La higiene y el plástico reutilizable
Por (*) Manuel Toharia en #CDO de EFEverde.
Una serie de reportajes televisivos emitidos en el Reino Unido ha puesto de manifiesto las condiciones antihigiénicas de las cajas reutilizables que utilizan algunas grandes cadenas a la hora de entregar alimentos a domicilio.
El equipo de periodistas especializados en temas de consumo del programa Watchdog de la BBC, ha mostrado en varios programas las desventajas en la distribución comercial de estos embalajes plásticos reutilizables frente a los embalajes de un solo uso.
Los primeros capítulos de la serie, que se comenzó a emitir a principios del mes de noviembre, muestran en qué condiciones de higiene llegan estas cajas de plástico reutilizables empleadas en la distribución organizada. En particular, se analizaba en detalle el caso de tres grandes cadenas de supermercados de referencia en el Reino Unido. La investigación demostró que más de la mitad de las cajas, verificadas y examinadas por un laboratorio microbiológico acreditado por el Gobierno británico, tenían índices elevados de suciedad que, en algunos casos, incluso eran equivalentes al suelo de una cocina o a un cubo de basura.
El programa Watchdog de la popular cadena pública británica se dedica a defender los derechos de los consumidores; los temas que trata suelen ser sugeridos por la audiencia, y los denunciantes suelen aportar casos particulares que ellos mismos han experimentado. Luego, los periodistas e investigadores de la BBC indagan para ver qué hay de cierto en ello, y muestran en los sucesivos programas semanales los resultados de su trabajo. En el caso de las cajas reutilizables de plástico, la emisora comunicó que habían recibido numerosas denuncias de telespectadores, a las que se unieron las de algunos trabajadores de las mismas cadenas de distribución, que alertaban sobre estas pésimas condiciones higiénicas.
Más de la mitad de las cajas reutilizables de plástico estaban sucias o muy sucias.
Resultan especialmente llamativas las conclusiones quese extraen de los análisis del laboratorio microbiológico sobre los niveles de bacterias en cajas reutilizables de plástico, después de estudiar aleatoriamente diez entregas de uno de estos grandes distribuidores. Los resultados de esta primera investigación revelaron que sólo una de esas diez cajas presentaba una limpieza satisfactoria; tres más estaban en un nivel sólo aceptable, otras tres estaban claramente sucias, una de ellas estaba muy sucia y las dos restantes extremadamente sucias.
La presentadora, Sophie Raworth, que también dirigió la investigación, entrevistaba a lo largo del programa a diversos denunciantes, clientes y expertos, y todos ellos compartían su opinión sobre los penosos estándares de higiene de estas cajas.
El programa deducía, como parece obvio, que si eso ocurría en una cadena de distribución, considerada como ejemplar por su calidad y excelencia, lo mismo si no peor podría ocurrir en otras. De hecho, tras la emisión los comentarios y críticas de los consumidores se multiplicaron, lo que llevó a los responsables del programa a extender la investigación a otras dos importantes cadenas de distribución comercial.
El segundo episodio del programa televisivo mostró, así, los resultados del estudio realizado en veinte entregas más, correspondientes a otras dos de las más importantes cadenas británicas de supermercados. El resultado fue igualmente preocupante: había suciedad visible en 21 de las 40 muestras. Los periodistas destacaban, entre otros aspectos, la falta de seguridad alimentaria en la forma de tratar los envíos de productos frescos como la carne de aves, la fruta y la verdura, especialmente sensibles a la contaminación alimentaria.
La investigación llevada a cabo por los reporteros cuestionaba, además, no sólo el nivel de limpieza de las cajas de plástico reutilizables en las que se transportan los alimentos, sino también la higiene del interior de los camiones de reparto. El programa mostraba a los conductores de estos vehículos señalando diversos ejemplos de cómo los alimentos se caen y se derraman durante el recorrido, consiguiendo al final que el moho y la suciedad pegajosa convivan de forma casi habitual con las cajas transportadas.
Un problema puntual… ¿o global?
En España nadie ha hecho público hasta ahora ningúnestudio al respecto. Pero los consumidores tenemos todo el derecho a pensar que algo así, que está ocurriendo en el Reino Unido, pueda igualmente estar pasando aquí o en cualquier otro país europeo. Parece un tema lo bastante importante como para que se promueva, de forma urgente, un debate a escala nacional, incluso supranacional, acerca de los contenedores de los alimentos que nos llevan a casa. Máxime cuando cada vez nos llegan más noticias de alianzas y planes de inversión de cara a mejorar la rapidez y el ratio de entrega de alimentos a domicilio.
No es pues aventurado afirmar, a la vista de todo esto, que los supermercados que distribuyen estos productos alimenticios a domicilio deberían confiar en el uso de embalajes de un solo uso, puesto que no necesitan higienizarse por lo que el problema de la contaminación en el reciclado queda eliminado. Un buen ejemplo puede ser el cartón, que responde a un solo uso y garantiza así la seguridad y la higiene alimentaria. Se evitan asimismo las probables contaminaciones, en las sucesivas entregas, por acumulación de suciedad anterior en las furgonetas y camiones de reparto.
Conviene recordar que, en su proceso de reciclado, el cartón es sometido a muy altas temperaturas y vapor de agua, lo que hace inviable la contaminación bacteriana. Son ya varios los estudios científicos, como el llevado a cabo recientemente por la Universidad de Bolonia, que avalan que con el cartón se alarga la vida útil de las frutas y hortalizas: nada menos que tres días más, en envases de cartón comparados con los envases de plástico reutilizable. De este modo, toda la cadena de valor sale ganando, desde los productores y los distribuidores, hasta los consumidores finales.
El cartón, alternativa higiénica y sostenible
Teniendo en cuenta las conclusiones obtenidas por el programa televisivo de la BBC y en las investigaciones de diversas universidades, parecen innegables los beneficios del uso de cajas de cartón para cualquier proceso de envasado y transporte de alimentos y otros productos de gran consumo. No debemos olvidar que el consumidor, al recibir su pedido en cajas de cartón, está contribuyendo, a menudo sin saberlo, al desarrollo sostenible, una ventaja obvia del cartón que no sólo ofrece una alternativa de envase ligero sino que, sobre todo, es obtenido a partir de fuentes renovables y, además, es cien por cien reciclable y biodegradable.
En todas las actividades humanas debería siempre primar el respeto al medio ambiente y en ese sentido, el cartón es un perfecto ejemplo de bioproducto, en sintonía con los exigentes dictados de la nueva Economía Circular.
(*) Manuel Toharia es Periodista científico
Valencia, 1 de diciembre de 2016