Medio Ambiente

Cruces y anuncios de compromisos financieros en el inicio de negociaciones en la COP26

La conferencia de la ONU sobre el clima COP26 entró hoy en una tensa etapa de negociaciones marcada por cruces entre las principales potencias y anuncios de compromisos financieros, mientras las asociaciones civiles se quejaron por tener una presencia limitada en el evento.

China y Rusia reaccionaron de forma tajante a las críticas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien consideró ayer un “problema” que los líderes de dichos países no asistieran al inicio de la cumbre en la ciudad escocesa de Glasgow.

“No estamos de acuerdo” con las acusaciones de Washington, afirmó desde Moscú el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, según reprodujo la agencia de noticias AFP.

A su juicio, Rusia está tomando acciones contra el cambio climático “coherentes, reflexionadas y serias”.

También China rechazó las críticas de Biden de “dar la espalda” al “gigantesco” problema del calentamiento global y destacó que “los actos hablan más que las palabras”, según defendió desde Beijing un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin.

El pulso negociador en las conferencias de la ONU suele ser extenuante y la COP26 no será la excepción.

Si bien la mayoría de países presentes en Glasgow aceptan como objetivo un límite al calentamiento del planeta de +1,5ºC y presentaron nuevos recortes de emisiones de gases para lograrlo, el negociador chino para el clima, Xie Xhenhua, recordó hoy que ese era un objetivo deseable pero no obligatorio del Acuerdo de París de 2015.

“Si nos centramos solo en +1,5ºC, eso significa destruir el consenso entre todas las partes”, dijo a reporteros y advirtió: “Y quizás los países pedirán una reapertura de negociaciones”.

Aunque cesar completamente la emisión de gases de efecto invernadero en tres décadas sin frenar brutalmente el crecimiento económico supone un desafío, los expertos señalaron que sería posible si se invierten entre 3 y 4 billones de dólares cada año, es decir, un 2% del PIB mundial.

“El dinero está ahí, si el mundo quiere usarlo”, aseguró el enviado especial de la ONU para las finanzas del clima, Mark Carney.

Lanzada hace unos meses, la Alianza Financiera de Glasgow para la neutralidad carbono -el equilibrio entre emisiones y retenciones de gases de efecto invernadero- antes de 2050 ya reúne a 450 actores del sector, de 45 países, lo que representa unos 130 billones de activos, según precisó el también exgobernador del Banco de Inglaterra.

“El sector financiero está listo para suministrar la financiación”, aseguró, por su parte, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen.

“Espero que al final de esta conferencia lleguemos al objetivo de los 100.0000 millones de dólares” que los países ricos prometieron desembolsar anualmente para ayudar a los más vulnerables a lidiar con el cambio climático, declaró.

También el ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, instó a las naciones ricas a aumentar su apoyo a los proyectos climáticos en el mundo en desarrollo y señaló que espera “reconfigurar todo el sistema financiero” para utilizarlo para proteger el clima.

Sin embargo, la experta en financiamiento climático del Instituto Mundial de Recursos, Lorena González, advirtió que aún es “prematuro” empezar a hacer cuentas.

“Hay señales alentadoras, pero hay que mirar con atención los detalles: qué es nuevo, y qué significa…”, dijo.

En tanto, la desconfianza empezó a crecer entre las organizaciones no gubernamentales, que criticaron las restricciones para acceder a las negociaciones en Glasgow.

De conformidad con las normas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, las organizaciones de la sociedad civil pueden asistir a estas reuniones mundiales sobre el clima en calidad de observadores, incluso dentro de las salas de negociación para permitir la transparencia del proceso.

Su papel es primordial, sobre todo para los países del Sur, tras decenios de promesas incumplidas.

Sin embargo, sólo cuatro representantes de miles de ONGs acreditadas para la COP26 fueron autorizados a presenciar las negociaciones, según manifestó la responsable de ActionAid International, Teresa Anderson.

En las calles de Glasgow, mientras tanto, al sonido de tambores, centenares de activistas volvieron a manifestarse para acusar a las multinacionales de querer limpiar su imagen con promesas de inversiones y cambios de modelo empresarial.

La COP26, que comenzó el domingo pasado y durará 12 días, tiene como meta resolver las cuestiones que quedaron pendientes desde el Acuerdo de París de 2015, cuando más de 190 países acordaron impedir que el calentamiento global supere este siglo los 1,5°C respecto de los niveles preindustriales.

Líderes de más de 130 países celebraron hasta ayer una cumbre de dos días en el marco de la COP26.

Ayer en la cumbre, al menos 110 países que representan el 85% de los bosques del mundo acordaron poner fin y revertir la deforestación para 2030.

A su vez, decenas de líderes mundiales firmaron un compromiso de recortar en un 30% el potente gas metano también para el 2030, lo que ayudará significativamente a frenar el calentamiento global a corto plazo.

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