EEUU anuncia que continuará reduciendo su presencia militar en Irak durante los próximos meses
Estados Unidos ha anunciado este jueves que continuará reduciendo su presencia militar en Irak, según un comunicado conjunto difundido por los gobiernos de ambos países.
El recorte de tropas se produce debido al “progreso significativo” logrado respecto a “la eliminación de la amenaza de Estado Islámico”. Asimismo, según el texto, Washington discutirá con Bagdad la situación de las fuerzas restantes a medida que ambos países desarrollen una “relación de seguridad bilateral” basada en “fuertes intereses mutuos”.
Estados Unidos ha reiterado a Irak que “no busca ni solicita” contar con bases y presencia militar permanentes en Irak, como se acordó en el Acuerdo de Fuerzas Armadas de 2008, que prevé que la cooperación en materia de seguridad se lleve a cabo sobre una base de acuerdo mutuo y cuyos principios ambos países han reafirmado este jueves.
Asimismo, Irak se ha comprometido a proteger al personal militar de la Coalición Internacional y a las instalaciones iraquíes que la acogen, lo que está de conformidad con el Derecho Internacional y los arreglos específicos para su presencia, ha continuado el texto.
La delegación de Irak, liderada por el subsecretario superior del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abdul Karim Hashim Mustafá, y la delegación de Estados Unidos, encabezada por el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, David Hale, han mantenido este jueves una reunión por videoconferencia en la que también han tratado asuntos económicos, políticos, de energía o culturales.
En cuanto a las cuestiones económicas y energéticas, Estados Unidos e Irak han reconocido los “enormes problemas” económicos a los que se enfrenta Irak debido a la pandemia del coronavirus y la disminución de los precios del petróleo, al tiempo que han abordado la necesidad de que Irak promulgue reformas económicas “fundamentales”.
En este sentido, Estados Unidos ha propuesto proporcionar asesores económicos para trabajar directamente con el Ejecutivo iraquí y han examinado las posibilidades de que empresas estadounidenses participen en proyectos de inversión.
En el lado político, Washington ha expresado su “solidaridad” con Bagdad y su “apoyo” al nuevo Ejecutivo, encabezado por Mostafá al Kazemi. Además, han destacado “la importancia” de ayudar a Irak a aplicar su programa de Gobierno y sus reformas para que reflejen las aspiraciones de pueblo iraquí, mediante actividades humanitarias u organizando elecciones “libres, justas y creíbles”.
De forma paralela, ha hecho hincapié en su “continuo apoyo” a los preparativos electorales en Irak, los esfuerzos por fortalecer el Estado de Derechos, los Derechos Humanos y la reintegración y retorno de los desplazados, especialmente aquellos ciudadanos “objeto de genocidio por parte de Estado Islámico”, destaca el texto, difundido por el Departamento de Estado norteamericano.
Por último, en el plano cultural, ambos han discutido planes para devolver “importantes archivos políticos” al Ejecutivo iraquí, para aumentar la capacidad de las universidades del país asiático y para regresar archivos del Partido Baath al Irak.
“Ambas partes reafirmaron la importancia de la relación estratégica y su determinación de adoptar medidas apropiadas para mejorarla en interés de ambos países y lograr la seguridad, la estabilidad y la prosperidad en la región”, han resumido.