Medio Ambiente

Quince cocodrilos llaneros, listos para ser liberados en el río Manacacías

En la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) en Villavicencio, inició el operativo de liberación de 15 ejemplares de la especie Crocodylus intermedius, también conocida como “caimán llanero” o “cocodrilo del Orinoco”.

El interés inicial de liberar estos ejemplares es contribuir a la repoblación de esta especie que se encuentra en peligro crítico de extinción por la caza indiscriminada con fines comerciales que ocurrió desde los años veinte hasta los cincuenta.

Los animales serán liberados en tres grupos, cada uno con un macho y cuatro hembras. El proceso de selección requirió de un cuidadoso análisis de su origen genético para asegurar que no tienen consanguinidad directa entre ellos.

Los cocodrilos seleccionados han estado en cuarentena, tiempo en el que recibieron alimento vivo con el fin de garantizar que tienen la habilidad de cazar y sobrevivir en su nuevo hábitat. También se realizaron exámenes clínicos para verificar la ausencia de patógenos que pudieran afectar la vida silvestre.

Este es el resultado de años de trabajo conjunto entre la U.N. y Cormacarena, que viene apoyando los procesos académicos e investigativos del Programa de Conservación del Caimán Llanero.

Según explica Rafael Moreno, biólogo de la U.N. y coordinador técnico del proyecto, el río Manacacías, ubicado en el municipio de Puerto Gaitán (Meta), fue el lugar seleccionado para la liberación después de evaluar la calidad del ecosistema, las especies que son potenciales competidores –como la babilla o el cachirre–, la disponibilidad de alimento y buenas playas para poner sus huevos en procesos de reproducción, entre otros aspectos.

Estos especímenes nacieron y se criaron en la Estación de Biología Tropical Roberto Franco, tienen entre 7 y 12 años, miden entre 1,50 y 3,30 metros y su peso oscila entre 150 y 220 kilos.

Desplazamiento seguro

La logística de la preparación incluye la instalación de transmisores de rastreo para el seguimiento de su supervivencia y localización. Los animales serán monitoreados a través de telemetría vía frecuencias radiales en la banda del espectro electromagnético VHF.

Los profesores Carlos Moreno y Gonzalo Mejía, de Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la U.N., quienes integran el grupo de investigadores que participarán en la jornada, explican que los transmisores serán instalados en solo dos especímenes por grupo (el macho y una hembra).

Los cocodrilos serán trasladados en guacales para su cómodo y seguro desplazamiento. El ingeniero ambiental Willington Martínez, funcionario de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco, detalla que los guacales fueron diseñados y construidos especialmente para que los animales estén protegidos de las altas temperaturas, evitar que se estresen y hacer más práctico el manejo en la zona de liberación.

Los desplazamientos serán, primero, por vía terrestre desde Villavicencio hasta Puerto Gaitán y desde allí vía fluvial por el río Manacacías hasta la desembocadura del caño Cumaral, aproximadamente 160 kilómetros río arriba. En este proceso de movilización se cuenta con el apoyo de la Policía Nacional, la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Colombiana.

El proyecto es dirigido por la profesora María Cristina Ardila, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la U.N., y en el operativo participarán 12 personas entre docentes de la Universidad y profesionales, todos ellos con amplia experiencia en el tema.

La doctora Beltsy Giovanna Barrera, directora de Cormacarena, resalta que este gran esfuerzo busca la reintroducción de la especie a su hábitat natural, y el trabajo continuará: “hemos hecho un buen ejercicio técnico y es un trabajo pionero que nos permite contribuir a la recuperación de estas especies vulnerables”, comentó.

El profesor Pedro Sánchez, director de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco, agrega que la iniciativa para la conservación de esta especie partió de las investigaciones del profesor Federico Medem en 1975 con los primeros individuos decomisados por la entonces autoridad ambiental Inderena.

En 1991 se logran los primeros nacimientos en cautiverio en la Estación, donde en la actualidad hay más de 400 animales aptos para su reintroducción a la vida silvestre.

Para este año Cormacarena financia, junto con la U.N., la que será la segunda liberación de cocodrilos por parte de la Universidad, pues hace dos años dejaron en libertad cuatro especímenes en el área de La Macarena.

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