Bienvenidos a la era del desorden
Jorge Hernando Cuñado, Universidad Nebrija
Los analistas del Deutsche Bank acaban de hacer público un informe en el que anuncian que está comenzando la era del desorden, un periodo económico caracterizado por el caos y el desgaste de la intensa globalización que hemos venido experimentando en las últimas décadas.
El estudio identifica cinco superciclos en la economía moderna:
- Primera era de la globalización (1860-1914).
- I y II Guerra Mundial y Gran Depresión (1914-1945).
- Acuerdos de Bretton Woods (1945-1971).
- Periodo de alta inflación (1970-1980).
- Segunda era de la globalización (1980-2020).
2020 marca el comienzo de la era del desorden, cuyo origen no está en la Covid-19, aunque la pandemia haya acelerado el proceso de cambio. Se prevé que en este nuevo periodo económico los asuntos clave sean:
1. Las tensiones comerciales entre EE.UU. y China
China amenaza la hegemonía económica de Estados Unidos, que responde con diversas medidas para hacer frente al desafío.
La administración Trump continúa con su política exterior America First, que se centra en proteger los intereses americanos a base de proteccionismo, fortalecimiento de las fuerzas armadas, retirada de tratados comerciales internacionales, devolver los empleos industriales a territorio estadounidense, etcétera.
Por su parte, China busca el desarrollo de su demanda interna para ser menos dependiente del exterior. Así, estos dos países se encuentran en plena guerra comercial con el objetivo de liderar el avance tecnológico en el mundo.
2. ¿Consolidación o deterioro de la Unión Europea?
Lo que se haga en los próximos años en la UE definirá su futuro a largo plazo.
La reacción posterior al Brexit, la respuesta ante los países con dificultades económicas y la estrategia común ante la pandemia determinarán si la UE evoluciona hacia una mayor integración o hacia un estancamiento de las relaciones entre sus miembros.
3. Incremento de la deuda y generalización de la Teoría Monetaria Moderna
Esto hace referencia al incremento de la deuda a nivel mundial y a la Teoría Monetaria Moderna (TMM), una teoría económica polémica y con muchas críticas.
La TMM sostiene que un país con moneda propia no tiene que preocuparse por tener una deuda elevada, ya que siempre puede imprimir más dinero (de manera física o digital) para hacer frente a sus obligaciones. El límite vendría dado por la inflación.
La ecuación alta deuda + TMM daría como resultado incertidumbre y desorden en los mercados financieros internacionales. Pero este supuesto es territorio ignoto y vendría condicionado por si realmente se produce la aplicación y generalización de esta teoría que, por otra parte, es muy cuestionable.
4. ¿Inflación o deflación?
La deflación aparece cuando la oferta de bienes y servicios es superior a la demanda. Lo estamos observando en algunos sectores como turismo, líneas aéreas y hoteles, debido al desplome de la demanda por la crisis sanitaria.
Esta dinámica económica es muy peligrosa pues con ella bajan los precios, las empresas venden menos, caen los beneficios, llegan los despidos y se produce una caída del consumo que hace disminuir nuevamente la demanda.
Por otra parte, más a largo plazo podría haber presiones inflacionistas debido a los estímulos monetarios de los bancos centrales, que añadirían más inestabilidad al panorama económico.
5. Incremento de la desigualdad
Los economistas del Deutsche Bank prevén que en la era del desorden se incremente la desigualdad incluso en los países desarrollados, al afectar de manera distinta a los distintos sectores de la economía.
Algunos analistas auguran que, tras la recesión, la recuperación tendrá forma de K: a una parte de la economía le irá muy bien (plataformas digitales, industria alimentaria, farmacéuticas, tecnológicas, etcétera) y a la otra le irá mal (hostelería, aerolíneas, restaurantes, cines…).
La desigualdad intersectorial provocaría la aplicación de nuevos impuestos a las empresas y los propietarios que acumulen grandes beneficios, lo que, a largo plazo, disminuiría la desigualdad.
6. Conflicto intergeneracional
Se produciría una confrontación entre los intereses de los jóvenes, que van a vivir en condiciones más precarias que sus padres y tendrán que hacer frente a la deuda que se está acumulando ahora, y las generaciones mayores (con mejor protección social: pensiones, sistema de salud, etcétera). El aumento de la esperanza de vida y la baja natalidad en los países desarrollados confieren un gran peso a estas generaciones sénior.
Los economistas del Deutsche Bank no contemplan en su análisis la solidaridad que tuvieron los mayores a la hora de apoyar y sostener a sus hijos y nietos durante la crisis de 2008.
7. Debate sobre el cambio climático
Para muchos es prioridad incuestionable el cambio a un modelo económico sostenible y la reversión del gran deterioro medioambiental que el planeta ha venido sufriendo en las últimas décadas.
También están los que anteponen el progreso económico a la protección medioambiental y niegan el cambio climático (por ejemplo, el presidente estadounidense Donald Trump y muchos de sus seguidores).
Los enfrentamientos entre ambas partes se incrementarán en los próximos años, lo que añadirá más desorden a la nueva era.
8- Impacto de la tecnología
Los profundos cambios provocados por la cuarta revolución industrial, con la irrupción de la inteligencia artificial, la digitalización, los computadores cuánticos, la monetización de los datos, los robots y la biotecnología, van a tener un gran impacto en los trabajos, el ocio, las relaciones sociales… básicamente en todos los aspectos de la vida. También este fenómeno añadirá inestabilidad a la era del desorden.
Queda por ver si se cumplen las previsiones del Deutsche Bank. Los autores del informe han identificado varias tendencias que ya son importantes, pero que lo serán todavía más en el futuro.
No obstante, habrá que tener en cuenta la impredecibilidad de la economía: ¿quién iba a decir hace menos de un año que un virus aparecido en China a principios de 2020 pondría en jaque en cuestión de meses a toda la economía mundial?
Jorge Hernando Cuñado, Profesor de Economía y Empresa, Universidad Nebrija
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.