Dos nuevos acuerdos en la COP26: reducir el uso de carbón y comenzar a desfinanciar la energía fósil
La conferencia climática COP26 en Reino Unido se anotó hoy otros dos compromisos internacionales: más de 40 países acordaron eliminar gradualmente el uso de energía a carbón, el combustible fósil que más contribuye al calentamiento global, por encima del petróleo y el gas; y en paralelo una veintena de Estados se comprometieron a dejar de financiar proyectos para explorar o explotar combustibles fósiles en el extranjero para fines de 2022 y priorizar las energías limpias.
El anuncio se conoció poco antes de que la ONU alertara que la financiación para adaptarse al cambio climático que requieren los países en vías de desarrollo es entre cinco y 10 veces inferior a lo que se necesita.
Los fondos “están muy lejos de ser suficientes, (el mundo) debe incrementar radicalmente sus esfuerzos para adaptarse al cambio climático”, exigió Inger Andersen, responsable del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), al margen de la conferencia que se realiza en la ciudad escocesa de Glasgow.
“Incluso si acabáramos con las emisiones de gas de efecto invernadero hoy, el impacto del cambio climático continuaría durante décadas”, agregó Anderson.
La principal fuente de gases de efecto invernadero es el carbón y, según un informe que se conoció ayer, el uso de ese combustible fósil recuperó niveles récord tras una reducción por los confinamientos por el coronavirus y la parálisis de la economía global en 2020.
Uno de los acuerdos alcanzados hoy, en el quinto día de la conferencia sobre el clima, compromete a más de 40 países desarrollados y emergentes a dejar de financiar proyectos de generación de energía a partir del carbón en sus territorios y en el extranjero.
Las naciones más ricas se comprometieron a eliminar esa fuente de energía para 2030, mientras que los firmantes emergentes, para 2040.
El acuerdo fue firmado por algunos de los países que más carbón utilizan, pero también quedaron afuera algunas de las naciones que más dependen del carbón, como Australia, India, China y Estados Unidos.
China tampoco subscribió, pero ya en septiembre pasado había anunciado que pondría fin a la financiación de proyectos de carbón en el extranjero, no así en su territorio.
Además, unas 20 naciones -algunas se repiten con el primer compromiso- acordaron no usar más fondos públicos para financiar la exploración y explotación de combustibles fósiles fuera de sus territorios, una iniciativa impulsada por Reino Unido e informada en un comunicado conjunto de todos los firmantes, entre ellos Estados Unidos, Canadá y el bloque de la Unión Europea (UE).
El anuncio fue recibido con cautela por organizaciones ecologistas ya que entre los países firmantes hay Estados como Mali o las Islas Marshall sin capacidad propia para hacer inversiones en energía limpia, aunque sí suelen ser receptores de estos proyectos.
El acuerdo, sin embargo, llegó en plenas negociaciones y en la víspera de dos grandes jornadas de movilización en las calles de la ciudad escocesa, marcadas por los reclamos de acciones más importantes y vinculantes.
En una declaración conjunta, la veintena de países destacó que este compromiso incluye a algunos de los mayores proveedores históricos de financiación pública para la explotación de combustibles fósiles, incluido el bloque de la UE a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Sin embargo, otros grandes consumidores e inversores de combustibles fósiles como China, Japón o Corea del Sur se negaron a sumarse.
El acuerdo no es vinculante, pero de concretarse significará que hasta 15.000 millones de dólares podrían ser desviados anualmente a otro tipo de proyectos de fuentes de energías no fósiles.
“Como anfitrión de la COP26 y al comprometerse a eliminar el carbón para 2024 y el liderazgo mundial del Reino Unido, ha enviado una señal clara en todo el mundo de que la energía limpia es el camino a seguir”, expresó el viceministro de Negocios y Energía británico, Greg Hand.
Algunas organizaciones ecologistas celebraron el nuevo compromiso, pero pidieron que se cumpla.
“Es un progreso bienvenido, pero los países (firmantes), en especial EEUU, deben mantenerse firmes con estos compromisos y cerrar el grifo para las empresas de combustibles fósiles”, pidió Kate DeAngelis, responsable del programa de finanzas internacionales de la ONG Amigos de la Tierra.