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¿Qué es el mobbing?

El concepto de mobbing parece sencillo, se puede reducir a dos palabras: acoso laboral. Pero es una situación mucho más compleja, profunda y con serias repercusiones en la vida personal de un trabajador.

Heinz Leymann, en su libro “Mobbing”, publicado en 1996, define el mobbing como un conjunto de constantes acciones de violencia verbal y psicológica contra un trabajador, acciones injustificadas y permanentes. Acciones encaminadas a intimidar, degradar o vejar al empleado. Se da un hostigamiento en forma de insultos, menosprecios, amenazas, aislamiento, humillaciones, desprestigio, rumores falsos, burlas, entre otros.

En ocasiones el mobbing puede pasar de violencia psicológica, al plano físico con agresiones y hasta acoso sexuales. Este acoso laboral se puede dar de un superior, compañeros de trabajo o de la propia empresa.

El mobbing se hace de manera consciente, el abuso es intencionado y premeditado, y su objetivo es claro, degradar a la víctima dentro de un clima laboral adverso, produciéndole sentimientos de miedo para ir al trabajo o a que abandone su puesto de trabajo. Incluso, en ocasiones, el mobbing no tiene ningún objetivo particular, simplemente la humillación a la víctima

Una de las características del mobbing es que se realiza sobre la víctima sin que haya testigos, se aprovechan de momentos solitarios para insultar, burlarse, amenazar e intimidar al trabajador. También, se usan estrategias como la difusión de chismes o rumores falsos, deslegitimación o menosprecio del trabajo o calidad del trabajo realizado por la víctima.

Cuando el mobbing se realiza por superiores o por la empresa, se emplean estrategias como:

  • Sobrecargo de trabajo
  • Asignación de tareas alejadas a la profesión o capacidad profesional de la víctima
  • Labores intrascendentes para menospreciarla
  • Persecución laboral para encontrar motivos por los cuales llamarle la atención
  • Horarios abusivos
  • Negación de permisos

Los efectos del mobbing en un trabajador son variados y multidimensionales, así lo explican Hubert, A. B. y Van Veldhoven, M. en su libro “Risk sectors for undesiderable behavior and mobbing. European Journal of Work and Organizational Psychology”, publicado en 2001, el empleado es afectado en varios aspectos de su vida. Se da un impacto psicológico, que deriva en problemas emocionales como estrés postraumático, a una somatización de este estrés. Pérdida de autoestima, sentimientos de culpa por no sentirse suficientemente capaz, culpable o propiciador de mobbing, sentimientos de frustración por no cumplir las expectativas de otros y las suyas propias.

Todo esto puede desencadenar un trastorno de ansiedad generalizado y/o depresión grave. La víctima de mobbing comienza a aislarse, a evitar el contacto con sus otros compañeros, sentir miedo a ir al trabajo y apatía laboral.

Las víctimas de mobbing empiezan a sufrir somatización como consecuencias del acoso. Se presentan trastornos de sueño, migrañas, problemas gastrointestinales, debilidad del sistema inmune y alteraciones del sistema nervioso, entre otros.

El mobbing también afecta su vida personal y familiar, la víctima se vuelve retraída, con cambios de humor, depresión, mal humor y dejan de frecuentar amigos o tener una vida social.

Existen diversos tipos de mobbing, que el psicólogo Iñaki Piñuel y Zabala, en su libro “Mobbing, el estado de la cuestión: Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el acoso psicológico y nadie le explicó”, comentó y que abordaremos a continuación:

Mobbing horizontal

Es aquel que se da entre empleados del mismo nivel jerárquico. El acosador y la víctima tienen una misma categoría profesional, ninguno es subalterno del otro. Se da, normalmente, entre compañeros de la misma área de trabajo.

Las causas de este mobbing son variadas, entran en un amplio espectro que va desde la personalidad del acosador, que tiene tendencia a la agresión y la burla, también antipatías y enemistades entre trabajadores, teniendo uno de ellos tendencias al acoso y el hostigamiento. Incluso, como una forma de presión para sobrecargar al compañero de mayor trabajo, celos laborales, entre otras.

