Langosta y caracol en medio del litigio limítrofe del Caribe
Además de estar amenazados por la sobreexplotación, la pesca de estos crustáceos, de alto valor comercial, se ha visto afectada por el litigio entre Colombia y Nicaragua.
La langosta espinosa y el caracol pala se encuentran especialmente en la zona norte, cerca de los cayos de Quitasueño –ubicados en la biosfera Seaflower– y en un sitio llamado Luna Verde, límite del meridiano 82 que forma parte de la plataforma continental compartida con Nicaragua. En tales condiciones, este lugar formaría parte de los 78 mil k2 que entraría a manejar el país centroamericano si se hace efectivo el fallo de La Haya, de manera que “gran parte de esa pesquería se podría perder”.
La bióloga Adriana Santos Martínez, directora de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Caribe, advirtió que durante décadas los recursos pesqueros de la reserva biosfera Seaflower habían sido explotados por los pescadores artesanales. No obstante, con la llegada de la pesca industrial se superaron las toneladas de la cuota de pesca estimada por año con base en la biomasa que existe en el lugar.
“Teníamos alerta sobre las cuotas de pesca de cerca de 400 toneladas, aunque en este momento está en 150, debido, entre otras causas, a su desaparición y a los problemas limítrofes que antes se podían manejar”, manifestó la bióloga de la U.N.
La langosta espinosa es un recurso migratorio que también tiene una alta conectividad ecosistémica. Este crustáceo se halla en los arrecifes, desova en aguas abiertas, sus larvas regresan al manglar y luego pasan como preadultos a los pastos marinos, donde el Caribe colombiano ofrece las condiciones para su conservación, aunque tales sitios también están amenazados.
Apoyo de la U.N.
Según lo menciona la directiva de la U.N. en el Caribe, desde hace varios años la Universidad viene realizando un seguimiento detallado para que la pesca tenga un manejo más riguroso y que exista un cuidado de los ecosistemas marinos que ayudan a preservar especies.
Desde las maestrías en la U.N. se apoya a la Gobernación de San Andrés y Providencia –por medio de la Secretaría de Cultura y Pesca– para que se generen datos sobre cuidados de pastos marinos, con el fin de que las embarcaciones no los arranquen del suelo cuando pasan cerca de ellos. También se plantea la programación de vedas que permitan que peces, caracoles y langostas puedan llegar allí y que no se hagan construcciones donde también cohabiten arrecifes, señaló la profesora Santos.
Expediciones Seaflower
La Reserva de Biosfera Seaflower es catalogada como uno de los iconos de la protección marina en Colombia en un escenario de desarrollo sostenible en el que se preservan tanto los servicios ecosistémicos como el patrimonio natural y cultural.
La U.N. ha participado en las excursiones a esta reserva, donde también se tomaron datos del estado de los recursos, en especial en Serranilla, con el apoyo la Gobernación de San Andrés y la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Departamento Archipiélago de San Andrés Providencia y Santa Catalina (Coralina). Así mismo se evaluó la situación del caracol con muestreos que permiten comparar la biomasa y estimar el rendimiento máximo posible.
“En el departamento tenemos un problema crítico, y es que hace varios años los recursos vienen disminuyendo, la biomasa está decayendo y existe un indicador que confirma que la captura también bajó. Eso nos dará luces sobre lo que tenemos que hacer para manejar adecuadamente esos recursos en los próximos años”, concluyó la bióloga de la U.N.