Empleo: desconocido en Economía. Dificultades para generarlo
Dentro de la Economía, el empleo y su contracara, el desempleo, son difíciles de simplificar para lograr una interpretación comprensible. Los gobernantes, están rápidamente activos en comunicar los crecimientos del producto PBI(o PIB). Lo consideran como señales del buen manejo del gobierno, al estar produciéndose más en un país o región… Pero no ocurre lo mismo con el empleo o el desempleo. No necesariamente, los crecimientos del producto, significan, disminución del desempleo o aumento del empleo (o puestos de trabajo). Con lo que se supone que hubiera una contradicción. El tema es que se están midiendo resultados de dos cosas distintas.
El desempleo tiene su origen en varias situaciones. Hay lo que se denomina un “desempleo friccional”. Este tiene su origen en lo que es el ciclo de vida de las empresas o productos. Desaparecen en algún momento. No son inmortales. Pero al dejar de existir, se termina, en su agonía, los correspondientes puestos de trabajo. Los ocupantes de esos puestos deben buscar nuevas ocupaciones. Hasta que no ocurre, quedan desempleados. El enemigo suelen ser las importaciones.
Otro desempleo, existente es el que se denomina “desempleo cíclico”. Es aquel que tiene su origen en deficiencias circunstanciales de las demandas. Se da mucho en zonas turísticas, sujetas a condiciones de temporalidad .O en zonas agrícolas, donde puede haber periodos de recolección de cosechas, con fuerte demanda de empleo.
Existe el “desempleo tecnológico o estructural”, y es aquel en que la oferta de trabajadores disponibles, no se corresponde con la formación requerida para el sistema disponible de producción. Este es una forma de desempleo, muy peligrosa, ya que se da el problema social de la desocupación, que requerirá ser atendida por el gobierno (prestaciones por desocupación). Pero además, se da un freno a la capacidad productiva, con su correspondiente pérdida de ingresos (impuestos) para el Estado.
Puede haber combinaciones de tipos de desempleo. Pero un problema está dado en el tema de la medición del desempleo y como actuar el gobierno en consecuencia. En primer lugar no se mide el desempleo de toda la sociedad, sino que se hace de aquella parte que se establece como “en edad de trabajar”. Con lo que se excluyen menores de cierta edad. También quedan fuera “mayores”. Pero además para ser considerada la persona como desempleada, debe estar “buscando activamente trabajo”. Puede ocurrir que mientras no lo logre, esté realizando determinas actividades, cuidar familiares enfermos –por ejemplo-. Pero además esa “búsqueda” debe ser realizada para un pasado reciente (cuatro semanas, mayoritariamente), luego pierde la condición de desempleado.
Lo expresado demuestra lo difícil que resulta a los gobiernos (y a los sindicatos), trabajar en el tema de la generación de empleo o la disminución de la desocupación.