Medio Ambiente

Pesca a gran escala deteriora ecosistema en San Andrés

La pesca comercial le ha ido quitando espacio a la de autoconsumo, con lo cual han cambiado las maneras en que los pobladores se relacionan con su entorno y con el ecosistema.

“El mayor conflicto es el deterioro de los ecosistemas marinos del Archipiélago y por lo tanto la disminución y el agotamiento de los recursos pesqueros”, comenta el estudiante de Antropología Diego Pedraza, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).

Agrega que existe una gran preocupación porque el volumen de la pesca ha disminuido y además los pescadores tienen que hacer un mayor esfuerzo para extraer las cantidades que antes obtenían a unos cuantos metros de la costa de la Isla.

A raíz de esta situación se plantean ciertos prejuicios sobre dicha problemática, que tienen que ver con el hecho de que al pescador se le culpa del deterioro del ecosistema y del agotamiento de los recursos pesqueros existentes, ya que esta actividad es la base de su economía.

“Se ve al pescador como un ser individualista que busca su propio beneficio, sin importar el prejuicio de la sociedad en general. Lo que planteo es que no hay que pensar al pescador como un hombre económico a priori, sino como un individuo inserto en un sistema económico o en un mercado cuya lógica es la de ser productivos”, comenta el estudiante.

En San Andrés existen tres zonas principales de pesca: las de los cayos del sur, cayo de Albuquerque y cayo Bolívar, en la periferia de la Isla, y los cayos del norte, incluyendo el banco de pesca Luna Verde.

Aunque cada zona de pesca requiere una forma de organización social, los pescadores no se restringen a una sola sino que, de acuerdo con las relaciones sociales entre ellos y el acceso a los medios de producción, eligen cualquiera de los puntos donde deseen trabajar, según sus capacidades para producir.

Fallo perjudicial

Además el fallo de La Haya perjudicó a todo el sector pesquero, en especial a los artesanales, porque “en la porción de mar territorial que le fue cedido a Nicaragua queda Luna Verde, el banco de pesca más productivo y al que iban los pescadores sanandresanos.

“Embarcaciones de pescadores de la Isla eran detenidas por las autoridades nicaragüenses que les decomisaban su producto y los deportaban. En el caso de los barcos industriales, ellos decidieron cambiar sus banderas por nicaragüenses u hondureñas para poder seguir extrayendo recursos pesqueros en esa zona”, explica el estudiante.

El objetivo de la investigación se concentró en identificar los conflictos existentes en la comunidad de pescadores, a partir del análisis de las formas de producción pesquera en la Isla, que son la pesca artesanal y la pesca a gran escala, a raíz de la hipótesis de la incursión de este último sistema.

La investigación se desarrolló a partir de la visita a cooperativas de pescadores y a lugares de desembarque de productos pesqueros, lo que implicó un estudio etnográfico y una observación participante, desarrolladas durante las faenas de pesca de cinco días en altamar, en las que también se adelantaron entrevistas.

“Tuve la oportunidad de observar cómo se desarrolla la actividad pesquera, de hablar con pescadores que trabajan en barcos industriales y que en su mayoría son foráneos de las islas, de origen continental, aspecto que influye en las tensiones y los conflictos entre la comunidad pescadora”, concluye.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *