Interdisciplinariedad es esencial para innovar
La idea de generar innovaciones en el campo de la industria manufacturera, la agroindustria y el sector educativo es parte del legado del profesor Ernesto Córdoba, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Sus aportes a la ciencia y la tecnología del país han sido reconocidos con el premio al “Espíritu Innovador” que otorga la Vicerrectoría de Investigación de la U.N.
El profesor Córdoba, creador hace 35 años del Centro de Investigación y Desarrollo Científico de la U.N. (Cindec), recuerda que en ese tiempo no había Vicerrectoría de Investigación, pero eso no impidió que algunos profesores como Emilio Yunis, Horacio Torres y Francisco Román iniciaran sus apuestas por la innovación. Lo hicieron a través de una serie de convocatorias, “en ese entonces muy pequeñas porque casi nadie creía en lo que se podía hacer”, relata.
El principal interés del profesor Córdoba en el campo de la innovación es mejorar la calidad de los productos que ofrece la industria nacional partiendo del reconocimiento del estado tecnológico de sus procesos y máquinas, además de buscar nuevas tecnologías que hicieran posible ese desarrollo.
“Puesto que entendimos que con el perfil de ingenieros que estábamos formando en esa época sería muy difícil dar el salto hacia la apropiación tecnológica, junto con otro grupo de profesores decidimos fundar la carrera de Mecatrónica. Fue una tarea de muchos años pero finalmente logramos que la U.N. entendiera su importancia”, destaca el profesor Córdoba, quien se vinculó a la Institución hace 41 años.
Al hacer una conjunción entre la mecánica de precisión –aspecto que según el docente se debe seguir fortaleciendo– con la electrónica y la computación, pese a los múltiples interrogantes que pudo plantear al principio debido a su novedad, la carrera es ahora un componente estratégico para el desarrollo de cualquier sociedad.
“Cualquier máquina o utensilio doméstico, incluso la ropa, cuentan ahora con sensores y sistemas embebidos que tienen múltiples usos y comienzan a ser implementados en el campo de la salud”, destaca el docente, quien subraya que la academia no se puede desligar del medio social y productivo del país real en el que se desarrolla.
Automatización en Colombia
Con esta premisa, el docente ha sido testigo y protagonista de excepción de los primeros procesos de automatización en Colombia entre mediados de los ochenta y principios de los noventa, como se puede constatar en uno de sus documentos escrito por solicitud de Colciencias sobre los 10 programas estratégicos de desarrollo científico y tecnológico.
Gracias al empeño y el interés del profesor Córdoba, a comienzos de los noventa también se creó el Laboratorio de Fábrica Experimental (Lafabex), con un espíritu algo distinto al de las Fábricas-laboratorio, o FabLab, propuestas por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
“Nosotros concebimos el proceso como unas pequeñas fábricas que conjugan la experimentación y la parte industrial que surgió aquí en la U.N. Se trata de una propuesta novedosa en la que incluso se pueden teleoperar los equipos”, destaca el docente, quien insiste en la necesidad de fortalecer los vínculos entre la industria y la academia.
Elaborar productos de calidad e incrementar la eficiencia de los procesos productivos de la industria son dos de las premisas según las que ha trabajado el profesor Córdoba, junto con la necesidad de acompañar los procesos de repotenciación de los equipos.
“Nuestra idea no es que la empresa se quede con lo que existe, sino que se interese por desarrollar nuevas ideas: manufactura con láser o desarrollo de prototipos sólidos a partir del curado de un polímero fotocurable a partir de rayos ultravioleta (o impresión 3D)“, prosigue el académico.
Hoy en día, gracias a la adquisición de una de estas máquinas se desarrollan múltiples investigaciones sobre los polímeros y sus principales características, así como el diseño de prototipos para la industria petrolera, metalmecánica, odontología, farmacia e incluso para el de la joyería.
El trabajo conjunto con otras facultades como Artes, Ciencias, y Ciencias Económicas ha contribuido al desarrollo de múltiples investigaciones en los más diversos campos. “No todo lo que hemos hecho es fruto de mecánicos o mecatrónicos. Aquí hay participación de químicos, ingenieros industriales y de sistemas, profesores de Ciencias, Eléctrica y Electrónica”, destaca.
Actualmente, por ejemplo, el Grupo de Trabajo en Nuevas Tecnologías de Diseño y Manufactura-Automatización (DIMA-UN), liderado por el profesor Córdoba, viene trabajando en un proyecto de robots móviles cuya aplicabilidad será de gran utilidad para la agroindustria y la medicina.