Bajo estado de excepción, indígenas organizan piquetes contra el ajuste en Ecuador
El poderoso movimiento indígena de Ecuador, que participó en el derrocamiento de tres presidentes entre 1997 y 2005, cortó hoy, a tan solo cinco meses de haber asumido el presidente conservador Guillermo Lasso, rutas en varias provincias del país en protesta contra la política económica del Gobierno, en una clara pulseada mientras rige un estado de excepción por la violencia del narcotráfico.
Los convocantes a la movilización son la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la principal central obrera del país, la Unión Nacional de Educadores (UNE) y la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), entre otras.
La medida de fuerza se produce tan solo cinco meses después de la asunción de Lasso, quien se encuentra sin aliados claros, y en medio de las revelaciones de los Pandora Papers que expusieron las cuentas en paraísos fiscales del mandatario.
Los pueblos originarios, que en 2019 también se pusieron al frente de fuertes disturbios contra la eliminación de subsidios a combustibles, volvieron a salir a calles y carreteras para rechazar las alzas mensuales aplicadas desde 2020.
Los piquetes afectan a cinco de las 24 provincias del país, entre ellas la de Pichincha, cuya capital es Quito, según informó el Sistema Integrado de Seguridad ECU911.
Uno de los cortes impide el acceso a la localidad de Zumbahua, de mayoría indígena y ubicada en el centro del país, donde manifestantes quemaron neumáticos y movieron piedras para obstaculizar el paso.
“Esta convocatoria (la) hemos hecho para rechazar todo lo que está imponiendo el Gobierno nacional. No se acogen las propuestas, el diálogo de las organizaciones sociales, de las organizaciones indígenas”, dijo el dirigente indígena local Julio César Pilalumbo, en diálogo con la agencia de noticias AFP.
“Vamos a resistir y no vamos a declinar ante ninguna represión”, advirtió.
De momento, no se reportaron choques entre los grupos de protesta y la fuerza pública.
El sábado el galón (3,8 litros) de diésel pasó a 1,90 dólares frente a un dólar que costaba hace más de un año, y la nafta corriente trepó a 2,55 dólares, aunque el petrolero Ecuador sigue siendo uno de los países con precios de derivados del crudo más baratos de Latinoamérica.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie, de oposición), Leonidas Iza, dijo que las estructuras de base se movilizarían desde la medianoche del lunes en todo el país, que vive en tensión por la alta criminalidad y masacres carcelarias con más de 2.000 muertos.
Los indígenas, que representan un 7,4% de los 17,7 millones de habitantes de Ecuador, saldrán desde sus comunidades hacia las vías, junto a obreros y estudiantes en Quito, reclamando una disminución de los precios de los combustibles.
Lasso, quien llamó a la ciudadanía a defender Quito para evitar actos de vandalismo como en las manifestaciones de 2019 que duraron 12 días, alertó que no permitirá desmanes.
Anoche, el mandatario advirtió que se implementará “todo un dispositivo para evitar el cierre de vías, para que impere la ley porque el cierre de vías y el obstáculo al libre tránsito de personas y mercaderías está prohibido en la ley”, informó la agencia de noticias AFP.
Las protestas, que apuntan a ser las más nutridas desde que Lasso asumió el poder en mayo, se dan bajo el estado de excepción por 60 días decretado hace una semana, que dispuso la presencia de militares en las calles para apoyar a policías en el combate contra la criminalidad.
El Gobierno no suspendió hasta ahora las libertades a manifestarse o reunirse, pese a estar facultado a hacerlo bajo la figura de emergencia declarada en todo Ecuador, situado entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína.
“El problema es cuando no se escucha. Lógicamente el Gobierno pone a policías, a militares. Ahí vienen las confrontaciones”, advirtió Iza, un abierto opositor a Lasso, a quien propone fijar y congelar los precios en 1,50 dólares para el diésel y dos dólares para la gasolina corriente.
El pasado viernes, Lasso congeló los nuevos precios y suspendió los incrementos mensuales, pero no pudo reducir el descontento, al que se sumaron sectores sociales de oposición, que también protestarán hoy.
Si Lasso “se retrae a una posición de neoliberalismo clásico la consecuencia va a ser lastimosamente un nuevo estallido social”, dijo la politóloga Karen Garzón Sherdek, de la privada Universidad Sek, a AFP.