¿Por qué se retrasa construcción de las obras?
Uno de los factores importantes al que no se le presta suficiente atención es al humano, es decir a los obreros.
John Muñoz Echavarría, profesor de la Escuela de Construcción de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín, señala que “existe una preocupación porque la construcción no se trata solo de un asunto técnico, sino que tiene relación con las particularidades humanas. La mano de obra, vista como sujeto y cultura, tiene implicaciones importantes”.
El académico se refiere a la necesidad de que en el proceso de edificación las constructoras analicen variables de los obreros como educación, formación, lugar de procedencia, de residencia y otras problemáticas asociadas con su entorno.
Por ejemplo, la mayor parte del personal en una obra de construcción vive en barrios periféricos, por lo que el avance de estas puede llegar a alterarse por problemas de movilidad, de tráfico –como sucede en Bogotá–, o por la inseguridad ciudadana.
En el caso de Medellín encontramos que “en muchas comunas las fronteras invisibles u otros factores de violencia alteran la vida cotidiana de las personas que las habitan, e incluso impiden que estas lleguen a tiempo a su lugares de trabajo; también es más probable que deban ausentarse de la actividad laboral”.
El docente manifiesta que tradicionalmente el sector constructor ha abordado la mano de obra como parte de los costos, identificándola con las materias primas y otorgándole una dimensión en la que ignora el aspecto humano.
De ahí el interés en hacer una investigación que tuviera un tratamiento diferente –en este caso a partir de las ciencias sociales y humanas– a la concepción tradicional que se tiene en construcción sobre los operarios. Para ello se realizaron entrevistas y encuestas a 150 operarios.
Variables
El estudio, realizado por Alejandra María Quintero, magíster en Construcción de la Facultad de Arquitectura de la U.N. Sede Medellín, estableció que la procedencia de los operarios tiene que ver con el rendimiento de la mano de obra. Una de las conclusiones fue que “las personas provenientes de zonas rurales tienen una cultura del trabajo muy distinta a los que proceden de los barrios de Medellín”.
Otro aspecto que se pudo identificar en la investigación fue la gran cantidad de obreros desplazados en la industria de la construcción. En el caso de Medellín predominan los oriundos de Urabá.
Sobre la capacitación se encontró que es poca o nula, y que el conocimiento de los obreros es empírico. De los encuestados, se identificó que el mayor porcentaje de trabajadores está en el rango de edad de entre 20 y 40 años.
Al preguntarles sobre su nivel educativo, la mayoría afirmó que no ha ido a la escuela o no sabe leer ni escribir, lo que pone en evidencia las falencias del sector, pues no tener educación básica les podría impedir escalar dentro del sector de la construcción o conseguir un empleo diferente en caso de enfermedad laboral o de accidente de trabajo.
Por los altos niveles de analfabetismo se implementó una escuela de básica primaria con 22 estudiantes que asistieron a clases en horarios no laborales, de 6:00 a 7:00 a. m. Según concluyó el estudio, aspectos motivacionales como estos generan mayor apropiación por el trabajo.
Respecto a la procedencia, se evidenció que el 35 % de los obreros proviene de Medellín y el área metropolitana del Valle de Aburrá, y el 64,2 % es de otras regiones del país, generalmente de zonas rurales, lo que significa que el campo de la construcción es un sector intercultural.
El cambio de entorno les genera a los trabajadores un choque cultural negativo, pues –según la encuesta– se sienten “materializados” por sus superiores, pues estos se comportan de manera distinta con ellos, porque consideran que las personas de sitios rurales se caracterizan por su trato amable y cálido.
Sobre los resultados del trabajo, el profesor Muñoz Echavarría destaca que permiten reflexionar sobre la industria de la construcción desde un punto de vista interdisciplinar, ya que son un referente para comprender los problemas del sector a partir de valoraciones sociales y culturales, y no solo cuantitativas.