No me inviten a más Family Day…
Hoy estuve en mi primer Family Day como adulta, mi mejor amigo me invitó a la actividad de su hijo en el colegio. Cuando llegué lo primero que pensé fue “esta vaina es un caos”, mucho desorden y no había donde sentarse. Cuando vi la venta de comida me acordé de mi niñez, cuando vendíamos la comida en el bazar, así se llamaba en mi época, hoy le dicen Family Day. Compré una papa rellena como en los recreos del colegio, me remonté a mi época escolar y fue genial.
De repente comenzaron los bailes por curso, así que fui a verlos. Debo aclarar que es un colegio mixto, el mío era uno femenino. Entonces iniciaron las coreografías y a cada salón le tocó un país, se suponía que bailar una danza típica y representativa del país.
Comenzó primero de primaria y les correspondía Japón. Y ¡Oh sorpresa! Las niñas iban vestidas de geishas y los niños de karatecas ¿Cómo así? ¿Las niñas no pueden ser karatecas? ¿Están condenadas a ser geishas? Si yo hubiera sido la madre de una de esas niñas, jamás hubiera permitido ese mensaje en el subconsciente, que limita a la niña a ser una figura frágil y no lo que ella desee ser ¿Acaso las mujeres no practican karate?
Clasificarlos en ese estereotipo niñas geishas y niños karatecas es un terrible mensaje y demuestra como en ese colegio la educación es limitante. Han debido abrir la posibilidad a que las niñas escogieran si geisha o karateca, para salir de la duda le pregunté a mi amigo, su hijo es de primero de primaria y me respondió que entre los padres y la profesora tomaron la decisión de dividirlos y diferenciarlos de esa manera.
Eso fue muy sorprendente para mí, yo echándole la culpa al colegio y el asunto viene desde los propios padres, es aún más preocupante la situación. Esos padres le estaban diciéndole (sin palabras) a esas niñas que ellas están para ser geishas y no karatecas, que su rol es el de la muñequita bonita, ser ninja, karateca, deportista, eso no es para niñas.
Me dolió en lo más hondo mi espíritu feminista, por cosas como estas es que estamos así y lo triste es que nace desde el hogar, esa desigualdad la inculcan desde la familia.
Trascendí el tema y me dediqué a seguir disfrutando de los bailes de los niños y niñas, me recordaban los bailes que hacíamos en el colegio, nuestras elaboradas coreografías que entrenábamos una y otra vez. Le tocó a un curso cuyo país era Uruguay, me dije, “esto se va a poner interesante” pocas personas, aquí en Colombia, tienen referenciada en su mente la música típica de Uruguay. Ellos tienen una fusión de expresiones culturales muy hermosas, milonga, tango, contradanza, vals, polka, expresiones indígenas y otras.
Invitan a los niños a bailar, todos vestidos de los colores de Uruguay y de repente suena reggaetón, sí reggaetón. Como veinte niños y niñas contorneándose al ritmo de un mix de reggaetón de lo más de vulgar ¡Por favor! Esos padres y los profesores no pudieron hacer el minimo esfuerzo de buscar en YouTube la música típica de Uruguay y ponerlos a bailar lo que correspondía. Cuanta mediocridad, se fueron al facilismo, que bailen reggaetón…
Eran niños y niñas de tercero de primaria moviendo sus traseritos de manera vulgar al ritmo de ese adefesio que llaman música, vestidos con los colores de Uruguay. No sé cual mensaje que le trasmitían a los niños era peor, si el machista de niñas geishas y niños karatecas o el de “no te preocupes por investigar algo del país que te tocó, bailemos reggaetón”, un ritmo con unas letras que no son aptas para niños, menos de esa edad.
¿Cómo los padres permitieron eso? ¿Qué diablos tiene esa profesor/a en la cabeza? Si hubiera tenido un hijo en ese curso, jamás hubieran bailado reggaetón o como mínimo no habría salido en el baile del Family Day.
Fue ahí cuando percibí lo difícil que es criar hijos en una sociedad como la de hoy, donde el reggaetón es música apta para niños pequeños, donde no se investiga para poder hacer una buena presentación escolar y donde a estas alturas del siglo XXI las niñas no pueden ser karatecas, eso es sólo para niños… La voy a tener difícil como madre y también la van a tener muy difícil en el colegio donde estudien mis hijos, pobres padres de familia, les va a tocar hacer planes con la mamá más “intensa” …