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Líbano.- Se desatan los enfrentamientos en Beirut entre manifestantes contra el Gobierno y partidarios de Hezbolá

La manifestación convocada para este sábado contra el Gobierno libanés en el centro de la capital, Beirut, ha degenerado en un enfrentamiento abierto entre los manifestantes y partidarios del poderoso partido-milicia chií Hezbolá, una de las fuerzas más influyentes en la política libanesa.

La protesta, en principio, tenía como objetivo denunciar únicamente la corrupción institucional y el empobrecimiento de las condiciones de vida por la devastada economía del país, pero varios grupos ya habían avisado de su intención de protestar específicamente contra la formación chií, a la que echan buena parte de la culpa de la acual crisis que atraviesa el país.

Según fuentes de seguridad, decenas de manifestantes están congregados en Handak al Ghamik, un barrio de la capital donde Hezbolá tiene especial prominencia, para cantar consignas contra el grupo mientras los seguidores de la organización les intentaban romper las barreras de seguridad al grito de “¡Chiíes, chiíes!”.

“Nadie puede cantar contra Hezbolá”, ha declarado un seguidor de Hezbolá a la agencia DPA antes de seguir con su protesta.

Los enfrentamientos han dejado de momento tres personas hospitalizadas y decenas atendidas en el lugar de la marcha, según fuentes de Cruz Roja.

Mientras tanto, el resto de manifestantes han avanzado hacia el Parlamento, liderado por el político chií Nahib Berri, también próximo a la organización, y han comenzado a apedrear a los guardias y a romper escaparates. La Policía libanesa ha tenido que interrumpir estos actos de vandalismo con gases lacrimógenos.

Y, por último, cientos de manifestantes han protagonizado una protesta pacífica y puramente reivindicativa contra el descenso de la calidad de vida del país. Con máscaras protectoras decoradas con los colores de la bandera libanesa, la multitud se concentró en la plaza de los Mártires de Beirut al grito de “Queremos una vida mejor”.

“No queremos que un sistema de políticos corruptos nos gobierne más”, ha declarado una de las asistentes, Mona Ashour, acompañada de sus dos hijos, al lado de una pancarta que rezaba “Queremos un gobierno que sea totalmente independiente”.

“Nada ha cambiado desde octubre”, ha proclamado por su parte una de las grandes cabecillas de las protestas, Lina Bubis, en relación al inicio de las marchas contra el Gobierno.

AL BORDE DEL ABISMO

Líbano está experimentando su peor crisis económica desde la guerra civil de 1975-90. En marzo, el país anunció la suspensión de pagos de eurobonos para salvaguardar las reservas de divisas imprescindibles para cubrir las importaciones básicas.

El primer ministro de Líbano, Hasán Diab, ya advirtió de que el país está al borde de una grave crisis alimentaria derivada de la crisis económica, al tiempo que ha asegurado que muchas personas se quedarán pronto sin capacidad de comprar artículos de primera necesidad.

“Muchos libaneses ya han dejado de comprar carne, fruta y vegetales y puede que pronto incluso tengan problemas para poder permitirse comprar pan”, ha afirmado el jefe del Gobierno libanés, en un artículo publicado por el diario ‘The Washington Post’ el miércoles por la noche.

Los ciudadanos libaneses también llevan tiempo quejándose del alza de los precios como consecuencia de la caída del valor de la libra libanesa frente al dólar y por la escasez de divisa extranjera. En este contexto, Diab ha advertido de que el pueblo libanés afronta una crisis triple.

En primer lugar como consecuencia de décadas de mala gestión y de la corrupción. En segundo lugar por la crisis económica y financiera que vive actualmente y, por último, por las restricciones derivadas de la pandemia del coronavirus. Líbano, que cuenta con una población de seis millones de personas, tiene una fuerte dependencia de las importaciones.

“Mi Gobierno está dando importantes pasos para afrontar esta dramática situación. Estamos ampliando las redes de seguridad para proteger a los más vulnerables de la sociedad y estamos haciendo lo máximo para dar paquetes de ayuda”, indicó el ‘premier’ libanés.

Diab hizo también un llamamiento a Estados Unidos y a la Unión Europea para crear un fondo de emergencias para ayudar a que Oriente Próximo no sufra una grave crisis alimentaria, ya que, de lo contrario, el hambre podría provocar nuevos flujos de migrantes con destino a Europa y una mayor desestabilización en la región.

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