Cultura “negra” se incorpora a la identidad nacional en la danza
Una investigación que se remonta a la segunda mitad del siglo XX expone cómo el Ballet de Colombia, dirigido por Sonia Osorio, interpretó en su rutina la tradición “negra” y ”costeña”, hasta entonces marginal en una cultura que se identificaba más con la Región Andina.
BOGOTÁ D. C., 28 de enero de 2017 — Agencia de Noticias UN-
El Ballet de Colombia representó estas manifestaciones haciendo uso de los mecanismos, personajes y formas de organización del ritual del Carnaval de Barranquilla. De esta forma logró que las élites se apropiaran de las prácticas populares y bailaran no solo lo de su región sino las demás danzas folclóricas del país, explica María Teresa García Schlegel, doctora en Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
“Así, desde lo ‘negro’ y lo ‘costeño’ se unificó la identidad del baile colombiano, un mecanismo simbólico que si bien no transforma la sociedad, al menos sí representa una vía de escape para muchos problemas y conflictos”, complementa.
En el estudio, la investigadora encontró que la vinculación de las culturas del Caribe y del Pacífico ha definido la identidad de la danza colombiana en diferentes contextos sociales como el ballet folclórico, los ritmos regionales, las ferias y los festivales.
Esta tendencia también se manifiesta, por ejemplo, en las clases de rumba y danza de muchos gimnasios de Bogotá, advierte la investigadora.
“Varias mujeres que participan de estas clases expresan que se sienten muy identificadas y cercanas a la ‘cultura negra’; con el baile se sienten más libres, atractivas, modernas y, al mismo tiempo, que vuelven a ser mujeres”, explica.
Dicha experiencia se manifiesta en varias rutinas del entrenamiento, tales como el movimiento de las caderas, las piernas y los brazos; los desplazamientos laterales y el ritmo.
Pero esto no solo se limita al espacio de las clases o los entrenamientos de baile: se observa en la vida social de las personas, en las fiestas del fin de semana, los carnavales y las festividades de las regiones, y en el ballet folclórico.
Por eso, indica, estos tipos de baile son un fiel reflejo de lo que es Colombia: un país diverso y desigual en el que las personas que han sido excluidas logran, a través de una manifestación cultural, tener alguna reivindicación, algún reconocimiento.
“Esta investigación le da nuevas herramientas a la antropología para que se conozca y se entienda mejor la práctica de la danza, un fenómeno social muy poderoso en el país”, concluye la investigadora.