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Dimite un alto cargo del Ministerio de Finanzas de Líbano en medio de la grave crisis económica en el país

El director general del Ministerio de Finanzas de Líbano ha presentado este lunes su dimisión, en el marco de la grave crisis económica en la que se encuentra sumido el país y ante el incremento de las manifestaciones antigubernamentales en distintos puntos durante las últimas semanas.

El Ministerio de Finanzas ha confirmado que el director general, Alain Bifani, ha presentado su dimisión al titular de la cartera, Ghazi Uazni, sin dar más detalles sobre los motivos de la decisión, según ha recogido la agencia estatal libanesa de noticias, NNA.

Biffani, quien ha ocupado el cargo durante cerca de dos décadas, era además parte del equipo gubernamental que está negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un plan de rescate económico que podría incluir condiciones estrictas.

Líbano está experimentando su peor crisis económica desde la guerra civil de 1975-90. En marzo, el país anunció la suspensión de pagos de eurobonos para salvaguardar las reservas de divisas imprescindibles para cubrir las importaciones básicas.

La semana pasada, el presidente del país, Michael Aoun, alertó de la “atmósfera de guerra civil” existente en Líbano y criticó los “tintes sectarios y confesionales” de las protestas, en una reunión de “unión nacional” que fue boicoteada por la oposición.

En este sentido, arguyó que “parece obvio que algunos están intentando usar el enfado y las demandas legítimas de la gente para incitar la violencia y el caos con el objetivo de satisfacer agendas externas sospechosas y obtener beneficios políticos para partidos internos”.

Aoun hizo hincapié además de la necesidad de mostrar unidad ante los “desafíos vitales” a los que hace frente el país, incluidas las “turbulencias regionales”, entre las que apuntó a la reciente aplicación de Estados Unidos de nuevas sanciones contra Siria en el marco de la ‘Ley César’.

El paquete afecta directamente al presidente sirio, Bashar al Assad, y a personas vinculadas con su Gobierno, así como a las empresas que participen en negocios con Damasco, incluidos los sectores de la construcción y la energía, lo que tendrá un impacto de envergadura sobre la economía libanesa.

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