ver mercenarios americanos en las garras de Maduro. A eso fue Carlos Holmes la semana pasada a Estados Unidos, a que los americanos le metieran una vaciada y lo responsabilizaran por la debacle de Goudreau y su tropilla de mercenarios.

Esos gringos no van a cambiar mucho, pues los problemas del Ejercito Colombianos son endémicos y tocan a la tropa en profundidad. Si se mantiene la presión sobre el Ejército, si se continúa destapando escándalos, no va a importar cuántos soldados gringos lleguen a Colombia, el Ejército se va a resquebrajar y ahí es en donde termina el poder de Uribe.

El colombiano no sabe pensar. El poder de Uribe reside en las Fuerzas Armadas. Uribe es un enano de 1.65, de 67 años, medio esmirriado. El no tiene ningún poder especial, excepto su capacidad de engaño y sus capacidades histriónicas. Su poder real radica en el culto que sobre él ha depositado el Ejército en los últimos 20 años. Si el Ejército ya no sigue a Uribe, se acaba Uribe. Para eso vinieron los gringos, para darles enjundia derechista y que continúen siguiendo a Uribe, pero es poco lo que 60 gringos pueden lograr si, digamos, 100 mil miembros del Ejército ya no lo quieren seguir.

En otras palabras, ni Duque ni Uribe invitaron a esas tropas, Trump se invitó solo, y no hay nada que el Gobierno Colombiano pueda hacer para impedir su llegada.

¿Ahora entienden por qué la llegada de esos gringos es una buena noticia? Están apurados, están tomando medidas de emergencia, se les está cayendo el Ejército a pedazos y han traído gringos para emparapetarlo.

Los izquierdistas ortodoxos podrían tener razón en algo después de todo: no es una invitación de Duque, es una invasión…”

*Las opiniones expresadas en este documento no han sido sometidas a revisión editorial, son de la exclusiva responsabilidad de los autores y pueden diferir con las del The Cartagena Post.

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