“El pueblo boliviano quiere trabajar”, afirmó Arce en rechazo al paro
El presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó hoy que los integrantes del Gobierno no son “ningunos incapaces” y sostuvo que el pueblo “quiere trabajar”, al salir al cruce del anuncio de paro general que lanzó para el lunes próximo una de las confederaciones de “gremiales”, como se denominan vendedores ambulantes, microempresarios y los comités cívicos opositores.
Además, el Ministerio de Trabajo informó en un comunicado que la jornada del lunes y las subsiguientes son “absolutamente normales”, por lo que no existe “determinación alguna de tolerancia respecto al cumplimiento de las obligaciones laborales”.
La cartera laboral advirtió que “la ausencia a los puestos de trabajo será considerada falta injustificada” y, en consecuencia, sujeta a “las sanciones económicas y administrativas que correspondan”.
Mientras, en un acto de entrega de una planta eólica en el municipio cruceño de Cabezas, Arce reseñó que escuchó “hablar de un eventual paro en el departamento y supuestamente en el país”, pero insistió con la idea de que “el pueblo boliviano quiere trabajar”.
“Desde acá queremos decirles que el pueblo boliviano quiere trabajar; la economía no se para…No somos ningunos incapaces y estamos haciendo lo que ellos (los opositores) no pudieron en un año”, remarcó Arce.
Las organizaciones gremiales, comités cívicos y el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) llamaron a un paro desde el lunes, justo cuando Arce cumple un año de gestión, en rechazo a una estrategia de lucha contra el lavado de dinero y a la aprobación de un Plan Nacional de Desarrollo Económico (PDES) 2021-25 que ya tiene media sanción del Parlamento.
“Hemos visto los medios de comunicación, en coro, desde anoche hasta esta mañana, hablando de un eventual paro de actividades en el departamento y supuestamente en el país, pero desde acá queremos decirles que el pueblo boliviano quiere trabajar”, sostuvo el presidente, según los sitios del diario Página Siete y la red Fides.
Otro de los puntos que el movimiento cívico incluyó en sus demandas fue la obligación de que el parlamento apruebe leyes y otras resoluciones por dos tercios de votos y no por simple mayoría, lo que anularía el actual predominio que el MAS tiene en ambas cámaras.
Como contraparte, los sindicatos y las organizaciones campesinas e indígenas, lideradas por la Central Obrera (COB), se declararon en “estado de emergencia” ante el paro, al que denunciaron como un nuevo intento de golpe de Estado.