Pnuma alerta sobre falsas soluciones a contaminación plástica
NAIROBI – Una reducción drástica del plástico innecesario y evitable es crucial para enfrentar la crisis global de contaminación, pues el reciclaje y los plásticos considerados biodegradables son falsas soluciones, advirtió este jueves 21 un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
La investigación “proporciona el argumento científico más sólido hasta la fecha para responder a la urgencia, actuar de manera colectiva y proteger y restaurar nuestros océanos y todos los ecosistemas afectados por la contaminación a su paso”, dijo la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen.
Lo que ayudará a reducir los residuos plásticos en la escala necesaria es “acelerar la transición hacia las energías renovables, eliminar subsidios y adoptar enfoques circulares”, expuso el informe “De la contaminación a la solución: una evaluación global de la basura marina y la contaminación por plásticos”.
Los autores rechazan la posibilidad de que el reciclaje sea una salida a esta crisis y advierten sobre alternativas dañinas a los productos de un solo uso, como los plásticos de base biológica, o biodegradables, que actualmente representan una amenaza química similar a los plásticos convencionales.
Esos etiquetados como biodegradables pueden tardar años en degradarse en los océanos y, como basura, presentar los mismos riesgos que los otros plásticos para las personas, la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas
El informe analiza las fallas críticas del mercado, como los bajos precios de las materias primas vírgenes basadas en combustibles fósiles, frente a los de los materiales reciclados; los esfuerzos poco articulados en la gestión formal e informal de residuos plásticos, y la falta de consenso sobre soluciones globales.
“La velocidad en la cual la contaminación de los océanos está captando la atención del público es alentadora, y es vital que aprovechemos ese impulso para lograr un océano limpio, saludable y resistente”: Inger Andersen.
Durante las últimas cuatro décadas, la producción mundial de plástico se ha cuadruplicado, con un mercado valorado en 580 000 millones de dólares en 2020.
En paralelo, se estima que el costo de la gestión de residuos sólidos municipales aumentará de 38 000 millones de dólares en 2019 a 61 000 millones en 2040.
La contaminación por plásticos podría duplicarse para 2030, con consecuencias nefastas para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima.
“Una preocupación importante es el destino de los microplásticos, los aditivos químicos y otros productos fragmentados, muchos de los cuales son tóxicos y peligrosos para la salud humana, la vida silvestre y los ecosistemas”, dijo Andersen.
Publicado 10 días antes de la 26 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), el informe enfatiza que los plásticos también son un problema climático.
Utilizando un análisis del ciclo de vida, se estimó que en 2015 los plásticos estuvieron relacionados con la producción de 1,7 gigatoneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente, y se proyecta que para 2050 esta cifra aumente a aproximadamente 6,5 gigatoneladas, 15 por ciento del carbono en el mundo.
El plástico representa 85 por ciento de los residuos que llegan a los océanos y, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas.
Eso significa alrededor de 50 kilos de plástico por metro de costa en todo el mundo.
En consecuencia, todas las especies marinas, desde el plancton y los moluscos hasta las aves, las tortugas y los mamíferos, se enfrentan a riesgos de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia.
Los corales, los manglares y los pastos marinos además están sofocados por desechos plásticos que les impiden recibir oxígeno y luz.
El cuerpo humano también es vulnerable a la contaminación que generan los residuos plásticos en las fuentes de agua, lo cual podría causar cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas y cáncer.
Los plásticos son ingeridos a través de los productos del mar, bebidas e incluso la sal común, pero también penetran en la piel y pueden ser inhalados cuando están suspendidos en el aire.
La basura marina y la contaminación por plásticos además afectan la economía mundial. Los costos que acarrea la contaminación por plásticos en el turismo, la pesca, la acuicultura y otras actividades, como las limpiezas, se estimaron entre 6000 y 19 000 millones de dólares en 2018.
Para 2040 podría haber un riesgo financiero anual de 100 000 millones de dólares para las empresas, si los gobiernos exigen que cubran los costos de la gestión de residuos en los volúmenes esperados.
El informe propone una reducción inmediata de los plásticos y una transformación en toda la cadena de valor que involucran, y reforzar las inversiones en sistemas de monitoreo mucho más integrales y efectivos para identificar los orígenes, la escala y el destino del plástico.
Concluye insistiendo en la necesidad de un cambio hacia enfoques circulares, incluyendo prácticas sostenibles de consumo y producción, el desarrollo y la adopción rápida de alternativas por parte de las empresas, y una mayor conciencia del consumidor para propiciar elecciones más responsables
Andersen agregó una consideración optimista: “La velocidad en la cual la contaminación de los océanos está captando la atención del público es alentadora, y es vital que aprovechemos ese impulso para lograr un océano limpio, saludable y resistente”, puntualizó.
El informe alimentará los debates en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA 5.2) en marzo de 2022, cuando los países se reunirán para decidir el camino que debe seguir la cooperación global en esta materia.
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