Reducir las emisiones de metano está al alcance de la mano
– Las emisiones de metano causadas por los humanos pueden reducirse 45 por ciento en la próxima década, expuso una evaluación global sobre ese gas de efecto invernadero divulgada este jueves 6 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Esas reducciones evitarían casi 0,3 grados centígrados de calentamiento global, contribuyendo a la meta del Acuerdo de París de limitar el aumento de temperatura planetaria a 1,5 grados, con respecto a los niveles preindustriales, para el año 2050.
Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma, observó que “reducir el metano es la vía más eficaz que tenemos para frenar el cambio climático durante los próximos 25 años, y complementa los esfuerzos necesarios para reducir el dióxido de carbono”.
La evaluación, realizada por el Pnuma y la Coalición Clima y Aire Limpio, integró por primera vez los costos de la contaminación del aire y el calentamiento global y los beneficios de la mitigación del metano, que con el dióxido de carbono (CO2) son de los gases que más contribuyen al calentamiento del planeta.
El metano, además de poderoso agente climático, es un peligroso contaminante del aire, por lo que una reducción de 45 por ciento evitaría 260 000 muertes prematuras y 775 000 visitas a hospitales relacionadas con el asma, según la evaluación.
También se ganarían 73 000 millones de horas de mano de obra que actualmente se pierden por calor extremo, y 25 millones de toneladas de cultivos perdidos al año.
El informe señala que la mayoría de las emisiones de metano causadas por el hombre provienen de tres sectores: combustibles fósiles, desechos y agricultura. Extraer, procesar y distribuir petróleo y gas representa 23 por ciento y la minería del carbón 12 por ciento de las emisiones.
En el sector de los desechos, los vertederos y las aguas residuales aportan alrededor de 20 por ciento. En el sector agrícola las emisiones de ganado provenientes del estiércol y la fermentación entérica (en su tracto digestivo) representan 32 por ciento, y el cultivo de arroz ocho por ciento.
La mayoría de las soluciones fácilmente disponibles, con las que pueden reducirse las emisiones en 30 por ciento para 2030, están en el sector de los combustibles fósiles, donde es relativamente fácil localizar y reparar las fugas de metano. También existen medidas específicas para los sectores de los residuos y la agricultura.
Alrededor de 60 por ciento de estas medidas específicas son de bajo costo, y 50 por ciento de ellas tienen costos negativos, lo que significa que las empresas ganan dinero si las adoptan. El mayor potencial de costos negativos está en petróleo y gas, donde la prevención de fugas y la captura de metano aumentan los ingresos.
Otras medidas, como un cambio hacia la energía renovable, la eficiencia energética residencial y comercial, y una disminución de la pérdida y desperdicio de alimentos, pueden reducir las emisiones de metano otro 15 por ciento para 2030.
La evaluación encontró que el potencial de mitigación varía entre países y regiones. El mayor potencial de Europa e India está en el sector de los residuos, en China proviene de la producción de carbón, seguido de la ganadería, mientras que en África está en la ganadería, seguida del petróleo y el gas.
En la región de Asia-Pacífico, con excepción de China e India, el mayor potencial proviene del carbón y los desechos, y en el Medio Oriente, América del Norte y Rusia está en el petróleo y el gas. En América Latina, el mayor potencial reside en el subsector ganadero.
“La buena noticia es que la mayoría de las acciones necesarias no solo aportan beneficios climáticos, sino también beneficios económicos y de salud, y toda la tecnología necesaria ya está disponible”, dijo Drew Shindell, profesor de Ciencia del Clima en la estadounidense Universidad de Duke y conductor de la evaluación.
Para el Pnuma “la necesidad de actuar es urgente”, porque las emisiones de metano provocadas por el hombre aumentan más rápido que en cualquier otro momento desde que comenzaron los registros en 1980.
Y en 2020, a pesar de la desaceleración económica inducida por la pandemia covid-19, que impidió que se alcanzara otro máximo de emisiones de CO2, la cantidad de metano en la atmósfera se disparó a niveles récord según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
A-E/HM