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El Congreso de Perú, con ajustada mayoría, le dio el voto de confianza al gabinete de Castillo

El Congreso unicameral de Perú dio hoy, con ajustada mayoría, el voto constitucional de confianza al segundo gabinete del presidente Pedro Castillo, quien mañana cumplirá 100 días en el gobierno en medio de continuos cuestionamientos a su equipo de gestión.

El visto bueno al gabinete fue posible esta noche con 68 votos a favor, 56 en contra y una abstención, en la continuidad de una sesión que había empezado hace 10 días y fue suspendida entonces por la repentina muerte de un legislador.

Tras una primera parte de alocuciones de los legisladores, que se extendió casi cuatro horas, el Congreso hizo una pausa de algo más de tres horas y retomó el debate esta tarde.

Hasta último momento resultó una verdadera incógnita si el gabinete lograría el voto de confianza, una cuestión que dividió transversalmente a la mayoría de las bancadas, inclusive la del partido gobernante Perú Libre, aunque la salida del criticado ministro del interior Luis Barranzuela acercó algunos pareceres favorables.

“Llegamos a la sesión en la que esperamos que el Congreso tome la mejor decisión para el país pensando en la gobernabilidad”, dijo la titular del Consejo de Ministros, Mirtha Vásquez, al llegar por la mañana a la sede parlamentaria junto a los 18 ministros de su gabinete, asumido el pasado 6 de octubre.

La sesión reanudada hoy había empezado el lunes de la semana pasada, pero, después de que Vásquez expusiera 10 ejes de acción de su gobierno y de que los congresistas comenzaran a argumentar, la muerte del legislador oficialista Fernando Herrera abrió un paréntesis de 10 días.

Si el gabinete de Vásquez, en funciones desde hace un mes, no lograba esta noche el voto de confianza con mayoría simple entre los parlamentarios presentes, habría estado constitucionalmente obligado a renunciar en pleno.

A favor del gobierno jugó el reemplazo de Barranzuela, cuyo lugar ocupa desde esta mañana Avelino Guillén, quien en 2009 fuera fiscal del juicio al expresidente Alberto Fujimori y se convirtió en el tercer jefe de esta cartera en 100 días de mandato.

Guillén, de 67 años, sustituyó a Barranzuela, quien renunció el martes, con menos de un mes en el cargo, cuestionado por haber realizado una fiesta en su casa el domingo, infringiendo una prohibición destinada a prevenir contagios de coronavirus.

El Congreso está conformado por 130 bancas y la mayoría estuvo dominada por la polarización entre el apoyo y el rechazo a la confianza al gabinete.

En el medio se encontraban las bancadas de Alianza para el Progreso (APP) y Acción Popular, ambas con 15 parlamentarios cada uno, que fueron quienes develaron la incógnita esta noche, al emitir sus votos.

Los congresistas afines a Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, así como los del fujimorista Fuerza Popular y los de las fuerzas de derecha Renovación Popular y Avanza País, que en conjunto sumaban 57 votos, habían adelantado su intención de negarle la investidura a la jefa de gabinete Vásquez.

En tanto, los legisladores de Perú Libe que responden al presidente Castillo y los de Podemos Perú, Juntos por el Perú y el Partido Morado, además del congresista Carlos Zeballos y uno de Avanza País, habían reunido 39 votos.

Hasta el lunes 27 de octubre, en la primera parte del debate, todo apuntaba a que el gabinete lograría el sí con poca ventaja, aunque varias bancadas dudaban en apoyar a un equipo que incluyera a Barranzuela.

Se suponía que su salida debería mejorar los números para el oficialismo.

“Necesitamos ponernos de acuerdo porque la gente allá afuera, con su dolor, está esperando que esta representación política, tanto el Ejecutivo como el Legislativo, dé la talla para responder a un momento histórico sin precedentes”, afirmó Vázquez en su última intervención antes de la votación.

Explicó que trató de exponer lo que “se intenta construir, no solamente para que se generen esa confianza, sino, sobre todo, para que esta país crea que se puede hacer política y esa política está al servicio de la gente de los más pobres”.

Además, advirtió que “hay una nueva forma de abordar en los conflictos sociales, porque se trata de un problema de preocupación nacional que estos días tuvieron expresiones agudas”, detrás de las cuales “hay gente que demanda y que espera que el Estado vuelva a mirarlos”.

Volvió a reclamar luego “un pacto de gobernabilidad para que la gente vea que el Ejecutivo y el Legislativo no confrontan, sino que construyen juntos”.

“No podemos seguir entrampados en el punto de partida; entiendo sus preocupaciones, sus planteamientos a veces exaltados, y agradezco que nos hayan escuchado; queremos construir una patria diferente, hagámosla juntos”, insistió, antes de ceder la palabra a algunos ministros.

Los ministros respondieron varias de las cuestiones planteadas por los congresistas que, como cuando se discutió el voto de confianza al primer gabinete, mezclaron en sus breves intervenciones cuestiones nacionales con demandas regionales.

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