Agricultores de Azerbaiyán, desesperados mientras un río vital se agota
Banka, Azerbaiyán | AFP |
“Nuestros animales se mueren. El agua no nos llega a tiempo”, lamenta la ganadera Mariam Hasanova, a la espera del camión que debe abastecer a la aldea de Banka, en Azerbaiyán, privada de agua pese a su cercanía con el río Kurá.
Pero esta vía fluvial se redujo enormemente este verano y fue contaminada por el agua del mar, advirtieron los expertos.
En consecuencia, la población de dos regiones del sur del país llevan meses padeciendo escasez de agua, y especialmente los pequeños ganaderos, como Mariam Hasanova.
En los alrededores de su aldea, cerca del río, se observan vastas extensiones de lodo gris agrietado, que da cuenta de la bajada del nivel del agua. “Un espectáculo horripilante”, apunta el director del Instituto de Geología de Bakú, Ramiz Mammadov.
“El descenso del nivel del agua en el Kurá este año es sin precedentes”, señala el investigador, que explica que ha bajado casi dos metros en algunas regiones.
“Es un desastre ecológico”, denuncia Telman Zeinalov, responsable en el Centro de Previsiones Ecológicas de Azerbaiyán.
– “Terrible” –
El río Kurá es un elemento esencial en el ecosistema de toda la región del Cáucaso: de 1.515 kilómetros, tiene su origen en el noreste de Turquía, luego atraviesa Georgia y Azerbaiyán y desemboca en el mar Caspio.
Cerca del delta del río, donde se sitúa la aldea de Banka, el caudal ha bajado tanto que el agua salada del Caspio ha entrado en el lecho y ha empezado a correr en sentido inverso.
“No podemos aprovecharla, ni siquiera para dar de beber a los animales”, lamenta un residente, Famil Ajmedov, un jubilado de unos 80 años. “Estamos en un estado terrible”.
En la calle de la aldea, un depósito común esperaba a ser llenado por el camión cisterna, aunque, según los habitantes, ese abastecimiento de agua no alcanza para cubrir sus necesidades.
Los lugareños “sufren escasez de agua y las autoridades locales se niegan a escuchar nuestras quejas”, agrega Famil Hasanov, otro vecino.
Algunos no dudan en rellenar botellas de plástico con la turbia agua del río, pese a que esté contaminada por el agua salada.
– Consumo excesivo –
El cambio climático es un factor de esta crisis, que se agrava rápidamente, afirma el geólogo Ramiz Mamadov, que explica que, en la última década, hubo un 30% menos de precipitaciones en el país.
“No es un problema nuevo. Asistimos a problemas similares en las regiones áridas de todo el mundo”, recalca, agregando que el uso no regulado del agua para la agricultura no hace sino exacerbar la crisis.
“El número de nuevas granjas [agrícolas] y piscícolas a lo largo del río aumenta constantemente, comportando un uso excesivo del agua”, insiste Mammadov. “Hay bombas de agua allá donde mires”.
Las limitadas reservas de agua de Azerbaiyán solo pueden satisfacer al conjunto de la población si se utilizan de forma “racional y austera”, afirma Mammadov.
En abril, el autoritario presidente Ilham Aliyev firmó un decreto sobre el uso “racional” del agua en ese país, rico en petróleo, y puso en marcha una comisión gubernamental para restaurar el nivel de agua del río Kurá.
Según Mammadov, la comisión estableció recientemente la hoja de ruta para hacer frente a la crisis, algo que se esperaba desde hacía tiempo. “El problema puede resolverse si hay voluntad política y si dejamos de abusar de la naturaleza”.
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