Estas son las nuevas imágenes contra el consumo de tabaco
El Ministerio de Salud y Protección Social dio a conocer las nuevas imágenes que se deben usar a partir de julio de 2018 en todos los empaques y etiquetas de productos de tabaco y sus derivados, para disuadir su consumo.
Con estos mensajes, creados mediante un convenio adelantado entre el Ministerio y la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), se busca desincentivar el consumo de cigarrillos, por medio de fotografías impactantes que informen sobre las afectaciones que produce el consumo de tabaco, como enfermedades cardiovasculares, embarazos ectópicos, cáncer de páncreas y ansiedad, entre otros.
Según explica el profesor Ricardo Tamayo, del Departamento de Psicología de la U.N., la Universidad hizo un aporte investigativo importante en el diseño de estas imágenes, ya que debían ser lo más efectivas posible para informar sobre las afecciones más comunes causadas por este hábito, como las enfermedades pulmonares, entre ellas la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc).
Sin embargo también se tuvieron en cuenta las impactos comunes que las personas suelen desconocer, como el cáncer de páncreas, los abortos y los embarazos ectópicos.
Las imágenes también dan cuenta de que el humo de segunda mano puede afectar a las personas que rodean a los fumadores, en especial a los niños. La salud mental fue otro de los temas agregados, ya que a largo plazo el consumo frecuente de tabaco provoca ansiedad y estrés.
Aunque la ley indica que estas imágenes deben ocupar máximo el 30 % de las cajas de cigarrillos, en la investigación de la U.N. se demostró que si ocupan un espacio tan pequeño se disminuye el impacto y la capacidad de dar información.
“El tamaño de las imágenes que se usa en Colombia es muy pequeño, esto hace que las personas les presten poca atención a los mensajes. En países como Australia utilizan el 80 % de las dos caras de la caja, Canadá usa casi el 100 % de una cara y el 50 % de la otra, y en Uruguay es el 90 %”, destaca el experto.
Para crear las imágenes los investigadores de la U.N. realizaron un análisis demográfico aplicando alrededor de 1.500 encuestas en cuatro ciudades del país: Bogotá, Medellín, Manizales y Cali.
También reunieron grupos de entre 10 y 12 personas para estudiar las variantes de las advertencias sanitarias, discutir la profundidad de las frases, indagar si el mensaje era entendible y creíble, entre otros aspectos.
En un tercer paso congregaron entre 50 y 80 fumadores o no fumadores para medir las respuestas emocionales ante las imágenes. Los textos también se evaluaron en grupos focales para ver si personas de diferentes edades y estratos socioeconómicos los aprobaban.
“Se encontró que cuanto más desagradables sean las imágenes y más miedo produzcan, tendrán mayor potencial de ser efectivas, no solo para disuadir el consumo de cigarrillo, porque es difícil que los fumadores empedernidos se dejen influir, sino para prevenir el consumo en jóvenes o personas que aún no fuman”, puntualizó el profesor Tamayo.
En Colombia, la Encuesta Nacional de Sustancias Psicoactivas en Escolares (2011) reveló que la prevalencia de fumar tabaco en jóvenes de 11 a 18 años es de 9,78 %, para hombres del 11,86 % y para las mujeres del 7,85 %.
El mayor porcentaje de consumidores son jóvenes entre 16 y 18 años (17,36 %), lo que indicaría que en Colombia cerca de un millón y medio de adolescentes están expuestos a volverse adictos al tabaco para toda su vida, con graves consecuencias para su salud y su economía.
Todos estos esfuerzos realizados por el Ministerio de Salud responden al Convenio Marco para el Control de Tabaco implementado en 2005, liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y dirigido en América Latina y el Caribe por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el cual se establecen unas directrices para abordar el consumo de tabaco, pues se estima que aumentará en los próximos 20 años en los países en vías de desarrollo.
Así mismo se están desarrollando iniciativas como las clínicas antitabaco –como métodos de cesación– y las áreas libres de humo.