Epífitas se adaptan a cambios ambientales para sobrevivir
A medida que aumenta la elevación sobre el nivel del mar disminuye la temperatura y las epífitas –plantas que crecen sobre los árboles– cambian las características de sus hojas: en bosques de tierras bajas, a mayor temperatura tienen hojas más grandes y mayores tasas de evapotranspiración, tendencia que va disminuyendo en tierras altas.
Así lo asegura Claudia Milena Agudelo, estudiante de la Maestría en Bosques y Conservación Ambiental de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín, quien estudió estas plantas de relictos boscosos de Antioquia ubicados entre las cordilleras Central y Occidental.
Estas especies conforman siete grupos diferenciados por combinación de características morfológicas de las hojas y representan distintas estrategias para la adquisición y el uso de recursos.
En el estudio se identificaron dos patrones de variación de características físicas (rasgos funcionales) en las hojas, los cuales fueron denominados “espectro hidráulico” y “espectro económico” del carbono. El primero tiene que ver con la regulación hídrica y se relaciona con los cambios en la temperatura regional, y el segundo representa la variación del carbono que es asimilado por las plantas.
La investigadora explica que el espectro hidráulico se define principalmente por el cambio en la densidad y el tamaño de los estomas (poros regulables del tejido epidérmico formados por dos células especializadas), los cuales regulan tanto la cantidad de agua que traspiran las plantas, como el intercambio de gases con la atmósfera.
Entre tanto, el espectro económico del carbono se relaciona de manera significativa con la altura a la que están ubicadas las plantas dentro del bosque. En ese sentido, se refleja la variación microambiental que existe allí, como por ejemplo los cambios en la luz.
“Algunas epífitas viven en la parte más baja y oscura del bosque, y otras incluso en la copa de los árboles, pero no son de la misma especie sino que van cambiando según la estrategia dominante en sus hojas”, expone la investigadora Agudelo.
Estas plantas, complementa, se han adaptado a sobrevivir en condiciones de mucha luz o de sombra. Específicamente las que se establecen en las partes inferiores del bosque tienen hojas grandes y delgadas para captar más luz, pero acumulan menos y son menos duraderas.
Lo contrario ocurre con epífitas que crecen en las partes más altas del bosque, que son de hojas pequeñas y duras o suculentas, en las que almacenan agua, tienen mayor inversión en biomasa y construcción de tejidos. Estas son más longevas y resistentes al ataque de herbívoros.
Las condiciones sugieren el aseguramiento de su sobrevivencia respecto a variaciones ambientales a las que están expuestas las epífitas. Tal conclusión aporta nuevo conocimiento acerca de la adaptación de las hojas de estas plantas en Antioquia, donde no se habían analizado sus rasgos funcionales.
Según la estudiante de maestría, “los resultados exigen cuidado al extrapolar patrones de funcionamiento del bosque solo a partir de algunos tipos de plantas como los árboles, cuyo patrón de adaptación es diferente al de las epífitas”.
En total se muestrearon 163 especies que representaron cerca del 80 % de la abundancia de este tipo de plantas en las zonas de estudio, donde se ubicaron 10 parcelas permanentes de una hectárea en un gradiente de elevación (cambio de temperatura) entre 60 y 2.900 metros sobre el nivel del mar en áreas boscosas cercanas a los municipios de Amalfi, Segovia, El Bagre, Caucasia, Anorí, Jardín, Valdivia, Maceo, Angelópolis y Belmira.
Los rasgos funcionales se midieron en un laboratorio de la Corporación para Investigaciones Biológicas (CIB), entidad ejecutora del proyecto, el cual fue financiado por el Departamento Administrativo de Ciencias, Tecnología e Innovación (Colciencias).