Respecto a este tipo de mobbing, tenemos el relato de Shirley Castro, una mujer de 45 años, contadora pública, que trabaja en una empresa de comercialización. Shirley fue víctima de mobbing horizontal por parte de una compañera de trabajo.

-“Ella, de la nada comenzó a ser grosera conmigo y burlesca. Un día se burló de mis zapatos, en voz alta, delante de mis otros compañeros. Dijo que esos zapatos me los ponía un día si y un día no, riéndose me pregunto si el sueldo no me alcanzaba para comprar más zapatos. Me sentí súper incómoda y humillada por lo que dijo, pero guarde silencio para evitar un ‘dime que te digo’ innecesario dentro de la oficina.

Al día siguiente, llegué con otros zapatos y nuevamente se burló, me preguntó en voz alta, delante de todos, si había comprado esos zapatos en agáchate de 10 mil. Dijo que seguramente yo tenía muchas deudas, porque me gastaba el salario en trago y parranda porque era ‘culicontenta’. Todos mis compañeros se rieron.

Y así fue como continúo sin parar su burla, ofensas y maltratos por cualquier cosa que se le ocurría, pero casi siempre era por mi ropa y apariencia física. Eso pasó luego a los chismes, se inventaba chismes sobre mi y los regaba a todo el mundo. Llegó hasta a decir que yo tenía Sida y una enfermedad venérea, algo completamente falso. Soy casada hace doce años y tengo un hijo, mi vida familiar es normal y no soy ninguna ‘culicontenta’. Jamás he tenido una relación con alguien del trabajo.

Pero ella todo el tiempo insinuaba eso. Yo le comenté a mi jefe lo que sucedía, nos llamó a cada una por aparte, luego citó a otros compañeros de trabajo que presenciaron algunos hechos y luego nos citó a ambas juntas. Mi jefe le llamó la atención y le exigió que esa situación no se volviera a dar. Desde ese día ella no me dirige la palabra sino para lo necesario, pero sé que sigue hablando mal de mi”.

Mobbing vertical

En este tipo de mobbing la víctima y acosador no se encuentran en el mismo nivel jerárquico dentro del trabajo. Puede estar la víctima en un nivel jerárquico superior o inferior. De acuerdo a esto, se da mobbing laboral ascendente o descendente.

El mobbing ascendente ocurre cuando un subordinado acosa a un superior. Es importante aclarar, que el mobbing se puede presentar en grupo, cuando uno o más empleados son los acosadores. El mobbing ascendente no es frecuente, porque se les teme a las represalias que pueda ejercer un jefe a su subalterno, si recibe acoso por parte de este.

El mobbing descendente es el más común. Ocurre cuando un superior hace uso de su posición de poder para acosar y hostigar a un subordinado. A este tipo de mobbing también se le llama bossing.

Elida Tamayo, es profesora de ciencias sociales en un colegio privado. Tiene 38 años y sufrió bossing.

-“Desde que comencé a trabajar en el colegio no le caí bien a la coordinadora docente, que es mi jefe inmediata. Había en la sala de profesores varios cubículos vacíos y en buen estado, pero ella me asignó uno que prácticamente se estaba cayendo, oscuro y lejos de la ventilación. Cuando le pedí que me asignara uno mejor porque había varios desocupados en muy buen estado, me dijo que no. “Recién llegada y exigiendo”. Yo no me iba a quedar en ese cubículo así que se lo solicité al rector, quien autorizó el cambio de cubículo y eso generó en mi jefa una antipatía mayor.

Constantemente recibí por parte de ella maltratos verbales, que insinuaban que yo no era buena profesora. Una vez me dijo que seguramente había comprado el cartón o que había egresado de una universidad de garaje.

Además de mi trabajo normal, ella me asignaba una mayor carga en áreas que no me correspondía, así como la elaboración de documentos académicos que no estaban dentro de mis funciones, que no realizaban ninguno de otros docentes y que luego no eran utilizados para nada.

Era como si buscara como asignarme mucho trabajo, inventándose cosas para hacer. Me hablaba de manera despectiva, grosera, irónica, delante de mis estudiantes, lo que hacía que me perdieran el respeto.

