Comenzando a cerrar el 2017
Comienzos del año 2017, se plantearon a través de esta columna una enunciación de factores de riesgo socio-económico, a tomar en cuenta para este año que se acerca a su final. De la reproducción de los mismos y lo acontecido hasta ahora, parece evidenciar que siguen manteniendo su vigencia para el 2018.
- Alteraciones climáticas más frecuentes
- Desastres naturales, evidenciando debilidades en la mitigación de los efectos
- Mal manejo en el uso y conservación del Agua
- Dificultades en la producción de alimentos, por especulación especialmente
- Ataques terroristas y Luchas bandas narcotráfico
- Conflictos entre países por zonas fronterizas
- Crecimiento de corrientes migratorias, ya sean internacionales o nacionales(estas de zonas rurales a centros poblados)
- Creció el uso de armas, ya sea para destrucción masiva de localizaciones, como para enfrentamientos ciudadanos
- Pérdida de puestos de trabajo y crecimiento del sub empleo
Si bien se están dando acontecimientos en estas pocas semanas, no parece vislumbrarse que se pueda alentar alguna esperanza de grandes cambios. De la reunión en Bonn sobre cambio climático se mantendrán los acuerdos pactados en el 2015 en Paris, en los que se definió para que para fin de siglo las temperaturas globales no deben aumentar más de 1,5 Cº. Se seguirá hablando sobre la compensación por daños climáticos, y el papel a cumplir por los empresarios para crear modelos económicos amigables con el medio.
Si bien se pregona que es necesario dejar el carbón definitivamente, no parece ser la única solución. Ya que las grandes petroleras siguen en la búsqueda de petróleo, gas y carbón y con el amparo de gobiernos de algunos países, se siguen produciendo combustibles fósiles y desarrollando actividades de ampliación de las mismas.
La tecnología sigue avanzando a toda rapidez, y como consecuencia debemos prepararnos para vivir en un mundo impulsado libremente “por el sol, las olas y el viento”. Pero falta bastante.
Para concluir este primer balance del 2017, está la aparición de lo que podrían ser riesgos políticos globales y que pueden impactar en el próximo año, como ser la escalada militar de Corea del Norte y respuesta de EEUU, con posicionamiento de China y Japón. Eventualmente la situación de Venezuela.
Los mercados emergentes parecen encontrar en la logística de producción un mundo atento a la realización de los negocios, bajo distintas formas. Los acuerdos bilaterales y especialmente los tratados, parecen seguir gozando de buena salud, ya que impulsan oportunidades para algunos de los países de América y el Caribe, o por lo menos esperanzas.