Turismo desdibuja tradiciones del pueblo de los silleteros de Medellín
Las tradiciones culturales, sociales y económicas de este corregimiento de cerca de 16 mil habitantes han cambiado por el turismo, la llegada de nuevos pobladores y el comercio.
De esta población salen los cerca de 500 silleteros que participan en agosto en la tradicional Feria de las Flores de Medellín y que en 2014 fueron declarados como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por el Ministerio de Cultura.
“Sin embargo, lejos de representar una oportunidad para transmitir esta tradición de generación en generación, lo que ha hecho esta declaración es cambiar las dinámicas culturales”.
Así lo explica Daniel Alejandro Alzate Hernández, estudiante de la Especialización en Gestión Cultural y Políticas Culturales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Manizales, después de analizar la importancia de acercar a la comunidad a su historia, y a saber identificar los hechos actuales dentro del territorio.
“Santa Elena era una población campesina. En la actualidad solo el 58 % lo es. Algunos campesinos ya no tienen donde cultivar porque las prácticas turísticas, sobre todo de ecoturismo, han transformado el uso de la tierra”, agrega el estudiante.
A lo anterior se suma el desconocimiento de los valores culturales que tiene Santa Elena, uno de los cinco corregimientos de la capital de Antioquia, ubicado a media hora de Medellín: “muchos de sus pobladores no conocen la riqueza cultural que se ve reflejada en los grupos de danza, música y teatro. Esta zona se está viendo acorralada por estas dos urbes (Medellín y Rionegro), que tienen intereses más comerciales”.
Propuesta
El estudiante Alzate Hernández propone recopilar información de la memoria histórica del corregimiento de Santa Elena, que se caracteriza por tener un clima tropical húmedo con influencia de montaña, con una temperatura promedio de 14,5 °C y una humedad relativa de 89 %.
Dicha recopilación se debe hacer generando alianzas con los sectores de la zona (para focalizar la información) y clasificando tanto las actividades (tradicionales y comerciales) como los grupos culturales.
También recomienda realizar actividades como exposiciones en las que se muestre la historia y diversidad cultural del corregimiento, “un proyecto para realizar en ocho meses y con un costo aproximado de 55 millones de pesos”.
Para que las estrategias de memoria de Santa Elena sean un hecho, se podrían impulsar acciones de observación participativa dentro de la población, entrevistar a los pobladores (nativos), las organizaciones y los turistas del corregimiento, y realizar un registro audiovisual.
Así mismo recorrer e identificar la dinámica de la zona, en la que se contarán microhistorias de adultos mayores, con el apoyo de los medios de comunicación.