La situación se acabó cuando ella consiguió un mejor trabajo en otro colegio, donde fue nombrada rectora y a mi se me acabó la pesadilla en el trabajo. Estuve varias veces a punto de renunciar, esa idea de dejar el trabajo me rondaba constantemente. Gracias a Dios, ella se fue”.

Mobbing estratégico

Este tipo de acoso es vertical descendente y no es aplicado por una persona, sino de manera institucional. La empresa valiéndose de su posición de poder hostiga al trabajador.

Los motivos pueden ser variados, como conseguir que el empleado hostigado renuncie de manera voluntaria y así no tener que pagar indemnización por despido. También, obligarlo a una sobrecarga de trabajo y a horarios extenuantes.

Sobre este tipo de mobbing, Samuel Villa, administrador de empresas, de 51 años, empleado público hace 18 años. Se dio un cambio de director en su empresa, y quien se convirtió en el nuevo director fue un compañero con quien Samuel no se llevaba bien.

-“Cuando se convirtió en director, a la semana siguiente me llegó una carta de traslado. Yo llevaba toda mi vida laboral trabajando en el puesto de trabajo por el que concursé. Pero cuando él se convirtió en director me traslado a otra sede y a otra dependencia que no tiene nada que ver con mi profesión. Pedí cita con él para pedirle que no me trasladara y nunca me atendió. Me dirigí a Recursos Humanos y allá me respondieron que era una orden de dirección.

Me sentí desmoralizado y con temor, porque me habían enviado a una dependencia que no tenía nada que ver con mi profesión y conocimientos, además ahora mis horarios eran tarde – noche, es decir, me tocaba trabajar de 2 de la tarde a 9 de la noche. Mientras que en mi puesto de siempre tenía horario diurno de oficina, de 8 de la mañana a 6 de la tarde.

Cuando llegué a mi nuevo puesto, no tenía ni una silla donde sentarme, no tenía escritorio, ni puesto ni silla ni nada. Duré un mes sentado en una silla rimax en un pasillo. Nadie me daba funciones o algo para hacer, mi jefa inmediata se reunió conmigo un mes después y cuando lo hizo me dijo que no sabía que iba a hacer conmigo, porque ahí no había nada que yo pudiera hacer.

Entre en depresión y estrés, todos los días iba a sentarme en una silla a no hacer nada. Hasta que el tema lo hablé con un abogado que me orientó y con unas cartas y peticiones logré que me trasladaran a mi puesto nuevamente. Pero en esa situación duré cuatro meses. Tuve muchas ganas de renunciar y a veces no quería ir a la oficina ¿A qué iba? Si no tenía nada que hacer, nadie me hablaba y todos me ignoraban”.

Mobbing perverso

Este tipo de acoso no tiene un motivo u objetivo definido. Su fundamento se centra en la personalidad manipuladora y perversa del acosador. Es un mobbing muy peligroso, difícil de tratar y solucionar. Porque el acosador ve su comportamiento como normal. Y tiende a acosar a todo el que perciba como débil, vulnerable y sumiso. Es habitual que el acosador hostigue a varios compañeros de trabajo a la vez, pero de manera privada y sin testigos.

Mobbing discriminatorio

Es aquel acoso laboral que se da debido a razones culturales, étnicas o físicas. Se acosa y hostiga a un empleado por ser diferente en apariencia, edad, creencias religiosas, ideología política, género, preferencias sexuales, raza, cultura, enfermedades, entre muchas otras.

Mobbing disciplinario

Es el acoso laboral que practican las empresas en contra de empleados que reclaman mejores condiciones de trabajo o denuncian prácticas laborales irregulares. La empresa como organización ejerce sanciones disciplinarias fuertes contra estos empleados como una manera de castigar al insubordinado y para infundir miedo a los demás empleados. Asegurando con esto que no se vuelvan a presentar exigencias o denuncias.

