La corrupción en la contratación administrativa o pública
Se tiene posibles (e igualmente valederas) acepciones de lo ¿qué es corrupción?. Se deja librado a cada lector su interpretación de ese término. Pero, acéptese que “corrupción” resultara: cuando se anteponga un interés personal al interés público, sin importar el monto y tipo de beneficio, indebidamente obtenido. Es distinto al error involuntario que puede existir en la contratación pública.
Se ha considerado que los mecanismos de contratación pública son elementos claves en la eficacia de la gestión del sector público, para contribuir al mejor uso de los recursos, lo que posibilitará alcanzar objetivos de desarrollo. Los sistemas de contratación administrativa que puedan verse afectados por la corrupción, pueden llevar a un desperdicio de recursos y altos costos en los procedimientos, lo que atenta contra los esfuerzos de desarrollo. Además también puede alterar la búsqueda de otros objetivos estratégicos, como son la innovación y la política social, por ejemplo.
En el proceso de la adquisición pública se deben perseguir tres objetivos fundamentales:
- Proteger el interés de la administración para obtener la mejor relación entre la calidad solicitada, el precio pagado y en el tiempo óptimo;
- Asegurar la libertad más amplia del comercio y la industria en la participación de la convocatoria; y
- Buscar que todo el proceso de la adquisición sea realizado –como mínimo- por unidades distintas, en lo que hace a la solicitud, adquisición, recepción y seguimiento del resultado de lo adquirido.
La metodología de convocatoria a utilizar debe ser:
1) No partiendo del “problema”, sino de “situación futura buscada”
2) Con la participación abierta para recibir ofertas. Es esencial, para una adecuada contratación, que se aseguren condiciones de economía y eficacia.
3) Considerando que en las definiciones no importa tanto la exactitud, sino la pertinencia.
4) Respetar en todos los casos la ejecución del proceso de acuerdo a una secuencia que se inicia con una demanda de necesidad y que culmina con la debida atención de la misma.
De los criterios a utilizar para seleccionar la oferta más conveniente, se debe:
Aplicar una evaluación sobre la capacidad profesional, financiera y técnica de los candidatos. Luego, seguirán los criterios de adjudicación, los que dependerán del tipo de contratación administrativa que se esté utilizando y fundamentalmente de la necesidad que se busca atender.
La corrupción que busque intervenir en procesos de adquisición, desarrollados como los recomendados, seguramente tendrá dificultades para prosperar.