Características para identificar el mobbing

El psicólogo Iñaki Piñuel y Zabala, en su libro “Las 100 claves del Mobbing: Detectar y Salir del Acoso Psicológico en el trabajo”, enuncia varias características que permiten determinar si una persona sufre mobbing laboral:

  • Gritar, avasallar o insultar a la víctima cuando está sola o en presencia de otras personas.
  • Asignarle objetivos o proyectos con plazos que se saben inalcanzables o imposibles de cumplir, y tareas que son manifiestamente inacabables en ese tiempo.
  • Sobrecargar selectivamente a la víctima con mucho trabajo y presionarla excesivamente.
  • Amenazar de manera continuada a la víctima o coaccionarla.
  • Quitarle áreas de responsabilidad clave, ofreciéndole a cambio tareas rutinarias, sin interés o incluso ningún trabajo que realizar («hasta que se aburra y se vaya»).
  • Modificar sin decir nada al trabajador las atribuciones o responsabilidades de su puesto de trabajo.
  • Tratarle de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra él, con vistas a estigmatizarlo ante otros compañeros o jefes (excluirle, discriminarle, tratar su caso de forma diferente, trasladarle a puestos inferiores, rebajarle el sueldo).
  • Ignorarle («hacerle el vacío») o excluirlo, hablando sólo a una tercera persona presente, simulando su no existencia («ninguneándolo») o su no presencia física en la oficina, o en las reuniones a las que asiste («como si fuese invisible»).
  • Retener información crucial para su trabajo o manipularla para inducirle a error en su desempeño laboral, y acusarle después de negligencia o faltas profesionales.
  • Difamar a la víctima, extendiendo por la empresa u organización chismes o rumores maliciosos o calumniosos que menoscaban su reputación, su imagen o su profesionalidad.
  • Infravalorar o no valorar en absoluto el esfuerzo realizado por la víctima, negándose a evaluar periódicamente su trabajo.
  • Bloquear el desarrollo o la carrera profesional, limitando retrasando o entorpeciendo el acceso a promociones, cursos o seminarios de capacitación.
  • Ignorar los éxitos profesionales o atribuirlos maliciosamente a otras personas o a elementos ajenos a él, como la casualidad, la suerte, la situación del mercado, etc.
  • Criticar continuamente su trabajo, sus ideas, sus propuestas, sus soluciones, etc.; o simplemente no tomarlas en cuenta bajo cualquier pretexto.
  • Monitorizar o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.
  • Castigar duramente o impedir cualquier toma de decisión o iniciativa personal en el marco de sus responsabilidades y atribuciones.
  • Bloquear administrativamente a la persona, no dándole traslado, extraviando, retrasando, alterando o manipulando documentos o resoluciones que le afectan.
  • Ridiculizar su trabajo, sus ideas o los resultados obtenidos ante los demás trabajadores, caricaturizándolo o parodiándolo.
  • Invadir la privacidad del acosado interviniendo su correo, su teléfono, revisando sus documentos, armarios, cajones, etc.
  • Robar, destruir o sustraer elementos clave para su trabajo.
  • Atacar sus convicciones personales, ideología o religión.
  • Animar a otros compañeros/jefes a participar en cualquiera de las acciones anteriores mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.
  • Atentar contra la ergonomía del trabajador en su sitio laboral.
  • Asignarle tareas humillantes, incómodas o desagradables.
  • Llamadas telefónicas, correos electrónicos y/o pedido de tareas fuera del horario laboral”.
Consecuencias del mobbing

El acoso laboral no es detectado de manera oportuna dentro de las dependencias de talento humano y es un tema subvalorado, que en ocasiones lo redunden a malos entendidos, pero no es así. El mobbing tiene consecuencias negativas en la vida de la víctima, en todos los niveles. Dentro de la empresa, muchas veces se le exige al trabajador, convertirse en una persona imperturbable y superdotada, con la capacidad de sobreponerse ante la burla, el hostigamiento y el acoso. Olvidando las graves repercusiones que tiene un clima laboral adverso en el empleado como persona y en su productividad. Olvidando la salud mental de la víctima de mobbing, la cual requiere atención y procedimientos que finalicen el mobbing del que es víctima.

Dentro de la legislación colombiana existe la ley 1010 de 2006, “por medio de la cual se adoptan medidas para prevenir, corregir y sancionar el acoso laboral y otros hostigamientos en el marco de las relaciones de trabajo”.

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